El parado
Despu¨¦s de toda una vida de trabajo, me encuentro en esa rara situaci¨®n en que a uno le sobra tiempo para pensar. Y ahora que est¨¢ de moda hablar del paro, he llegado a las siguientes conclusiones:El parado no interesa porque no produce ni consume; no puede endeudarse ni hacer proyectos para el futuro, porque carece de futuro. Tampoco puede pertenecer a un sindicato ni a un partido, porque hay que pagar la cuota y el parado no tiene ni para pipas -de girasol, se entiende-.
El parado s¨®lo existe como problema, y esto mientras pueda eludir todo tipo de controles administrativos y trabas legales que le impidan cobrar las m¨ªseras prestaciones. Pero todo se andar¨¢, s¨®lo es cosa de lanzar opiniones sesgadas desde los medios de comunicaci¨®n, acus¨¢ndole de rechazar las grandes oportunidades que se le ofrecen desde el sistema, y de pretender vivir de los impuestos de sus conciudadanos como par¨¢sito. No importa que ¨¦l haya pagado como un potentado durante m¨¢s de treinta a?os. Eso no cuenta; lo pasado, pasado est¨¢. Esto es la democracia; que no s¨¦ qu¨¦ tendr¨¢ que ver una cosa con la otra, pero si ellos lo dicen...
El parado es un muerto civil al que no se le entierra por falta de espacio. En una econom¨ªa como la que impera, la empresa m¨¢s rentable es la que tenga s¨®lo dos trabajadores: uno en la ventanilla de firmar contratos y otro en la ventanilla de cobrar facturas. Hasta la todopoderosa e infalible Uni¨®n Europea ha perdido su prestigio por intentar resolver el problema del paro. Lo que hasta ayer era un dogma, poco menos que divino, ha dejado de tener validez. Europa ya no es lo m¨¢s importante; no piensa como nosotros, y eso es un s¨ªntoma de decadencia.
?Ah!, se me olvidaba. A los parados no les suelen publicar sus opiniones sobre el paro, y lo comprendo; no son pol¨ªticamente correctas. A ver si esta vez tengo m¨¢s suerte...-
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