Los posibles efectos reales de la crisis financiera actual
Puede que sea demasiado pronto para hablar de los efectos reales de la crisis actual ya que est¨¢ a¨²n muy lejos de considerarse superada, pero s¨ª se pueden aventurar algunas ideas preliminares sobre su impacto.La interconexi¨®n y contagio de las econom¨ªas y de los mercados, especialmente los financieros, es la gran novedad de las dos ¨²ltimas crisis de este final de siglo, la mexicana y la del este asi¨¢tico. La creciente globalizaci¨®n ha permitido que la crisis cambiaria derivada de unos tipos de cambio fijos y sobrevaluados en una serie de pa¨ªses asi¨¢ticos se haya convertido en una crisis inmobiliaria y burs¨¢til primero y bancaria despu¨¦s, que ha contagiado, de momento, a las bolsas y a los precios de los bonos y otros instrumentos financieros alrededor del mundo. Estos efectos son ya de sobra conocidos porque ya se han "sufrido" y momento superado al menos en Europa y Estados Unidos.
La ca¨ªda de los precios inmobiliarios, de las acciones y los bonos suele tener un impacto sobre la econom¨ªa real derivado del llamado "efecto riqueza". En principio, cuando los precios de dichos activos est¨¢n a niveles muy altos, sus propietarios tienden a sentirse m¨¢s ricos y por tanto a consumir m¨¢s. Por otro lado, cuando los precios de las acciones est¨¢n creciendo, las empresas aprovechan para emitir m¨¢s acciones a un coste menor de capital e invertir m¨¢s. Lo contrario ocurre cuando los precios de dichos activos caen, lo que sin duda puede afectar al crecimiento de la demanda interna de consumo y de inversi¨®n y, por tanto el crecimiento econ¨®mico. Sin embargo, una serie de hechos minimizan este efecto. En primer lugar, en los ¨²ltimos a?os las salidas a Bolsa han sido, fundamentalmente, derivadas de las privatizaciones y no de nuevos negocios y las ampliaciones de capital han sido, en parte, compensadas por recompras de acciones y salidas de la Bosla de otras compa?¨ªas.
En segundo lugar, el coste de financiarse emitiendo acciones ha sido casi siempre m¨¢s elevado que el del endeudamiento bancario o el de las emisiones de renta fija. En tercer lugar, y parad¨®jicamente, la experiencia muestra que las grandes adquisiciones, fusiones y opas en Bolsa se han dado en las etapas de auge burs¨¢til y no en las de ca¨ªda de las cotizaciones.
Finalmente, las bolsas de los pa¨ªses de la OCDE se han recuperado ya de su ca¨ªda, al menos de momento, por lo que el "efecto riqueza" de las familias en su consumo no ha tenido m¨¢s efecto que el del "susto" y en cierto temor a que se repita, lo que las ha hecho m¨¢s precavidas y selectivas.
Los efectos reales m¨¢s importantes est¨¢n a¨²n por llegar y son los que se refieren al impacto sobre el comercio y la inversi¨®n mundiales y, a trav¨¦s de ¨¦stos, sobre el crecimiento de las econom¨ªas.
Las fuertes devaluaciones de las monedas de Tailandia, Indonesia, Malasia, Filipinas y Corea y las ca¨ªdas del yen y del d¨®lar en Hong Kong y Singapur, har¨¢n que sus exportaciones sean mayores por ser m¨¢s baratas y competitivas y que sus importaciones sean menores.
Por un lado, como dichos pa¨ªses (m¨¢s China, que devalu¨® ya hace dos a?os, y Jap¨®n) representan un 34% de las exportaciones mundiales, van a tener una capacidad de competitividad y penetraci¨®n mucho mayor en el resto de los mercados mundiales, especialmente en los de los pa¨ªses de la OCDE, lo que puede hacer resurgir presiones proteccionistas.
Por otro lado, dichos pa¨ªses han representado, con sus altas tasas de crecimiento, cerca del 50% del crecimiento mundial en los ¨²ltimos seis a?os y ahora van a crecer menos, con lo que importar¨¢n menos. Adem¨¢s, el 40% de las exportaciones japonesas que se dirigen a dichos pa¨ªses, as¨ª como el 25% de las de Estados Unidos y el 10% de las de Europa, ser¨¢n tambi¨¦n menores en los pr¨®ximos a?os por ser menos competitivas en t¨¦rminos de sus monedas devaluadas. Como consecuencia de ello, la contribuci¨®n de sector exterior al crecimiento de Jap¨®n, Estados Unidos y Europa ser¨¢ menor, ya que importar¨¢n m¨¢s y exportar¨¢n menos y, por tanto, sus tasas de crecimiento se ver¨¢n afectadas. El resultado final ser¨¢ que aumentar¨¢n los desequilibrios de las balanzas de bienes y servicios de todos los pa¨ªses del mundo, los de Asia aumentar¨¢n sus super¨¢vit o reducir¨¢n sus d¨¦ficit y los del resto del mundo reducir¨¢n sus super¨¢vit o aumentar¨¢n su d¨¦ficit. Un reciente estudio de Goldman Sanchs ha estimado que el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos de los pa¨ªses del Asean mejorar¨¢ un 4% en t¨¦rminos de su PIB, las del resto de Asia un 2% de su PIB y la de Jap¨®n un 1%. Estos ajustes en las cuentas corrientes producir¨¢n en 1998 una reducci¨®n de las tasas de crecimiento del PIB de Estados Unidos de 0,5 puntos, de Europa de 0,4 puntos y de Jap¨®n de 1,6 puntos (incluido un punto de ca¨ªda por la demanda interna). La OCDE crecer¨¢ un 0,5% menos y el mundo un 1% menos. El impacto se notar¨¢ especialmente en el primer semestre de 1998. El efecto sobre la inflaci¨®n de la OCDE ser¨¢ positivo ya que la reducir¨¢ en un 0,4% y caer¨¢ a un 2,1%. Naturalmente, estos c¨¢lculos se refer¨ªan a la situaci¨®n al 5 de noviembre y, desde entonces, la crisis ha empeorado con una mayor ca¨ªda del Won coreano y de otras monedas, por lo que el impacto final puede ser a¨²n mayor, especialmente en Jap¨®n.
Ahora bien, al mismo tiempo que la crisis se ha acentuado, las estimaciones del crecimiento de Estados Unidos y de Europa se est¨¢n revisando al alza. Estados Unidos se espera que crezca un 3,7% en 1997 frente a una estimaci¨®n de un 3% hace s¨®lo unos meses, debido a un crecimiento de su demanda interna mayor del esperado. El crecimiento de Europa tambi¨¦n se ha revisado al alza hasta un 2,7% en 1997. Ello har¨¢ que el impacto neto sea bastante menor en ambas ¨¢reas.
Por ¨²ltimo, existe otro efecto negativo, que es enormemente dif¨ªcil de calcular y es el de la crisis bancaria. El este asi¨¢tico ha sido un important¨ªsimo importador de capital del resto del mundo. El volumen total de cr¨¦ditos bancarios sobre dicha regi¨®n al comenzar la crisis superaban los 800.000 millones de d¨®lares. Muchos de dichos cr¨¦ditos van a ser de dif¨ªcil recuperaci¨®n porque, por un lado, una buena parte de ellos estaban denominados en d¨®lares o yenes sin cobertura del riesgo de cambio por parte de las empresas o bancos prestatarios y, al sufrir devaluaciones de cerca de un 50%, va a ser muy dificil que puedan repagar una carga de intereses y principal un 50% m¨¢s cara y, por otra parte, muchas de las empresas y bancos deudores est¨¢n en dificultades y algunos ya han quebrado. La tasa de morosidad y fallidos de la banca en estos pa¨ªses se sit¨²a, seg¨²n varias fuentes, en una media cercana al 30%.
Los bancos japoneses, que a¨²n no han terminado de salir de los problemas de saneamiento de sus carteras inmobiliarias, se encuentran ahora con que tienen que provisionar tanto el fuerte deterioro de sus carteras de acciones por una ca¨ªda de Nikkei de 7.000 puntos en pocos meses, como sus cr¨¦ditos morosos y fallidos concedidos a los pa¨ªses m¨¢s afectados de la regi¨®n. Todo ello con un mercado interno que pr¨¢cticamente no crece, ya que el crecimiento japon¨¦s se espera que sea del 0,7% en 1997 y de un 0,6% como m¨¢ximo en 1998.
Ante esta situaci¨®n, Jap¨®n no tiene m¨¢s remedio que, por un lado, dejar caer los bancos comerciales, las empresas de seguros y las casas de valores que est¨¦n en peor situaci¨®n y ayudar con inyecciones temporales de dinero al resto y, por otro, intentar expansionar, fiscalmente, su demanda interna para compensar parte del impacto negativo sobre su crecimiento. De no ser as¨ª los riesgos potenciales de propagaci¨®n de la crisis financiera podr¨ªan ser muy elevados. De todas maneras, no va a ser tarea f¨¢cil ya que el valor total de los activos en la econom¨ªa ha ca¨ªdo por debajo de los cr¨¦ditos extendidos contra ellos, a pesar de haber inyectado ya un bill¨®n de d¨®lares.
En definitiva, el impacto real es, de momento, manejable, pero para evitar que vaya a m¨¢s necesitaba una mayor coordinaci¨®n de pol¨ªticas econ¨®micas entre los Estados Unidos la Uni¨®n Europea y Jap¨®n y que los tres y el Fondo Monetario Internacional act¨²en de com¨²n acuerdo.
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