Schr?der decepciona en su discurso de clausura en el congreso del SPD
Gerhard Schr?der, uno de los dos posibles candidatos de la oposici¨®n social-dem¨®crata para derrotar al canciller Helmut Kohl en las elecciones de 1998, no logr¨® transmitir del todo su visi¨®n para el futuro de Alemania en el congreso del Partido Social Dem¨®crata (SPD) que concluy¨® ayer en Hannover. Los delegados, que tres d¨ªas antes hab¨ªan aplaudido a rabiar al jefe del partido, Oskar Lafontaine, recibieron con educaci¨®n, pero con cierta frialdad, el discurso del l¨ªder de Baja Sajonia, que decepcion¨® a quienes hab¨ªan esperado una exposici¨®n apasionada de nuevas ideas para afrontar los retos de fin de siglo.Schr?der, que ha mantenido una intensa campa?a de relaciones p¨²blicas fuera del SPD en las ¨²ltimas semanas, prepar¨® cuidadosamente su discurso, hasta el punto de renunciar a parte de sus actividades sociales para concentrarse en ¨¦l. No qued¨® claro, sin embargo, si decidi¨® conscientemente no irritar a los delegados con un mensaje impregnado de liberalismo o si el tono de su alocuci¨®n fue previamente acordado con Lafontaine en el reparto de papeles que fuentes en el interior del SPD atribuyen a los dos l¨ªderes.
Schr?der, cuya candidatura depender¨¢ tanto del apoyo del partido como de su victoria en marzo en las elecciones regionales de Baja Sajonia, puso el modelo norteamericano como ejemplo en varias ocasiones, pero no transgredi¨® los l¨ªmites de la socialdemocracia y puntualiz¨® que el mercado no es un fin en s¨ª mismo y que corresponde al Estado imprimirle una direcci¨®n y establecer criterios morales y de justicia.
Sin encantos
Sin desarrollar sus argumentos ni emplear a fondo los encantos que se le atribuyen, Schr?der trat¨® de hacer comprender a sus correligionarios que Alemania puede tener un puesto privilegiado en la etapa de la globalizaci¨®n, si encuentra el camino para desbloquear los talentos y capacidades que el Gobierno conservador de Helmut Kohl habr¨ªa mantenidos reprimidos durante 15 a?os."La sociedad bloqueada es una mala herencia de la era del Gobierno conservador", dijo el pol¨ªtico. "Podemos decidir nosotros mismos si seremos martillo o yunque en el proceso de la globalizaci¨®n", afirm¨® Schr?der, que adopt¨® una l¨ªnea en mucho coincidente con la del presidente federal, Rom¨¢n Herzog. ?ste puso el dedo en la llaga al se?alar algunos males de la sociedad alemana, tales como la dificultad para asumir riesgos, en un famoso discurso pronunciado en mayo.
"En Alemania hay un exceso de pol¨ªtica hecha con miedo", dijo Schr?der, que acus¨® a la coalici¨®n gubernamental de dirigir el pa¨ªs con "autocomplacencla" por debajo del nivel de sus posibilidades.
El pol¨ªtico se refiri¨® al deterioro del modelo alem¨¢n en el mundo y a las condiciones que impiden la creaci¨®n de nuevas empresas: Alemania ha perdido el l¨ªderazgo en este terreno en Europa, dijo.
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