Los bares 'toman' un barrio de Alcorcon ante la impotencia municipal

La iniciativa de Alcorc¨®n (142.000 habitantes) de sacar los bares de copas del casco urbano y concentrarlos en un pol¨ªgono industrial alejado de las viviendas fracas¨® tras el asesinato de un joven en mayo de 1995. El Ayuntamiento renunci¨® a promover una segunda Costa Polvoranca y los bares se han desplazado al interior de la localidad. Los vecinos del Parque de Lisboa tienen que aguantar ahora todos los fines de semana a unos 6.000 j¨®venes que toman las calles para su ruidosa diversi¨®n. El Ayuntamiento dice no tener competencias para actuar ante la proliferaci¨®n de locales.

La zona de copas, denominada la L, est¨¢ situada entre las calles Porto Cristo y la avenida Alcalde Jos¨¦ Aranda. En 400 metros se congregan 18 bares, tres recreativos, una pizzer¨ªa y dos tiendas de frutos secos. La concentraci¨®n de personas es tan alta que la circulaci¨®n de veh¨ªculos es dif¨ªcil. Los parques suelen estar tomados por j¨®venes que, tumbados en el c¨¦sped o subidos a los bancos, beben botellas de cerveza de litro, las conocidas litronas, o calimocho -mezcla de vino y refresco de cola- El sarao empieza, seg¨²n los vecinos, a las seis de la tarde y dura hasta las cuatro de la madrugada. Los d¨ªas cr¨ªticos, los viernes y los s¨¢bados.La Asociaci¨®n de Vecinos del Parque de Lisboa pidi¨® reunirse con el alcalde de Alcorc¨®n, el socialista Jes¨²s Salvador Bedmar, el pasado 10 de octubre. De momento dicen haber recibido el silencio por respuesta. Han solicitado que se tomen 15 medidas para solucionar el deterioro que est¨¢ sufriendo el barrio. Entre ellas est¨¢n la convocatoria de la Junta de Seguridad Local, la elaboraci¨®n de un plan conjunto entre las polic¨ªas municipal y nacional, un mayor control de las licencias de apertura de los locales, la prohibici¨®n del consumo de alcohol en la calle o el establecimiento de un servicio especial de limpieza para la zona. "Estamos hartos de soportar ruidos, esc¨¢ndalos y broncas. Los representantes municipales asisten de forma impasible, como si el asunto no fuera con ellos o no les incumbiera", comenta el secretario de la asociaci¨®n, Mart¨ªn P¨¦rez.

El Ayuntamiento niega todo y vierte las responsabilidades en la Polic¨ªa Nacional y la Delegaci¨®n de Gobierno. Dice no tener competencias para controlar la L. Una medida solicitada por el alcalde al delegado gubernativo es que 40 agentes locales puedan patrullar de paisano para controlar la venta de alcohol a menores. La ¨²ltima propuesta es que vecinos, consistorio, Comunidad de Madrid y el delegado se re¨²nan para buscar salidas a la situaci¨®n. "Tiene dif¨ªcil soluci¨®n: no puede prohibirse a nadie que est¨¦ en la calle ni beber fuera de los locales", matiza Bedmar.

Fuentes de la comisar¨ªa de Polic¨ªa Nacional de Alcorc¨®n negaron que en la L se produjeran agresiones y que el Ayuntamiento no pueda intervenir. Seg¨²n las fuentes, las competencias municipales incluyen evitar el vandalismo y controlar la hora de cierre de los bares. Adem¨¢s, recuerdan que la Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado recoge que los agentes locales deben auxiliar a la Polic¨ªa Nacional.

Los due?os de los locales dan la raz¨®n a los vecinos. Niegan tener culpa: cumplen la normativa sobre ruidos, tienen sus licencias en regla y disponen de personal de seguridad que impide sacar bebidas del local. Pero el problema se da fuera. Los j¨®venes se re¨²nen en la calle, chillan y compran sus bebidas en tiendas de frutos secos. All¨ª son m¨¢s baratas. El Ayuntamiento asegura no poder limitar sus horarios, los empresarios les acusan de competencia desleal y los vecinos piden su cierre. "Nos est¨¢n perjudican do. Los chicos compran all¨ª y beben en la calle. Luego lo tiran por ah¨ª", explica el due?o de Periferia, Feliciano Carrera.

Los j¨®venes reconocen que est¨¢n causando problemas al lugar. La comodidad tambi¨¦n es evidente: no tienen que ir a Madrid para divertirse. "Lo que tendr¨ªan que hacer es cerrar la calle al tr¨¢fico y limpiarla m¨¢s.Cuando llueve da asco", explica ¨®scar Burrieza, un asiduo de la L.