Geopol¨ªtica del islamismo radical
Un pluralismo que permitiera, seg¨²n, la autora, mayor participaci¨®n de las ¨¦lites islamistas aumentar¨ªa la estabilidad y aislar¨ªa la violencia.
La tendencia islamista, lejos de ser monol¨ªtica, se caracteriza por una gran diversidad que la inspira principalmente la distinta manera de concebir sus relaciones con el Estado. La corriente revolucionaria defiende el recurso a la violencia como v¨ªa leg¨ªtima para lograr sus fines de toma del poder, y podr¨ªamos denominar como grupos "consensuales" rechazan la violencia y aceptan su participaci¨®n en el marco pol¨ªtico constitucional con otros partidos no islamistas (Hermanos Musulmanes en Egipto y Jordania, el FIS en Argelia, Al-Nahda en T¨²nez, el Partido Refah en Turqu¨ªa). Ambas tendencias existen de manera concomitante y aunque el sensacionalismo medi¨¢tico resalte a los violentos, de hecho son mucho m¨¢s minoritarios.Los grupos radicales se remontan a los a?os cincuenta y sesenta. Entre los primeros se cuenta el Partido de la Liberaci¨®n Isl¨¢mica, uno de los m¨¢s misteriosos movimientos islamistas, de origen palestino-jordano, creado bajo el liderazgo del Chayj Taqi al Din al Nabhani fruto de la rivalidad y divergencia con los Hermanos Musulmanes. Este grupo llev¨® a cabo un primer atentado sin ¨¦xito contra el presidente Anuar el Sadat en 1974, en 1983 algunos de sus militantes fueron condenados a duras penas en T¨²nez y en 1993 fue acusado por las autoridades jordanas de compl¨® contra el rey. En el ¨¢rea jordano-palestina naci¨® tambi¨¦n en 1988 el grupo el Ej¨¦rcito de Mahoma (Yaych Muliaminad) Zaydan, y al que se acus¨® de compl¨® contra el Estado en Jordania.
Otros grup¨²sculos radicales surgir¨¢n en los a?os sesenta cuando la represi¨®n del r¨¦gimen naserita contra los Hermanos Musulmanes lleve a un sector del movimiento a discrepar con el car¨¢cter moderado de la organizaci¨®n madre y crear el grupo Al Yihad (Lucha a Favor del Islam), ubicado principalmente en Egipto, L¨ªbano y Palestina, y Takfir wa Hiyra (Excomuni¨®n y Retirada al Desierto). El primero se atribuy¨® m¨²ltiples secuestros durante la guerra civil libanesa y el asesinato de Sadat, en octubre de 1981, y el segundo, el secuestro y asesinato de un ministro egipcio en 1977.
Todos estos grupos, cuyos l¨ªderes son dif¨ªciles de identificar porque usan a menudo seud¨®nimos y cuyos militantes practican una circulaci¨®n clandestina en los pa¨ªses musulmanes, si bien comparten el recurso al terror contra la sociedad "imp¨ªa", no constituyen, sin embargo, una "internacional islamista radical": nacen, desaparecen, se reestructuran, o incluso en ocasiones no son sino una sigla que oculta a los verdaderos promotores no siempre islamistas de la violencia.
En otras ocasiones, el grupo extremista es exclusivamente aut¨®ctono y antes de radicalizarse cohabit¨® con el sistema, como es el caso de las Gamaat Islamiyya de Egipto desarrolladas inicialmente en el ¨¢mbito urbano y estudiantil hasta que el acuerdo de paz con Israel en 1979 y la acogida del sah de Persia en el pa¨ªs tras, ser expulsado por la revoluci¨®n isl¨¢mica, pusieron fin al modus vivendi que hasta entonces hab¨ªa prevalecido entre el r¨¦gimen y las Gamaat. La "contribuci¨®n" de Sadat a la reislamizaci¨®n de Egipto dentro de su estrategia de "desnasserizaci¨®n" del r¨¦gimen, unida a su pol¨ªtica prooccidental y de acercamiento a Israel, fue decisiva para la emergencia del islamismo egipcio en general y de la rama radical en particular.Otras veces el grupo surgir¨¢ estructurado en torno a una figura carism¨¢tica, como el saud¨ª de Juhayman al Utaybi, responsable de la toma de La Meca en 1979. Las denuncias de corrupci¨®n, opresi¨®n y alejamiento del esp¨ªritu asc¨¦tico de la ideolog¨ªa que cre¨® el Estado saud¨ª por parte de dichos islamistas exigi¨® una rotunda fatwa del islam oficial que justificase la entrada del ej¨¦rcito Al Haram para reducir (y masacrar) a los. rebeldes. Los Batallones de la Fe, que en los dos ¨²ltimos a?os han desafiado a la seguridad saud¨ª y americana colocando bombas con m¨²ltiples v¨ªctimas, contin¨²an la l¨ªnea del grupo anterior, m¨¢s radicalizados por la dependencia que el Estado saud¨ª manifest¨® con respecto a Occidente durante la guerra del Golfo.
Por otro lado, en los a?os noventa el islamismo extremista va a desarrollarse tambi¨¦n en torno a un nuevo grupo: los veteranos de la guerra de Afganist¨¢n, s¨ªmbolo de la victoria del islam contra el comunismo occidental. Muy j¨®venes y poco instruidos, estos combatientes conocidos en todas partes como los "afganos", reclutados en su d¨ªa dede sus Estados Y financiados por Arabia Saud¨ª, van a regresar a sus respectivos pa¨ªses radicalizados por su experiencia a trav¨¦s del combate y van a rechazar la moderaci¨®n de las grandes organizaciones islamistas donde podr¨ªan integrarse. De hecho, o bien van a nutrir las ramas militaristas de algunos movimientos pol¨ªticos, o bien van a ingresar e incluso liderar grupos violentos como, por ejemplo, el GIA argelino.
Finalmente, habr¨ªa que se?alar el desarrollo, consecuencia de la gran hostili-dad de su entorno, de ramas violentas dentro de movimientos de Hermanos Musulmanes que en otras geograf¨ªas aplican una pol¨ªtica moderada y de inserci¨®n en el sistema. Es principalmente el caso de Ham¨¢s en Palestina donde la pol¨ªtica de bloqueo e intransigencia del Gobierno israel¨ª no hace sino promover y radicalizar a los grupos partidarios de la resistencia armada frente al liderazgo pol¨ªtico del movimiento, sin duda tendente al di¨¢logo si se diesen las condiciones para ello.
En realidad- son sobre todo los marcos nacionales de integraci¨®n o represi¨®n del islamismo moderado los que m¨¢s influyen en la mayor o menor capaciad de acci¨®n de los violentos y, por ello, en aquellos sistemas cerrados a la integraci¨®n de nuevos grupos sociales tanto en la vida pol¨ªtica como en la educatia y profesional, la tendencia islamista tender¨¢ a desarrollarse como movimiento donde la identidad tercermundista te?ida de antioccidentalismo se ver¨¢ reforzada. Sin embargo, un marco pluralista que permitiese la movilidad social y la participaci¨®n de las nuevas ¨¦lites islamistas contribuir¨ªa a la estabililad y a aislar la violencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.