Roig cede a las presiones de Cort¨¦s y le da la presidencia del Valencia
Dos meses. Ese es el plazo que le ha concedido Francisco Roig a Pedro Cort¨¦s para que ejerza de presidente del Valencia. Transcurrido ese tiempo, Cort¨¦s deber¨¢ abandonar la entidad, seg¨²n est¨¢ firmado en un documento, y ceder su puesto al hombre elegido por Roig para substituirle, Jaime Ort¨ª. Esta rocambolesca operaci¨®n fue la acordada ayer en la c¨²pula directiva el Valencia, despu¨¦s de que el hasta ayer vicepresidente Pedro Cort¨¦s amenazara con airear los trapos sucios del club si no se conced¨ªa la presidencia de un equipo en grave crisisdeportiva.
La secretaria del Consejo, Beatriz Delgado, fue la encargada de convencer a Roig de que ser¨ªa mejor atender a las peticiones de Cort¨¦s, que utiliz¨® todas las armas a su alcance para poder alcanzar su sue?o. No en vano Roig, con m¨¢s de 15.000 acciones controladas directamente de un total de 192.000, es el mayor de los 35.000 accionistas de la entidad, y Cort¨¦s, con s¨®lo 3.000, no puede competir accionarialmente. Cada acci¨®n es de 8.000 pesetas.A cambio de la presidencia, Cort¨¦s acept¨® todas las condiciones que le marc¨® Roig: que el gerente y hombre de absoluta confianza de Roig, Manuel Llorente, pasara a ser nuevo consejero delegado; que Jaime Ort¨ª pasara a ser vicepresidente; y que, por supuesto, tuviera m¨¢ximo respeto hacia la etapa de Roig como presidente del club.
Fue un d¨ªa de m¨²ltiples reuniones y pactos, y Cort¨¦s apareci¨® exhausto ante los medios de comunicaci¨®n. "Llevo dos d¨ªas sin dormir. Hoy es un d¨ªa muy triste, porque se va un presidente y un amigo. Hemos intentado por todos los medios que [Roig] siguiera, pero no ha sido posible", coment¨® el nuevo m¨¢ximo dirigente del Valencia, que acababa de convencer a Roig para que lo aceptara como nuevo presidente. La aparente buena relaci¨®n entre ambos ha sido una pantomima, se odian cordialmente desde hace tiempo y la prueba m¨¢s palpable es la negativa de Roig a que le sucediera su vicepresidente.
El nuevo Consejo de Administraci¨®n no ha decidido todav¨ªa si convocar¨¢ elecciones -lo har¨¢ el jueves- y, en el aspecto deportivo, Cort¨¦s le dar¨¢ un margen de confianza al t¨¦cnico italiano Claudio Ranieri. Su situaci¨®n, sin embargo, es muy inestable, puesto que hay algunos consejeros partidarios de que un hombre de la casa, Jos¨¦ Manuel Rielo, se haga cargo del equipo.
Discurso populista
En su despedida, Roig prepar¨® un discurso populista que intent¨® arrancar la comprensi¨®n de los peque?os accionistas del club, aquellos que lo encumbraron a la presidencia, en marzo de 1994, y los que ha precipitado su marcha, con las manifestaciones en su contra. "Es un d¨ªa amargo para m¨ª", comenz¨® Roig, "no me voy ni por la oposici¨®n, ni por la demanda de la Fundaci¨®n, ni por la prensa. Me voy por vosotros, los peque?os accionistas, que ya no est¨¢is convencidos de m¨ª. He decidido irme porque entiendo que la afici¨®n as¨ª me lo pide", expuso Roig, que no dej¨® pasar lo que consideraba sus logros: "Promet¨ª un Valencia campe¨®n y no lo he conseguido; promet¨ª democratizar el club y algo he hecho (hemos pasado de 22.000 accionistas a 35.000); y promet¨ª un nuevo Mestalla y ah¨ª est¨¢n las obras; tocamos la gloria con las puntas de los dedos con los dos subcampeonatos, pero este a?o la situaci¨®n era muy mala". Y concluy¨®: "Cumplo como un hombre lo que promet¨ª a los peque?os accionistas".La etapa del Roig al frente del Valencia ser¨¢ recordada probablemente la m¨¢s convulsa de la historia del club. Hubo de todo: despidos por doquier (cinco entrenadores y 13 directivos); enfrentamientos f¨ªsicos (Roig se peg¨® con Penev en febrero de 1996) y dial¨¦cticos (con todo el mundo); dos subcampeonatos (uno de Copa, en 1995, y otro de Liga, en 1996); la remodelaci¨®n del estadio de Mestalla; una demanda judicial contra el club por parte de su propia Fundaci¨®n; y el peor arranque liguero de la historia, en la presente campa?a.
Roig tuvo la rara habilidad de rodearse de enemigos por todas partes: tanto desde fuera (el Real Madrid o el Barcelona, por ejemplo) o desde dentro (la propia Fundaci¨®n del club). Han sido muchos los que han tratado de derrocarlo, pero quiz¨¢ quien m¨¢s ha contribuido a ello haya sido Romario, la millonaria inversi¨®n por la que Roig perdi¨® toda la credibilidad entre los aficionados de base, que fueron quienes lo llevaron en volandas al poder en 1994.
En n¨²meros constantes y sonantes, el Valencia de Roig ha sido deficitario: ha ganado menos de la mitad de los partidos de competici¨®n oficial. Con el partido perdido ante el Salamanca por 0-1, Roig cumpli¨® 180 partidos de competici¨®n. En la temporada 93-94, el Valencia acab¨® s¨¦ptimo; en la 94-95, entrenado por Parreira, d¨¦cimo. Segundo con Luis Aragon¨¦s en la 95-96, y noveno con Aragon¨¦s y Jorge Valdano la pasada. En la actualidad, es decimoctavo a las ¨®rdenes del italiano Claudio Ranieri, despu¨¦s de que Valdano cesara tras la tercera jornada.
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