El Bar?a recae en el Tartiere
Couto y Guardiola fueron expuIsados y Rivaldo f¨¢lt¨® un penalti
El Bar?a perdi¨® el partido, la imagen de l¨ªder y hasta los nervios en el Carlos Tartiere. Pudo hacerlo por lo civil en un gran primer tiempo del Oviedo, plagado de oportunidades. Pero acab¨® sufri¨¦ndolo en una segunda parte marcada por el arbitraje de P¨¦rez Burrull. De un golpe, el Bar?a sufri¨® un penalti rid¨ªculo y la expulsi¨®n de Couto. Despu¨¦s, cuando la batuta de Guardiola hab¨ªa conseguido armonizar el equipo, Rivald¨® desperdici¨® un penalti de verdad, que pudo haber disimulado otro lamentable partido azulgrana.En Oviedo apareci¨® un Barca parado, como si durante el primer tiempo hubiese prolongado el minuto de silencio por la madre de Van Gaal. En realidad, los, jugadores azulgrana tuvieron poco que decir en un partido que se movi¨® al ritm¨® que le interesaba al Oviedo. Los de Tab¨¢rez, perfectamente asentados en defensa, obligaron al Barcelona a abonarse a la t¨¢ctica que, seg¨²n Marcelinho Carioca, utilizaba el Valencia de Valdano, la del limpiaparabrisas. El bal¨®n, efectivamente, viajaba de bota a bota azulgrana, casi siempre en horizontal, con una lentitud y reiteraci¨®n desesperantes. Ni rastro de aquel ritmo de bal¨®n que hac¨ªa temible al Bar?a de Cruyff. Para el Oviedo fue muy f¨¢cil obligar a que todos los ataques acabasen en las bandas, donde Figo y Rivaldo amagaban y amagaban aislados del mundo.El Oviedo, en cambio, llegaba hasta Hesp literalmente en dos patadas. Su tridente iberoamericano, liberado de responsabilidad defensiva, trajo por la calle de la amargura a la defensa catalana. Entre Pompei, Juan Gonz¨¢lez y Dely Vald¨¦s se. repartieron las oportunidades en un primer tiempo trepidante. A los cinco minutos, Juan Gonz¨¢lez reclam¨® un penalti en una pugna con Hesp, que evit¨® sospechas al quedarse parado en el cruce. A los 11, Ferrer sac¨® sobre la l¨ªnea un cabezazo de Dely Vald¨¦s. A los 17, Paulo Bento se sum¨® a la fiesta con un remate ligeramente cruzado. A los 26, Hesp se estir¨® al m¨¢ximo en una falta lanzada por Pompei, que poco despu¨¦s estrell¨® un bal¨®n en el poste con su pierna mala, la derecha. A este aluvi¨®n de oportunidades, consecuencia de un f¨²tbol presionante y directo apenas pudo responder el Ba?a con un par de tiritos que no inmutaron a Esteban. La moraleja fue evidente: el Bar?a quiso el bal¨®n para entretenerse, y el, Oviedo para hacer da?o.Tras el descanso, cuando el Barcelona parec¨ªa haber cambiado de actitud, el ¨¢rbitro irrumpi¨® en el partido como un elefante en una cacharrer¨ªa. P¨¦rez Burrull, que apareci¨® en escena hace dos semanas, gracias a un penalti no pitado sobre Kiko se lanz¨® al es trellato definitivamente ayer. Se nal¨® la m¨¢xima pena en la jugada m¨¢s absurda de los ¨²ltimos tiempos. Couto, derribado por Dely Vald¨¦s tras cortar un ata que del Oviedo, agarr¨® el bal¨®n con las manos, convencido de la falta. Burrull se?al¨® penalti y, despu¨¦s de cinco minutos de de bate con los indignados barcelonistas, expuls¨® al portugu¨¦s por doble tarjeta.
Instalado en el disparate, P¨¦rez Burrull convirti¨® poco despu¨¦s una falta de Abelardo como ¨²ltimo defensor, con la consiguiente roja directa, en amonestaci¨®n para Dely Vald¨¦s por simular ca¨ªda. El ¨²nico acierto, del ¨¢rbitro, en un penalti tan evidente como ingenuo de Abel Xabier a Pizzi, se convirti¨® en anecd¨®tico. por el fallo de Rivaldo, que lo mand¨® al poste y afuera.
Ese,error desconect¨® definitivamente del partido al Barcelona. Hasta Guardiola que hab¨ªa reintroducido cierto orden en su reaparici¨®n, perdi¨® los nervios y provoc¨® su expulsi¨®n con dos acciones absurdas en un minuto. Fue un colof¨®n acorde con el desastroso partido del Barca en el fort¨ªn del Tartiere, donde el Oviedo vuelve a tener una garant¨ªa de triunfo.
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