La piedra del Pe?¨®n
Los INTENTOS brit¨¢nicos de usar a la OTAN como instrumento de presi¨®n para lograr ventajas bilaterales en un contencioso colonial como es el de Gibraltar resultan inaceptables. Y eso supone precisamente la pretensi¨®n de Londres de condicionar el ingreso de Espa?a en la nueva estructura militar de la Alianza -que ha de decidirse en diciembre- al levantamiento sin contrapartidas de las restricciones militares a¨¦reas (y navales) impuestas al Pe?¨®n por Espa?a. ?stas afectan a un aeropuerto situado en un istmo ocupado ilegalmente por los brit¨¢nicos en el siglo pasado. La reuni¨®n del pasado viernes en Luxemburgo entre los ministros Abel Matutes y Robin Cook no ha servido sino para acentuar las diferencias.Gibraltar es el ¨²ltimo escollo que falta, una vez resuelto el asunto de Canarias, para la integraci¨®n de Espa?a en la nueva estructura militar de la OTAN. Espa?a ha puesto tres grandes opciones sobre la mesa: aislar la cuesti¨®n de la desaparici¨®n del mando OTAN, de cuarto nivel, en Gibraltar, de manera que no afecte a la reforma general de la Alianza; avanzar hacia un uso militar conjunto y limitado del aeropuerto, propuesta que el viernes present¨® formalmente Matutes, o coger el toro por los cuernos para situar este contencioso en el marco del proceso de Bruselas, varado casi desde sus inicios, en 1984. Esta ¨²ltima soluci¨®n ser¨ªa, desde luego, la m¨¢s satisfactoria. Pero Cook ni siquiera acept¨® la opci¨®n intermedia, pues supondr¨ªa la presencia de t¨¦cnicos espa?oles. en la torre de control del aeropuerto, y a asta esto se teme que pueda herir las suspicacias gibraltare?as sobre la soberan¨ªa respecto a este territorio ilegalmente ocupado en su d¨ªa.
El Gobierno brit¨¢nico deber¨ªa dejarse influir menos por los gibraltare?os y pensar en un inter¨¦s mayor que el de un Pe?¨®n ya sin valor estrat¨¦gico. Inter¨¦s que est¨¢, sin duda, en la relaci¨®n entre Madrid y Londres -aliados en una OTAN cuya renovaci¨®n no puede verse impedida por esta cuesti¨®n y socios en la Uni¨®n Europea-. Resulta absurdo que esta relaci¨®n siga tropezando siempre sobre esta roca, uno de los ¨²ltimos vestigios de colonialismo en el mundo.
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