Tocados por una mano
El joven p¨²blico madrile?o respondi¨® en masa a la llamada de la ¨²ltima sensaci¨®n del rock nacional: el cuarteto Dover. En el aire flotaba el recuerdo del caos organizativo que llev¨® a la suspensi¨®n de sus tres. conciertos el fin de semana pasado. Sin embargo, la demanda hizo olvidar la espera y casi 10.000 personas han podido disfrutar durante dos d¨ªas consecutivos del en¨¦rgico repertorio de las hermanas Llanos, el bater¨ªa Jes¨²s y el bajista ?lvaro.Tras una breve actuaci¨®n de las asturianas Undershakers, en la que estas cinco chicas dejaban bien clara su querencia al punk de garaje, y una sacudida con el consiguiente estruendo humano, irrumpia en escena el grupo que m¨¢s polvareda ha levantado este a?o. Rain of the times saludaba a la enfervorecida audiencia, y la cantante-m¨¦dium iniciaba un trance energ¨¦tico que ya no habr¨ªa de abandonar hasta el final del concierto.
Dover y Undershakers
Pabell¨®n del Real Madrid. 1.500 pesetas. Madrid, viernes 21 de noviembre.
Mano divina
En cuanto al grupo, Dover parece haber sido tocado por una man¨® divina. O diab¨®lica, a juzgar por el t¨ªtulo de su segundo disco. En, ellos concurren una serie de factores que les ha llevado a dar la vuelta al marcador de las, ventas. Algo muy meritorio si tenemos en cuenta que ion. un grupo de rock y son espa?oles.Dover no es una banda especialmente espectacular; su l¨ªder apenas pronuncia las mismas cuatro frases de forma t¨ªmida para presentar los temas. ?stos son rabiosamente deudores de Nirvana, por el lado duro, y R.E.M. por el de las baladas.
Varios de estos temas, o¨ªdos de modo individual, tienen gran inter¨¦s. Sin embargo, escuchados todos seguidos, se amazacotan en la memoria ac¨²stica. Entonces, ?cu¨¢l es el secreto de Dover?
Decididamente, la impresionante fuerza esc¨¦nica de Cristina, lo inflexible de una base r¨ªtmica muy s¨®lida, una. guitarra cadenosa, melod¨ªas y estribillos f¨¢ciles de asimilar, letras en ingl¨¦s, qu¨¦ desperdicio llenas de referentes al misterio adolescente...
Es, pues, de ley reconocer que Dover condujo al paroxismo a su entregado p¨²blico, que vibr¨® y se desga?it¨® especialmente con Devil came to me, Judas y la efectiva Loli Jackson, que sirvi¨® para cerrar el concierto. Ahora s¨®lo hace falta saber si el crecimiento normal que ha experimentado la banda es bueno para su desarrollo art¨ªstico. A ver si alguna vez le toca un premio a un artista de rock en Espa?a. O por el contrario, representan el principal obst¨¢culo para su desarrollo art¨ªstico. El tiempo lo dir¨¢.
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