Con el alma encogida
Sub¨ªa a casa por la que es mi carretera habitual: la nacional VI. Eran las diez y media de la noche. Hay atasco por accidente. Dios, otra vez.Llegamos a casa con el alma encogida. Al rato llega mi hermano. Comentamos lo de siempre, lo que todo el mundo que tiene que transitar a diario por esta carretera comenta: "La gente va, literalmente, mat¨¢ndose". Incluso personas de otras carreteras dicen que es imposible ir por esta carretera si no vas a 140 o m¨¢s. Buenos coches, ya se sabe. Y lo de los autobuses es tema aparte. En concreto, los de Las Rozas. Hacen lo que les da la gana. Es la prepotencia de la fuerza. El coche del accidente estaba aprisionado entre dos autobuses. ?Qu¨¦ prisa tienen?
Me levanto al d¨ªa siguiente. Lo primero, el peri¨®dico. El periodista dice que el bus-VAO se convirti¨® en una trampa mortal. Cierto. No porque sea una trampa mortal en si ' sino porque los que van dentro creen que tienen el mismo margen de maniobra que fuera y no bajan de 140. El accidente de ayer no lo provoc¨® el autob¨²s, sino cualquier otro que pensaba que puede conducir a 160 entre dos barras de hormig¨®n.
Suena el tel¨¦fono:
-?Sabes qui¨¦n ha muerto ayer en la carretera de La Coru?a?
-No.
-Marino.
Todo se paraliza un instante. Un amigo estaba dentro de ese gui?apo de color rojo en que qued¨® convertido el 205. No hay palabras. Es demasiado duro.
Sirva esta carta en recuerdo suyo. En recuerdo de su sempiterna sonrisa cada vez que visit¨¢bamos su bar (que era muy a menudo). Despu¨¦s de muchos a?os peleando, por fin este bar funcionaba bien. Imposible no echarle de menos-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.