'In memoriam'
Pocas veces un l¨ªder pol¨ªtico democr¨¢tico en el exilio ha conocido de una manera tan intensa el ¨¦xito econ¨®mico, el reconocimiento pol¨ªtico y la abyecta propaganda negativa de su adversario.Jorge Mas Canosa lleg¨® con apenas 20 a?os y las manos en los bolsillos a La Florida. Seg¨²n me coment¨® en una de nuestras conversaciones, decidi¨® escapar y luchar contra la dictadura de Castro, en los primeros meses de 1959 cuando el Comandante revolucionario anul¨® un juicio a los aviadores cubanos acusados de contrarrevolucionarios en La Habana. El juez militar que los absolvi¨® se suicid¨® y Castro nombr¨® otro tribunal que los conden¨®. Era un claro aviso de lo que se avecinaba.
Conoc¨ª a Mas Canosa en abril de 1994. Me llam¨® la atenci¨®n la firmeza de sus convicciones pol¨ªticas democr¨¢ticas y su apego a la teor¨ªa econ¨®mica de Hayek. Era un hayekiano, en estado puro I debido a su propia experiencia personal i mucho m¨¢s que a un aprendizaje acad¨¦mico. El derecho de propiedad, la iniciativa privada, el trabajo y la intuici¨®n eran la base de una econom¨ªa pr¨®spera. El Estado ten¨ªa que limitarse a garantizar los derechos de los ciudadanos y no suplantar la capacidad empresarial individual. Mas Canosa era admirador de Jefferson y de los presidentes Reagan y Bush, y de la primera ministra Margaret Thatcher, que hab¨ªan sido capaces de provocar la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y devolver a la iniciativa privada el protagonismo social y econ¨®mico que a su juicio le correspond¨ªa.
Pese a ello y al mal trato que le hab¨ªa dado una parte de los medios de comunicaci¨®n espa?oles, Mas Canosa se sent¨ªa mucho m¨¢s cerca de la cultura y de la historia de Espa?a que de EE UU. No hay nada m¨¢s lejos de la realidad que la acusaci¨®n castrista e izquierdista de que Mas Canosa era un instrumento de los americanos contra Cuba. M¨¢s bien era justo lo contrario. Mas Canosa hizo lo posible por "f¨®rzar" la pol¨ªtica exterior norteamericana en beneficio de la causa del exilio cubano en EE UU que mayoritarianiente considera que a Castro no hay que hacerle concesiones en tanto el dictador no ceda en cuestiones esenciales como el respeto a los derechos humanos.
La propaganda lanzada contra ¨¦l por el Gobierno de Cuba fue deleznable pero era un instrumento muy eficaz para la lucha pol¨ªtica de una parte de la izquierda. La brutalidad y mentiras de algunos pol¨ªticos y periodistas espa?oles en sus acusaciones contra Mas Canosa formar¨¢n parte de la historia de la infamia. Mas Canosa hizo su fortuna de manera absolutamente legal y estaba sometido a los f¨¦rreos controles fiscales e investigaciones del Gobierno Federal de EE UU. Jorge Mas Canosa era presidente del Consejo de Administraci¨®n de Radio Mart¨ª por nombramiento presidencial consecutivo de Reagan, Bush y Clinton. Por ello pasaba controles exhaustivos del Senado norteamericano cada seis meses sobre su vida p¨²blica, empresarial y privada. En esas circunstancias ?por qu¨¦ repetir las absurdas acusaciones del Gobierno de La Habana?Jorge Mas Canosa ha muerto comprobando el creciente aislamiento de Castro y la proximidad de la libertad de Cuba. Lamentablemente, como tantos otros, no ha podido regresar a su patria en libertad, que fue la causa a la que dedic¨® toda su vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.