La patronal francesa, elige a un 'duro' para dirigir la ofensiva contra las 35 horas semanales
La primera v¨ªctima de la ley francesa instaurando la semana de 35 horas laborables a partir del a?o 2000 fue Jean Gandois, el dirigente del CNPF, la principal agrupaci¨®n patronal. A Gandois sus colegas le reprocharon el que fuese un "blando". El escogido como candidato oficial por la ejecutiva del CNPF es Ernest-Antoine Seilli¨¨re de Laborde, uno de los duros que se oponen a la medida gubernamental de implantar la semana laboral de 35 horas.
Hijo del bar¨®n Jean Seilli¨¨re y de la baronesa Ren¨¨e de Wendel, nieto de otro bar¨®n y descendiente de los fundadores -en 1704- de las m¨¢s importantes acer¨ªas de Francia, Ernekind (el ni?o Ernesto), tal y como siguen llam¨¢ndole sus amigos, preside el CGIP, una compa?¨ªa de inversiones que mueve cada a?o 7.000 millones de francos (175.000 de pesetas), y simboliza a la perfecci¨®n la transformaci¨®n del mundo empresarial moderno, m¨¢s financiero que industrial.Ernekind, para ganarse el voto de la base del CNPF el pr¨®ximo 16 de diciembre, se ha lanzado a una campa?a de frases explosivas: "El asunto de las 35 horas debe permitirnos a los empresarios desestabilizar a Lionel Jospin" o "hay que acosar, vali¨¦ndose de todos los medios, a los responsables pol¨ªticos y administrativos para que tomen conciencia de lo que significan las 35 horas".
Entre las armas esgrimidas est¨¢ la de la silla vac¨ªa en la gesti¨®n de ciertos organismos que el CNPF gestiona -mutuas, subvenciones a la familia...-, en pie de igualdad, con los sindicatos y, sobre todo, la sorprendente decisi¨®n de "retirar el CNPF de la negociaci¨®n social a escala nacional" para potenciar a cambio "el di¨¢logo a nivel de cada sector o rama" y, a¨²n m¨¢s, "el di¨¢logo en el interior de cada empresa".
Las palabras de Seilli¨¨re quieren ser "sin prudencias absurdas, las que dir¨ªan todos los empresarios". Su credo es ahora el de un liberalismo a ultranza, que necesita defenderlo en voz tanto m¨¢s fuerte cuanto menos cre¨ªble aparece el que lo haga un ex-alumno de la prestigiosa ENA (Ecole Nationale d'Administration), y ex miembro de las muy oficiales delegaciones francesas que negociaron ante la CEE o el GATT. Seilli¨¦re lleva la amenaza de las 35 horas hasta el extremo de considerar la iniciativa "una casi nacionalizaci¨®n parcial de las empresas", agitando ,as¨ª el fantasma del socialismo estatalista.
La actitud del futuro presidente del CNPF se explica en buena parte por razones pol¨ªticas.
La actual debilidad de las fuerzas conservadoras francesas, de derecha o centro, hacen que su voz en la Asamblea Nacional apenas se oiga. El desprestigio de sus l¨ªderes -Seilli¨¨re no duda en afirmar que "Jupp¨¦ no motivaba m¨¢s al empresariado que Jospin" - hace que la patronal tenga que acudir al frente para defender directamente sus intereses.
En una entrevista publicada -el pasado domingo en EL PA?S, el primer ministro de Francia, Lionel Jospin, se?alaba al respecto de los empresarios que "en ning¨²n caso de trata de imponer reglas a aquellos que no lo deseen. Por el contrario la decisi¨®n de la Conferencia Nacional de Empleo fue la de establecer un acuerdo marco que facilite las negociaciones entre empresarios y agentes sociales". Jospin recordaba que hay grandes empresas en Francia que aplican las 35 horas y son muy competitivas.
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