Aznar rechaza aplicar en Espa?a el acuerdo de la UE sobre parados j¨®venes y de larga duraci¨®n
A los parados europeos se les abre una v¨ªa de esperanza. Los jefes de Estado o de Gobierno de la UE se comprometieron ayer a ofrecerles la reinserci¨®n laboral o formativa, especialmente a los j¨®venes menores de 25 a?os y a los desempleados de larga duraci¨®n, dentro de un plazo de cinco a?os. Pero hay una excepci¨®n: los parados espa?oles no gozar¨¢n de las,mismas ventajas. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, se opuso a estos compromisos. Logr¨® para Espa?a una cl¨¢usula de exclusi¨®n (opting-out), similar a la que consigui¨® el Reino Unido para el euro.
Contra una larga historia de fracasos y de malos augurios, los l¨ªderes europeos trazaron ayer el esbozo de una pol¨ªtica comunitaria de empleo plena. Acordaron algunos objetivos, pol¨ªticas activas y un m¨¦todo de vigilancia para controlar, su cumplimiento.El resultado fue posible gracias al canciller alem¨¢n, Helmut Kohl quien declin¨® usar su peso pol¨ªtico para bloquear los acuerdos. Enmendando la plana a su ministro de Econom¨ªa, Theo Waigel -feroz opositor a los objetivos cuantificados comunes- dio su visto bueno a casi todo. "Alemania se apunta al baile", celebraron los franceses, principales impulsores de la cumbre y de la Europa social. Aznar, el otro gran reticente, se qued¨® sin paraguas, solo.
Los acuerdos m¨¢s tangibles abren una v¨ªa de esperanza. Los Quince se comprometieron a hacer "lo necesario" para insertar a los j¨®venes con seis meses de paro y a los sin empleo desde hace m¨¢s de un a?o al mercado laboral, directamente o a trav¨¦s de formaci¨®n profesional, reciclaje, pr¨¢cticas o actividades similares.
Pero el Gobierno espa?ol se opon¨ªa a este acuerdo por ser dificil y costoso para Espa?a, por su alta tasa de paro y su escaso nivel formativo. Por eso, el primer ministro portugu¨¦s Antonio Guterres propuso, tras mediar con Madrid, una suavizaci¨®n: estos compromisos deber¨ªan cumplirse "en un plazo fijado por cada uno de ellos Pos Estados], que no podr¨¢ ser superior a cinco a?os".
Aznar argument¨® que Espa?a ha elevado en 1997 la subvenci¨®n de las pol¨ªticas activas para j¨®venes y parados de larga duraci¨®n en un 34%. "Ser¨ªa un gran problema porque deber¨ªamos incrementar el gasto en un 200% para cumplir el objetivo en cinco a?os". Tambi¨¦n se pregunt¨® qu¨¦ significa "ofrecer un empleo" a un joven, concluyendo que "Espa?a no podr¨ªa prometer un trabajo a quien lleve seis meses desempleado".Le respondi¨® el presidente de turno, el luxemburgu¨¦s Jean Claude Juncker, tranquiliz¨¢ndole de que no pretend¨ªa "ofrecer empleos a los j¨®venes en el sector p¨²blico". Le apoyaron a ¨¦ste el dan¨¦s Poul Rasmussen y Kohl, quien dio "gran importancia a este p¨¢rrafo". Juncker busc¨® nuevas f¨®rmulas intermedias, que toparon con el obstat espa?ol. Al final, Kohl, queriendo "ayudar a Espa?a", regal¨® a Aznar un opting-out emponzo?ado, pues lo usar¨¢n sindicatos y oposici¨®n: el plazo de cinco a?os obligar¨¢ a todos, pero este plazo podr¨¢ ser m¨¢s largo en los Estados miembros con desempleo especialmente elevado".
Nadie m¨¢s anunci¨® su voluntad de acogerse a la excepci¨®n. Alemania "no puede", seg¨²n un funcionario de Bonn, pues su tasa de paro del 9% en 1996 es inferior al 10,9% de la UE. Finlandia tiene el 15,7%, pero lo rehus¨®. Otra rebaja, menor: Kohl logr¨® suavizar el objetivo de otorgar formaci¨®n profesional al 25% de los trabajadores, reduci¨¦ndolo a un m¨ªnimo del 20%.
Sanciones morales
Tan dec¨ªsivo es el m¨¦todo para vigilar el cumplimiento de las medidas comunes. ?stas se cuantificar¨¢n cada a?o en los planes de cada pa¨ªs, con una perspectiva plurianual. Quien incumpla sus objetivos se arriesga a sufrir, en el examen com¨²n anual, sanciones morales, en forma de las "recomendaciones" previstas en el reciente Tratado de Amsterdam.Este m¨¦todo se inspira, en "el seguido para la convergencia econ¨®mica", se concluy¨®. Con ello se lograba reequilibrar, como insisti¨® el primer ministro franc¨¦s, Lionel Jospin, la Europa monetaria y la social. Eso s¨ª, "salvadas las distancias" que existen entre el proyecto del euro y el de una pol¨ªtica de empleo, y tambi¨¦n "entre las situaciones particulares de cada uno de los Estados miembros".
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