Contra la buena voluntad
Lamentable me parece que las Administraciones P¨²blicas recurran directamente o a trav¨¦s de ONG a las voluntarias y los voluntarios para cubrir necesidades sociales de primer orden.Penoso resulta comprobar c¨®mo j¨®venes que finalizan estudios profesionales o universitarios necesitan currar a veces hasta seis meses, por la cara, para realizar pr¨¢cticas no remuneradas en Administraciones P¨²blicas o entidades privadas, que en la mayor¨ªa de los casos ni sirven para aprender ni, mucho menos, para cubrir expectativas profesionales en el ¨¢mbito social.
Pero inadmisible considero que los objetores de conciencia sean obligados a desarrollar trabajos sociales para los que no est¨¢n preparados, ni tan siquiera motivados, evitando que se creen puestos de trabajo ocupados por profesionales, y favoreciendo, una discriminaci¨®n sexista con respecto a las mujeres, que, afortunadamente para ellas, no son privadas de libertad durante 13 meses-
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