Forza sin fuerza
LA PRIMERA condena penal en firme a Silvio Berlusconi, por fraude, no tendr¨¢ efectos pr¨¢cticos, pues un indulto general en 1990 le evitar¨¢ ir a prisi¨®n. Sin embargo, sus efectos pol¨ªticos pueden resultar devastadores para el centro derecha, el Polo de las Libertades, que capitanea Berlusconi y su partido, Forza Italia, ahora desinflado. Esta sentencia judicial, las recientes derrotas en las elecciones municipales del Polo y la descomposici¨®n de ¨¦ste llevan a pensar que Berlusconi tendr¨¢ que elegir entre conformarse con ser un segund¨®n en una oposici¨®n dividida o abandonar la pol¨ªtica.La sentencia es la primera que cae sobre Berlusconi, pero no es necesariamente la acusaci¨®n m¨¢s grave que pesa sobre ¨¦l: a¨²n debe enfrentarse a dos procesos de mayor calibre por corrupci¨®n. Esta vez, un tribunal de Mil¨¢n le ha condenado por falsear el precio de la compra en 1989 de una empresa cinematogr¨¢fica por su holding medi¨¢tico para generar dinero negro. La sentencia ha tenido un indudable efecto moral y pol¨ªtico. De nuevo surgen las preguntas sobre c¨®mo Berlusconi ha vinculado su aventura pol¨ªtica y sus negocios, incluso con sospechas de que su apoyo a la reforma constitucional puede tener algo que ver con una soluci¨®n satisfactoria para sus intereses en el ordenamiento del sector televisivo italiano.
La sentencia viene a reforzar las dudas que existen desde hace al menos un a?o sobre la capacidad de Berlusconi para aunar al centro derecha italiano y empieza a cuestionarse abiertamente su liderazgo. Los sectores m¨¢s centristas tienden a separarse, mientras Gianfranco Fini y su neofascista Alianza Nacional se est¨¢n replanteando la estrategia pol¨ªtica dise?ada por Berlusconi. En esta situaci¨®n, parece cada vez m¨¢s dif¨ªcil que el Polo pueda aspirar a rehacer el frente com¨²n con la Liga de los independistas de Bossi que le llev¨® al Gobierno en 1994. Berlusconi ha dado muestras de querer jugar a la desesperada esta ¨²ltima carta. Pero de su mano, tras la condena, Forza Italia pierde fuerza, y con ella toda la derecha pol¨ªtica italiana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.