Otra forma de ver cine

Hoy, a las 23.40, Canal + emite un programa documental titula do Otra forma de ver c¨ªne, que pormenoriza los or¨ªgenes, el desarrollo y las consecuencias de la introducci¨®n y posterior expansi¨®n en Espa?a del sistema de multisalas, forma de exhibici¨®n cinematogr¨¢fica que en el ¨²ltimo cuarto de siglo ha cambiado muchas cosas entre las que intervienen la hora de elegir y luego ver una pel¨ªcula. Dan su parecer en el programa empresarios de salas y profesionales de un lado y otro de la c¨¢mara, que nos cuentan su experiencia como espectadores de s¨ª mismos y nos dan su idea de qu¨¦ y c¨®mo ha cambiado en el cine con este cambio en la forma de exhibir las pel¨ªculas, que paso a paso ha dejado arrinconado el viejo sistema de la gran sala ¨²nica de estreno, seguida por varias de reestreno y finalmente por las incontables -y ya casi extinguidas- de barriada.'En la pantalla del programa de Canal + estar¨¢ uno de los pioneros fundadores de los cines Alphaville. Tambi¨¦n estar¨¢ Enrique Gonz¨¢lez Macho, fundador de los cines Renoir. Igualmente ha sido consultado Ricardo ?vole, empresario de los cines Ideal. Y con ellos las -presencias y las impresiones al respecto de El Gran Wyorning y Soledad Pu¨¦rtolas, y de los cineastas Fernando Colomo, Enma Su¨¢rez y Ricardo Franco. Los primeros complejos de varias salas comenzaron a funcionar en Madrid hace, 25 a?os. Nacieron con posterioridad, a las que entonces se llamaban salas de arte y ensayo, ¨²nicas en que pod¨ªan verse (con cuentagotas) durante los ¨²ltimos a?os de la dictadura franquista pel¨ªculas proyectadas en versi¨®n original, que es la ¨²nica forma no adulterada de ver cine. 'De hecho, es la conquista de la expansi¨®n de la versi¨®n original, junto con la exhibici¨®n de filmes europeos -y en menor medida asi¨¢ticos y latinoamericanos- en contra de la presi¨®n colonizadora excluyente de Hollywood, lo que ha convertido a este fen¨®meno en esencial para la forja de un nuevo espectador, capaz de mover a la propia creaci¨®n de pel¨ªculas en Espa?a y de generar una demanda de cine propio y extranjero no sometido al rasero hollywoodense.La posibilidad de ver en Espa?a una pel¨ªcula en versi¨®n original (casi Inimaginable bajo el franquismo) se ha ensanchado mucho, y para cierto tipo de filmes casi se ha generalizado. No es ajeno a ello ese aludido poder transformador de los gustos del p¨²blico desencadenado por el sistema de minicines, muchos construidos en el ¨¢mbito vaciado de uno de aquellos grandes cines de estreno o reestreno, ahora divididos en varias salas de tama?o medio y peque?o, que ofrecen al espectador la posibilidad de optar por una pel¨ªcula o por otra. El despegue de esta forma de exhibici¨®n fue inicialmente lento. Si hace 25 a?os que existen en Madrid minicines, s¨®lo hace 20, con la fundaci¨®n de los cines Alphaville en 1977, que dieron un primer salto adelante. Pero lo que marc¨® una l¨ªnea de empuje definitivo fue la creaci¨®n de los cines Renoir, que desde su consolidaci¨®n, en lugar de replegarse, adoptaron una din¨¢mica de ensanchamiento y hoy conforman, con este o con otros nombres, un important¨ªsimo conjunto de decenas de salas repartidas por toda Espa?a. Hay sustanciales variaciones entre la oferta de cine de hace un cuarto de siglo y la de ahora. Por ejemplo, uno de los factores del espectacular crecimiento en la ¨²ltima d¨¦cada de las n¨®minas de cineastas espa?oles debutantes no es ajena a este sistema de exhibici¨®n, que permite a un empresario de multisalas mantener en cartel una pel¨ªcula de director desconocido, con bajo o nulo presupuesto publicitario, a la espera de que se produzca un t¨ªr¨®n hacia arriba de la audiencia, cosa que con frecuencia ocurre y que sena inimaginable en el sistema de exhibici¨®n antiguo. No hay riesgo alguno al afirmar que casi todos los nuevos directores espa?oles en alza han podido sacar hacia delante su carrera gracias a la existencia de una minisala, cuyo empresario sostuvo su pel¨ªcula en cartel contra viento y marea.