Tiroteos en las calles de Kinshasa
El descontento y la inseguridad aumentan en el nuevo Congo de Kabila
Casi siete meses despu¨¦s de la toma del poder por Laurent-Desir¨¦ Kabila, la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (RDC, antiguo Zaire) vive una ola de incidentes que ha tra¨ªdo otra vez el temor a una poblaci¨®n cada d¨ªa m¨¢s descontenta. El arresto del comandante Anselme Masasu Nindaga, hasta mayo consejero especial del jefe de Estado en materia de seguridad, ha elevado la inseguridad hasta el punto de que los cuarteles militares amanecen con tiroteos y disputas entre los propios militares de la Alianza de Fuerzas Democr¨¢ticas para la Liberaci¨®n de Congo-Zaire (AFDL). Nueve soldados y dos civiles murieron ayer en dos enfrentamientos a tiros en el interior del palacio presidencial de Kinshasa -donde no se sabe si se encontraba Kabila- y ante el Banco Central congole?o. Testigos presenciales dieron cuenta de que los incidentes enfrentaron a soldados tutsis y unidades de la polic¨ªa militar, que intentaba detener a varios uniformados implicados en robos y extorsiones y que hab¨ªan sido sacados de la c¨¢rcel por sus compa?eros.Ante esta situaci¨®n, la democracia deseada por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n aparece como la ¨²nica v¨ªa de escape a lo que ya algunos califican de nuevo mobutismo. Otros, en cambio, comprenden la situaci¨®n al tiempo que piden "mano dura" para intentar reconstruir el pa¨ªs. As¨ª, aplauden todas las iniciativas de la AFM en materia de seguridad y en materia econ¨®mica. Ahora, y por decreto, las furgonetas Koimbi encargadas del transporte p¨²blico no pueden albergar m¨¢s de 18 personas, cuando en la ¨¦poca de Mobutu pod¨ªan api?arse hasta 25 pasajeros en las sardikombi, palabra que alude a las sardinas en lata.
La paridad fija entre la moneda local, el zaire, y el d¨®lar, as¨ª como la sustituci¨®n el pr¨®ximo 1 de enero de los billetes en los que todav¨ªa figura la efigie del dictador Mobutu Sese Seko por el nuevo franco congole?o y la puesta en funcionamiento del sistema bancario hasta ahora inexistente, son otras de las medidas de la AFDL aplaudidas por la poblaci¨®n.
Pero, pese a la existencia de diferentes cuerpos policiales de reciente aparici¨®n, como la Polic¨ªa de Intervenci¨®n R¨¢pida (PIR) y la Polic¨ªa de Detenci¨®n Militar de Actividades Antipatria (Demiap), esta ¨²ltima muy activa en las semanas precedentes, la "justicia popular" no acaba de ser erradicada de las calles. Al contrario, la presencia en Kinshasa de los ni?os-soldados kadogos (militares de Kabila), que se alzaron con el poder el pasado 17 de mayo, ha elevado la inseguridad y los malos tratos a una poblaci¨®n que les recibi¨® con los brazos abiertos en el momento de la liberaci¨®n. "Si te dan el alto y no te paras, te disparan sin contemplaciones", comenta una misionera.
Si bien nadie escapa a la inseguridad, los pol¨ªticos y periodistas son los m¨¢s perseguidos. Los robos de coches son frecuentes, y la excusa esgrimida es siempre el pasado mobutista del agredido. En este sentido, el Comit¨¦ por la Democracia y los Derechos del Hombre (CDDH) emiti¨® un comunicado en el que mostraba su preocupaci¨®n por la inseguridad reinante en la capital. Los tiroteos en los campos militares, avivados por la detenci¨®n de Masasu, son una buena muestra de ello. El caso del mec¨¢nico de autom¨®viles, Henry Futi Mentes, ejemplifica el fen¨®meno: varios soldados ven su coche, les gusta, y acusan a su propietario de mobutista. Los nueve soldados se llevan el veh¨ªculo, del que no se vuelve a saber nada.
Tambi¨¦n la prensa ha sufrido numerosos golpes. Durante la detenci¨®n del pol¨ªtico Arthur Z'Ahidi Ngoma, el pasado 25 de noviembre, numerosos periodistas fueron agredidos. El peri¨®dico opositor Elima ha sido ocupado varias veces por kadogos, y el editor de Le Phare, Polydor Muboyayi, pas¨® un mes en la c¨¢rcel por "criticar al r¨¦gimen".
Los pol¨ªticos de la oposici¨®n a la AFDL tampoco escapan a estos riesgos. El profesor Mathieu Kalele, dirigente de un grupo opositor, fue detenido por criticar "el neocolonialismo de Occidente, ejercido por una raza nil¨®tica", los tutsis. Precisamente, esta es la tesis m¨¢s extendida entre los descontentos, ya que esta etnia domina los Gobiernos de Uganda, Ruanda, Burundi y Congo-Kinshasa. La mayor¨ªa de los habitantes de la capital congole?a, de origen bant¨², se apuntan mayoritariamente a esta explicaci¨®n, al tiempo que piden entrar en un Gobierno que, seg¨²n dicen, est¨¢ dominado por "extranjeros", en referencia a los tutsi banyamulenge, no reconocidos por Mobutu como zaire?os.
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