Diario de la c¨¢rcel
El ex senador socialista Josep Maria Sala escribe desde la prisi¨®n de Can Brians
Condenado a tres a?os de c¨¢rcel por el Tribunal Supremo por los delitos de asociaci¨®n il¨ªcita y falsedad en documento mercantil por el caso Filesa -el entramado montado en los a?os ochenta por los socialistas para financiarse ilegalmente-, el ex senador Josep Mar¨ªa Sala ingres¨® el 28 de noviembre en la prisi¨®n barcelonesa de Can Brians. All¨ª ha comenzado a llevar un diario.
Viernes 28
Me acompa?an en el momento de entrar en Can Brians una treintena de amigos y amigas, que simbolizan lo que yo entiendo es el n¨²cleo vivo del proyecto socialista, m¨¢s all¨¢ de la estricta militancia, y que representan de alguna manera mi universo pol¨ªtico y personal: cuadros del partido -de sus estructuras intermedias sobre todo-, del sindicato -entre ellos el secretario general de mi federaci¨®n del metal-, y de las juventudes socialistas, alcaldes y concejales, miembros de entidades c¨ªvicas y culturales, compa?eros de lucha de hace muchos a?os como Jordi Llimona, Jordi Parpal y Francesc Casares, y muy recientes como Maria Freir¨ªa, Juanma y Mar¨ªa Jos¨¦, que adem¨¢s me ha ense?ado a bailar sevillanas. Pienso en todos aquellos -que son muchos- a los que les hemos tenido que pedir que no vinieran esta tarde y que espero sabr¨¢n entender esta petici¨®n. Entre ellos Narc¨ªs y Pepe ?lvarez que tambi¨¦n quer¨ªan venir y les hemos tenido que convencer. Todos somos capaces de contener la emoci¨®n, aunque nos cuesta. No podemos darles la satisfacci¨®n de vernos tristes o amedrentados. Me despido con un abrazo de Jos¨¦ Mar¨ªa C¨¢novas, mi abogado, lorquino como le gusta definirse -qu¨¦ gran profesional y qu¨¦ extraordinario amigo-, que me parece que est¨¢ bastante m¨¢s afectado, por su indignaci¨®n profesional, que yo mismo. La entrada en el mundo de la prisi¨®n se produce de forma natural y sin sobresaltos, a pesar del shock inevitable, que amortigua la profesionalidad y cortes¨ªa distante de los funcionarios. Ocupo la celda: no es muy grande, pero suficiente, y con un mobiliario espartano. Lo m¨¢s importante: hay una buena mesa de trabajo que da a la ventana y en la que caben los libros, los compact y tambi¨¦n cabe el ordenador, si lo solicito y se me concede poder tener mi PC conmigo. La cena es correcta, aunque sin pasarse: menestra -aparto las patatas por el r¨¦gimen- y tortilla. Mucha fruta. No creo tener problemas con la comida de aqu¨ª, aunque pensar¨¦ por un tiempo en el Bistrot de Aribau y el Se?or Parellada. Ah y tambi¨¦n en el Siurana y el Benguisat, y el Isidro de Consell de Cent. Escucho Tannh?user y leo los 270 primeros versos del Para¨ªso Perdido de Milton.
S¨¢bado 29
Me despierto a las 7.30. Ayer me dorm¨ª creo que a las 22.30 con la luz de la celda a¨²n encendida. Buena se?al. La primera noche he dormido unas nueve horas y ¨¦ste es el mejor indicador de mi estado de ¨¢nimo. Al despertarme hago la cama y limpio la celda. Me vuelven autom¨¢ticamente las viejas rutinas de la mili. Hace unos treinta anos, en 1967, llegaba a Cartagena, expulsado de Milicias, por la Caputxinada y por ser delegado del SDEUB (?Aquello s¨ª era una asociaci¨®n il¨ªcita!), y en el Arsenal me destinaban al pa?ol de camas. Me quito de encima unos cuantos a?os de golpe. Empiezo la tabla de ejercicios que me he fijado: abdominales y flexiones en el suelo de la celda y todos los metros que pueda, corriendo o andando, en el patio. Esto ultimo deber¨¦ empezarlo por la tarde, porque por la ma?ana el patio de mi m¨®dulo est¨¢ ocupado por algunos internos e internas y sus hijos menores de 10 a?os. Entre los internos y sus familiares s¨®lo oigo hablar castellano. Un funcionario me comenta que m¨¢s del 90% de los reclusos tiene el castellano como lengua Pasa a la p¨¢gina 2 Viene de la p¨¢gina 1 propia. Esta asimetr¨ªa ling¨¹¨ªstica -que es el reflejo evidente de una situaci¨®n social- deber¨ªa hacer reflexionar a m¨¢s de uno. El patio tiene unos 50 pasos de largo -lo he podido medir bien por la tarde, ya que lo he recorrido unas treinta veces- y lo domina un gran pino y dos algo menores situados en el exterior junto a la pared. Se ven a lo lejos unas monta?as y una poblaci¨®n que trepa por las laderas. Quiz¨¢s es Gelida. Sigo con Tannh?user y el Para¨ªso Perdido. Esta vez me he fijado como objetivo acabar este ¨²ltimo. Hasta ahora nunca he pasado del Quinto Libro. Los versos de Milton siempre me impresionan: "The mind is its own place and in itself / can make a heav'n of hell and a hell of heav'n" ("La mente es su propio lugar y por s¨ª misma / puede hacer del infierno un para¨ªso y del para¨ªso un infierno") (Paradise Lost, Libro 1, versos 254-255). Estos versos los escribi¨® Milton ciego y asistiendo al fracaso de la Revoluci¨®n de Cromwell, en la que hab¨ªa tenido un papel destacado, y en plena restauraci¨®n absolutista, con la consiguiente represi¨®n de sus amigos. Para empezar, Milton y Wagner. Es una selecci¨®n que me ha salido espont¨¢neamente. Dejaremos Agatha Christie y Tolkien para m¨¢s adelante. Hoy he tenido la primera visita: mi madre, mi hermano Javier, Miquel Iceta e Imnia Cardona. No es sencillo acostumbrarse al locutorio -el vidrio de separaci¨®n es el choque m¨¢s serio que he sentido desde que he entrado-, pero me he sentido muy acompa?ado, aunque creo que quiz¨¢s he estado algo brusco. Como siempre. A media tarde me llegan los peri¨®dicos. Inconvenientes de la prisi¨®n: los fines de semana los han de traer los visitantes. Repaso en los peri¨®dicos la noticia de mi entrada en Can Brians. Me indigno por un momento al comprobar de nuevo lo injusto de mi situaci¨®n y la gravedad del error judicial que me afecta tan seriamente, pero al ver las caras serenas y tristes a la vez de los compa?eros y compa?eras que me acompa?aban y leyendo el art¨ªculo de Miquel Iceta, me reafirmo en que no podr¨¢n conmigo ni con nosotros. Pocas veces me he sentido tan orgulloso de mis a?os de trabajo pol¨ªtico y de mi militancia socialista como en esta noche, solo en la celda de Can Brians.
Domingo 30
Hoy me he despertado a las ocho: sigo durmiendo bien. Me dorm¨ª ayer escuchando a Jospin en el Congreso de Bret -qu¨¦ ejemplo nos est¨¢n dando los socialistas franceses de ser capaces de mantener la fidelidad al n¨²cleo b¨¢sico de nuestro proyecto y, a la vez, de renovarlo y adaptarlo a los nuevos tiempos- y me he despertado escuchando el resultado de las primarias de Badalona. Tanto una informaci¨®n como la otra me demuestran que el socialismo democr¨¢tico sigue con una fuerza imparable. En Badalona las primarias han resultado un ¨¦xito. ?Y pensar en la cantidad de esc¨¦pticos que hab¨ªa cuando las incorporamos a los estatutos y desarrollamos el reglamento! M¨¢s de 2.500 personas han participado en ellas, entre militantes y simpatizantes, con tasas de participaci¨®n del 70% y el 50% de los censos. ?Qu¨¦ magn¨ªfico comienzo! No hay mejor m¨¦todo que el democr¨¢tico para decidir y resolver conflictos. Tambi¨¦n en los partidos. El gran reto de los partidos pol¨ªticos es su renovaci¨®n, pero tambi¨¦n su democratizaci¨®n. La renovaci¨®n para serlo de verdad ha de confundirse con la democratizaci¨®n y la apertura. Los partidos cerrados y olig¨¢rquicos s¨®lo pueden renovarse en apariencia, de mentirijillas. En el PSC cada vez lo tenemos mejor enfocado para unir renovaci¨®n con democracia. Bien por los compa?eros de Badalona. Pienso en Maite Arqu¨¦, y tambi¨¦n en Ferran Bello, en Joan Blanch y en Jordi Serra, el primer secretario de la agrupaci¨®n, que representa esta generaci¨®n de socialistas que nos garantiza el futuro con toda seguridad. Acabo el Libro Primero del P¨¢ra¨ªso Perdido. Quiero acabarlo antes de salir de Can Brians y no s¨¦ cu¨¢nto tiempo tendr¨¦. Espero que poco. Pero esta ma?ana sobre todo la he dedicado a contestar algunas de las numeros¨ªsimas muestras de apoyo y adhesi¨®n que he recibido desde que se conoci¨® la sentencia. Me abruma tanto afecto y al releerlas, me encuentro en casi todas ellas palabras como inocencia, injusticia, ¨¢nimo, indignaci¨®n, valores, ideales. En telegrama, postal, fax, nota o carta el mensaje es com¨²n y me alienta. Llega mi primer paquete. Me lo env¨ªa Dimas Mas, que ha publicado en Anagrama este a?o la novela Nadie en persona. Un misterio de Barcelona, que me dedica en el ejemplar que me ha mandado con "la misma indignaci¨®n moral que me empuja a escribir esta novela desde los ideales que compartirnos". Ojeo la novela y me parece que va a ser una lectura apasionante. Esta solidaridad y afecto de personas a las que no conozco personalmente es uno de los aspectos muy gratificantes de la situaci¨®n en que me encuentro y que la corrige en gran medida, sobre todo en el aspecto moral. Miro un rato por televisi¨®n un partido de tenis entre F¨¦lix Mantilla y Pato Clavet. Echar¨¦ de menos el tenis estos d¨ªas. En el suelo del patio del m¨®dulo est¨¢n marcados los l¨ªmites de un campo de tenis y me dicen que hace un tiempo dos internos improvisaron un campo de tenis, con la red sostenida por dos sillas. El ingenio en la prisi¨®n puede con todo. No s¨¦ si llegar¨¦ a utilizar esta, pista improvisada. Hoy se han incorporado al m¨®dulo Carlos Navarro y Luis Oliver¨®. Tendremos que organizar en alguna medida nuestra convivencia en com¨²n, aunque voy a mantener muy r¨ªgidamente la rutina que ya me he fijado en los primeros d¨ªas de estancia en solitario.
Lunes 1
Otro d¨ªa de sol magn¨ªfico que entra por la ventana de la celda. El cristal est¨¢ algo sucio y distorsiona la luz del sol. Tendr¨¦ que limpiarlo esta ma?ana. Mirando el sol recuerdo unos versos de Joan Vinyoli y los encuentro. "Oh sol daurat d'uns altres dies / quantes vegades jo t'he vist / desfer-te al cim de les muntanyes / quan, de retorn, giraba els ulls!" (Joan Vinyoli. D'una Terra I). La poes¨ªa de Vinyoli, que fue un buen amigo de mi padre, me recuerda siempre Santa Coloma de Farners, a la que tendr¨ªa que ir con m¨¢s frecuencia. Lo har¨¦ seguro al salir de Can Brians: la basa de la calle Moss¨¦n Cinto Verdaguer espera! Hoy he vuelto a la biograf¨ªa de Marlborough por Winston Churchill, que me acompa?¨® durante las sesiones del juicio oral y que no hab¨ªa vuelto a abrir desde entonces. John Churchill, duque de Marlborough, es un personaje hist¨®rico que siempre me ha fascinado y la biograf¨ªa de su sucesor Winston Churchill es en mi opini¨®n espl¨¦ndida. La hab¨ªa le¨ªdo hace ya unos a?os en la Biblioteca del Instituto Brit¨¢nico y la volv¨ª a encontrar en Londres en la librer¨ªa Foyle's en mi viaje de este verano, despu¨¦s de buscarla sin ¨¦xito, tambi¨¦n en Internet, durante un buen tiempo... Es un libro que recomendar¨ªa sin vacilar a quien pudiera encontrarlo y leerlo en ingl¨¦s. John Churchill, primer duque de Marlborough, no s¨®lo fue un personaje clave en la historia de Inglaterra de fines del XVII y comienzos del XVIII y uno de los protagonistas decisivos de la "Glorious Revolution", aquella Revoluci¨®n Gloriosa, que a la inglesa, es decir, con la m¨ªnima violencia, empuja este pa¨ªs hacia la modernidad y es el fin del absolutismo, sino que tambi¨¦n es un personaje clave para la historia de Espa?a y para la de Catalunya. La p¨¦rdida por Marlborough y sus aliados pol¨ªticos del control del gobierno ingl¨¦s y su sustituci¨®n por una administraci¨®n tory, conservadora, hacia 1710, llev¨® a sustituir la pol¨ªtica de intervenci¨®n en Europa y de enfrentamiento con Luis XIV, por una pol¨ªtica de apaciguamiento y concesiones. La Paz de Utrecht fue la consecuencia de esta pol¨ªtica y Catalunya una de sus v¨ªctimas. Dice Winston Churchill en el capitulo 36 del volumen 4? de esta biograf¨ªa: "El destino de los catalanes, abandonados a su suerte, represaliados y oprimidos, marca una de las p¨¢ginas negras de la historia de Inglaterra y a¨²n hoy juega un papel importante en los asuntos internos de Espa?a. Los fieros debates en el Parlamento no pueden leerse sin sentir verg¨¹enza... ". Tendremos ocasi¨®n de volver a Marlborough estos d¨ªas, pero me parece claro su papel decisivo en la historia de nuestro pa¨ªs. Tambi¨¦n entonces, y que el President Pujol lo tenga en cuenta, los progresistas de aquel momento, eran nuestros aliados y los conservadores nuestros adversarios. La historia siempre se repite. He conseguido al final limpiar los cristales de la ventana. Compruebo la dificultad de esta operaciones dom¨¦sticas aparentemente tan sencillas, y aunque no me ha quedado del todo bien, el sol entra en la celda m¨¢s limpio y con m¨¢s fuerza.
Martes 2
El cielo est¨¢ m¨¢s tapado que ayer, pero el sol, algo oculto por la neblina y algunas nubes, sigue llegando a mi celda, si bien algo mortecino. Rebusco unos versos que le¨ª anteayer: "... as when the sun new ris'n / looks through the horizontal misty air / shorn of his beams... " ("...como cuando el sol naciente / mira a trav¨¦s de las brumas y del aire en calma / privado de sus rayos...") (Para¨ªso Perdido, Libro 1, versos 594-596) No s¨¦ si acierto en la traducci¨®n. Tengo aqu¨ª s¨®lo el diccionario de bolsillo Collins y seguro que se me pierde el matiz de palabras que no encuentro en ¨¦l (p. ej. "shorn of his beams"). Hoy he mandado por vez primera ropa a la lavander¨ªa y he hecho el primer pedido al economato. Parece que aqu¨ª todo est¨¢ muy organizado y los funcionarios eficientes y preparados. Casi todos son j¨®venes y hay, bastantes funcionarias. Su trato es correcto, aunque sin ning¨²n tipo de concesi¨®n, cosa que agradezco. Hasta el momento no podr¨ªa quejarme de nada en concreto, aunque la entrada en Can Brians ha comportado una dr¨¢stica reducci¨®n en el nivel de confort del que hasta ahora hab¨ªa disfrutado. Saldr¨¦ de aqu¨ª seguramente m¨¢s austero y apreciando m¨¢s las peque?as comodidades que la vida en el exterior ofrece. Volviendo a la biograf¨ªa de Marlborough, que Winston Churchill publica el a?o 1938 y escribe durante los a?os inmediatamente anteriores, en el volumen cuarto, que es el ¨²ltimo, se relata la ca¨ªda de Marlborough y sus aliados pol¨ªticos -y entre ellos y de manera central su esposa Sarah-, as¨ª como la Paz de Utrecht, que es en gran medida la consecuencia indirecta de esta ca¨ªda, y que supone la entrega del trono de Espa?a a Felipe V y abre las puertas a 1714 y la p¨¦rdida de las libertades de Catalunya. Son los a?os en los que una administraci¨®n conservadora, la de Neville Chamberlain, contin¨²a con su pol¨ªtica de apaciguamiento a Hitler, que culminar¨¢ con Munich, la derrota de la Segunda Rep¨²blica y la ca¨ªda de la Generalitat, y finalmente, con el desastre de la II Guerra Mundial. La similitud de las situaciones es evidente y no me resisto a su comparaci¨®n. En ambas ocasiones Inglaterra, que hasta la irrupci¨®n de los EE UU representa el punto de referencia y de vertebraci¨®n de la posici¨®n democr¨¢tica y liberal, dicho esto con todas las salvedades que se quiera, adopta bajo administraciones conservadoras una pol¨ªtica no intervencionista y de apaciguamiento frente a la potencia agresora -Luis XIV y Francia en el siglo XVIII, Hitler y el III Reich en el siglo XX. En ambas ocasiones las consecuencias son catastr¨®ficas para Catalunya, y en ambas, dos Churchills, salvando la distancia temporal y aun pol¨ªtica entre ambos -Winston Churchill no deja de ser un conservador en aquel entonces aunque movi¨¦ndose a contracorriente-, encarnan en cada momento las pol¨ªticas de intervenci¨®n en el continente y de resistencia frente al agresor. Condenan a la Mesa Nacional de HB. El Tribunal Supremo nos ha dado en esta ocasi¨®n una satisfacci¨®n. Espero que la sentencia est¨¦ bien planteada y sobre todo que no contenga errores y no se preste a la controversia, m¨¢s all¨¢ de la que inevitablemente se producir¨¢. Hoy me ha venido a visitar el capell¨¢n de la prisi¨®n. No voy a necesitar sus cuidados espirituales, pero hemos conversado un rato y resulta que es el p¨¢rroco de Sant Climent de Llobregat, el pueblo de Tomi, de su marido Pep y de los otros compa?eros de la agrupaci¨®n, y de los cerezos, estos espl¨¦ndidos cerezos que cubren las laderas de los montes y barrancos de esta poblaci¨®n, a la que cada a?o acudo para cargar con mis amigos cestos de espl¨¦ndidas y rojas cerezas de nombres ex¨®ticos. Me har¨ªa falta una antolog¨ªa de Josep Carner para describir con las palabras justas las sensaciones que producen las cerezas de Sant Climent.
Mi¨¦rcoles 3
Ya estoy autorizado para tener un ordenador personal. He tenido que cumplimentar una instancia -para pedir casi todo hace falta una instancia en Can Brians: s¨ªntoma de orden-, explicando qu¨¦ quiero hacer con el ordenador. Lo conecto por primera vez esta ma?ana y me aparece en la pantalla una dalia. Cargu¨¦ la foto desde Internet hace unos d¨ªas, me parece que desde la p¨¢gina web de un suministrador por cat¨¢logo de dalias, a quien pensaba encargarle unos cuantos bulbos y no se a¨²n si podr¨¦ hacerlo, y la tengo como p¨¢gina inicial desde entonces. Es una dalia blanca, espl¨¦ndida, y me hace recordar mi jard¨ªn de Castelldefels y el de la terraza del local del PSC en la calle Nicaragua con sus frutales. Afortunadamente estarnos a finales de oto?o y las plantas necesitan menos cuidados que en otras estaciones. Ya he dejado plantados los bulbos de primavera y espero llegar a tiempo para podar ¨¢rboles y plantas. En cualquier caso espero que Francisco y Llu¨ªs Buigas se ocupen de ellas y a mi vuelta las encuentre en plena forma. La jardiner¨ªa es una afici¨®n reciente para m¨ª -s¨®lo hace un par de a?os que la practico un poco en serio- y me resulta enormemente gratificante. He pasado momentos maravillosos trabajando en ella. Aqu¨ª en Can Brians, en el m¨®dulo en el que me encuentro, no hay ni una sola flor o planta. S¨®lo cemento. No entiendo el porqu¨¦. Seguro que hay alg¨²n tipo de jard¨ªn en la instalaci¨®n, que aun no he visto, pero en cualquier caso el permitir el cultivo de jardines de tipo individual, aunque fueran simples macetas en las repisas de las ventanas, seguro que ayudar¨ªa a hacer m¨¢s llevadera la vida en prisi¨®n.En cualquier caso a?oro, mis ¨¢rboles, mis plantas y mis flores, y me he de contentar con la descripci¨®n que hace Milton del jard¨ªn del para¨ªso en el libro IV, en el que se encuentra este verso que siempre recuerdo: "Flowers of all hue, and without thorns the rose" (Para¨ªso Perdido, Libro IV, verso 256) ("Flores de todos colores y sin espinas la rosa") y, con los versos de Angel Gonz¨¢lez, que tambi¨¦n me acompa?a estos d¨ªas, como desde hace muchos a?os cuando compr¨¦ en Par¨ªs, en una colecci¨®n de Ruedo Ib¨¦rico, me parece, un libro de sus poes¨ªas -Grado Elemental, creo-: "...Las ampulosas / dalias retuercen su violenta / envidia. Una begonia / extiende al sol la palma verde / de su mano..." (Angel Gonz¨¢lez, Acariciado mundo. Jard¨ªn). "Lafontaine abre el Congreso del SPD con un mensaje de izquierda" titula un peri¨®dico y habla del contenido claramente socialdem¨®crata de la intervenci¨®n del l¨ªder del SPI), Oskar Lafontaine, que "inst¨® al Estado a no doblegarse ante la fuerza del mercado, a salvar a toda costa los valores de la justicia y la solidaridad en un mundo dominado por el neoliberalismo y la globalizaci¨®n econ¨®mica". El l¨ªder del SPD deplor¨® tambi¨¦n que "la respuesta a la globalizaci¨®n econ¨®mica sea el dumping social y el dumping salarial, es decir, que Europa para ser competitiva deba desmontar el Estado del bienestar y recortar salarios". En fin, abog¨® por una "nueva era socialdem¨®crata" que ponga fin a la revoluci¨®n conservadora que desencadenaron Reagan y Thatcher. Ayer Jospin desde el gobierno en Brest, hoy Lafontaine desde la oposici¨®n en Hannover. El mensaje es coincidente aunque los matices existen. La izquierda, de nuevo, sin renunciar a ser socialdem¨®crata, como algunos pretend¨ªan hasta hace muy poco, renovada, pero fiel a su identidad, conservando lo esencial de su programa, se declara dispuesta a dirigir el futuro de Europa. La Espa?a de Aznar, en esta Europa socialdem¨®crata -Alemania seguir¨¢ probablemente pronto el rumbo de Francia, Italia, Grecia, Portugal, Gran Breta?a...-, no deja de ser un anacronismo, un residuo postmoderno del reaganismo y del thatcherismo. Que sea por poco tiempo. De los socialistas espa?oles y de su acierto depende.
Jueves 4
Hoy me he cortado al afeitarme. Normal. Me cuesta acostumbrarme a hacerlo con agua fr¨ªa, la ¨²nica disponible excepto en las duchas. Son las 9 y he acabado ya los ejercicios y las tareas de limpieza. Como cada d¨ªa -me he propuesto un horario r¨ªgido que me propongo cumplir-, me siento frente al ordenador a escribir. Hoy no hace sol. Es un d¨ªa t¨ªpico de final de oto?o. "El p¨¢l.lid cel t¨¦ llunyanies mudes / la serra mostra una blavor de fred' ("El p¨¢lido cielo tiene lejan¨ªas mudas / la sierra muestra un azul de fr¨ªo") (Joan Vinyoli. El m¨®n crepuscular. Fi de tardor). Ayer me visit¨® Joan Galcer¨¢n, el alcalde de Sant Esteve de Sesrovires. Ven¨ªa a visitar a unos intemos de su pueblo y aprovech¨® para saludarme unos momentos. Hablamos de Sant Esteve, de sus casi 5.000 habitantes y sus 19 kil¨®metros cuadrados de t¨¦rmino municipal y de la transformaci¨®n que ha experimentado en estos ¨²ltimos a?os, durante el mandato de Joan. Es una poblaci¨®n de una gran calidad de vida, equilibrada en sus actividades, a la vez agr¨ªcola, industrial y residencial, con buenos servicios culturales y de ocio, en la que el centro de Can Brians se ha integrado con naturalidad, a pesar de las prevenciones iniciales. Industrias importantes como Masia Bach, Chupa Chups, Decathlon y hasta noventa m¨¢s ocupan sus pol¨ªgonos industriales y hasta la f¨¢brica de la Seat ocupa parte de su t¨¦rmino municipal. Al mencionar Joan la Seat siento una sacudida. Siempre me he sentido muy amigo, muy compa?ero, muy pr¨®ximo -y estoy seguro que soy correspondido- de los sindicalistas de UGT de esta empresa, tan importante para Catalunya y tambi¨¦n para el proyecto socialista y me gustar¨ªa tenerlos junto a m¨ª en este momento: a Manuel Gallardo y Jos¨¦ Royo, a Manuel Salgado y Joaqu¨ªn, a Enrique Montoya y a tantos y tantas... Pero de la Seat y de sus sindicalistas me gustar¨ªa escribir con calma otro d¨ªa. Joan me aclara que probablemente el municipio que veo desde el patio del m¨®dulo es Castellv¨ª de Rosanes, no Gelida, que est¨¢ algo m¨¢s all¨¢. Otros dos grandes alcaldes, Manel Fem¨¢ndez en Castellv¨ª, independiente, y Joan Rossell¨® en Gelida, dos buenos amigos y con Joan Galcer¨¢n representantes de estos alcaldes socialistas a los que se debe en gran medida, m¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica y la propaganda, la transformaci¨®n real que ha experimentado Catalunya en estos a?os. Conf¨ªo, y s¨¦ que en alg¨²n caso no ser¨¢ f¨¢cil, que se decidan a volver a presentar su candidatura en las pr¨®ximas elecciones municipales y vuelvan a ganar en beneficio de sus poblaciones y de todo el pa¨ªs. Me dice Joan Galcer¨¢n que Manel Fern¨¢ndez desde la ventana de su casa, con un telescopio, puede distinguir detalles de la prisi¨®n. Quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa, algo m¨¢s all¨¢ del pino grande -no creo que haya otro como el- me podr¨¢ distinguir en el patio, leyendo o haciendo ejercicio. Sindicalistas y alcaldes y concejales, adem¨¢s del partido y su organizaci¨®n, son para m¨ª las principales columnas sobre las que se sostiene -?y con qu¨¦ fuerza!- el proyecto socialista en Catalunya. No tengo ninguna duda de ello y mientras lo sigamos teniendo claro el socialismo democr¨¢tico seguir¨¢ siendo una fuerza determinante en Catalunya. Esta ma?ana he acabado de escuchar Tannh?user, que, adem¨¢s de Leonard Cohen y flamenco que escucho en Radio Tele-Taxi y a veces desde los altavoces de alg¨²n otro m¨®dulo, es la m¨²sica que me ha acompa?ado estos primeros d¨ªas. Dudo entre Trist¨¢n e Isolda o Parsifal. Me inclino por ¨¦ste ¨²ltimo. Me gusta Wagner, a pesar del uso que hizo el nazismo de su m¨²sica. Un buen art¨ªculo de Rafael Argullol ayer en EL PA?S, vuelve a plantear con toda crudeza la relaci¨®n entre arte y pol¨ªtica. "La m¨²sica es la pura excusa del poder", dice refiri¨¦ndose a esta utilizaci¨®n de Wagner y sus int¨¦rpretes por el nazismo, que un documento audiovisual sobre el director Wilhelm Furtwangler refleja en toda su magnitud, y que espero poder encontrar al salir de Can Brians. Pero m¨¢s all¨¢ a?ade: "Pronto no obstante me pierdo en un estado intermedio en el que sin dejarme hipnotizar por lo est¨¦tico, tampoco mantengo firmemente mi voluntad de disecci¨®n moral". En este estado intermedio debo encontrarme yo cuando escucho el Tannh?user o el Parsifal.
Viernes 5
Ayer estuvo lloviendo toda la tarde. Tambi¨¦n ha llovido durante la primera parte de la noche. Es el primer d¨ªa sin sol y verdaderamente de oto?o desde que llegamos a Can Brians. La lluvia nunca ha sido una buena compa?era para m¨ª y aqu¨ª tampoco lo es. No me permite salir al patio y por consiguiente he de interrumpir mi rutina de ejercicios, y me obliga a recluirme en mi celda, en la que hace algo m¨¢s de fr¨ªo que hasta ahora. El tiempo de lluvia es apropiado para la melancol¨ªa. "S¨®c ara en avinguda de novembre / on tot es fa quiet i sembla caure / com desistint. La melangia llaura / camps de records per¨® ja res no sembra" ("Estoy ahora en avenida de noviembre / donde todo se aquieta y parece caer / como desistiendo. La melancol¨ªa labra / campos de recuerdos, pero ya nada siembra") (Joan Vinyoli. Les hores retrobades. Tardor). La lluvia tiene una ventaja. Me he podido pasar toda la tarde contestando correspondencia y poni¨¦ndome algo al d¨ªa. Tengo tantas cartas pendientes que no s¨¦ si podr¨¦ contestarlas todas antes de salir de aqu¨ª. Adem¨¢s de las que me traje al ingresar en el centro, me han llegado directamente aqu¨ª, al apartado de correos 500 de 08760-Martorell, donde se recibe nuestra correspondencia en Can Brians, muchas cartas y telegramas de amigos, de compa?eros del partido y de la UGT, y de ciudadanos a quienes no conozco y que me transmiten su aliento y su solidaridad. Un concejal del PP de un municipio del Baix Llobregat a quien no conozco me env¨ªa una carta especialmente amable: "Con ¨¦sta, simplemente, quiero que usted tenga el conocimiento de que a muchas, much¨ªsimas personas como yo, que militamos en el Partido Popular, nos ha parecido una imagen triste, muy triste la suya entrando en Can Brians (imagen que no se ten¨ªa que haber visto jam¨¢s)", empieza diciendo. Y acaba: "...en esa libertad plena que la mayor¨ªa de los ciudadanos de bien le deseamos. Y piense que la falta de libertad f¨ªsica suya, es diminuta comparada a la falta d¨¦ libertad de conciencia que padecen los que le desean el mal". Quiz¨¢s la lluvia ha influido, pero esta carta por su procedencia y por su sinceridad, que ciertamente coincide con lo que me han manifestado muchos militantes y dirigentes del PP de Catalunya -y tambi¨¦n de otros partidos- estas ¨²ltimas semanas, me ha emocionado y voy a contestarla enseguida. La lluvia me trae tambi¨¦n recuerdos de Londres, aunque la ¨²ltima vez que la visit¨¦, este verano, hac¨ªa un tiempo espl¨¦ndido. Londres, despu¨¦s de Barcelona, es la ciudad con la que m¨¢s me identifico desde que la descubr¨ª hace ya unos 38 a?os en un viaje de intercambio de estudiantes, en una familia que viv¨ªa, creo, cerca de la parada de metro de Doris Hill, en la l¨ªnea de Willesden Green, y que me hizo probar mi primer bocadillo de pepino. Me encuentro bien en Londres, aunque sea en viajes cortos, y la visitar¨¦ al salir de Can Brians. Londres es tambi¨¦n la ciudad de John Milton, de John Keats y de John Churchill, duque de Marlborough, tres de mis compa?eros m¨¢s pr¨®ximos aqu¨ª en el centro penitenciario.Tambi¨¦n el Parsifal es un excelente compa?ero para una tarde de lluvia. Como siempre que lo escucho, el Preludio me hace interrumpir lo que hago y me dejo llevar por su m¨²sica inigualable. La m¨²sica, con la direcci¨®n de Von Karajan, con la Filarm¨®nica de Berl¨ªn y unos int¨¦rpretes de excepci¨®n, y la calidad de reproducci¨®n de mi ordenador personal con dos buenos altavoces, transforman mi celda en un excepcional auditorio. Paso as¨ª toda la tarde, pr¨¢cticamente sin levantarme, escuchando el Parsifal y contestando cartas. Por la ma?ana ha dejado de llover. Al correr en el patio mojado recuerdo los versos de Miquel Mart¨ª Pol: "Tota la nit va ploure i al mat¨ª / la terra era d'un gris desolador / feixuga i trista com un vell cansat" ("Toda la noche llovi¨® y por la ma?ana / la tierra era de un gris desolador / pesada y triste como un viejo cansado"). (Miquel Mart¨ª Pol. Llibre d'abs¨¦ncies. Temps imm¨®bil).
"Me ha venido a visitar el capell¨¢n de la prisi¨®n. No voy a necesitar sus cuidados espirituales, pero hemos conversado un rato y resulta que es el p¨¢rroco de Sant Climent de Llobregat..." "Un concejal del PP a quien no conozco me env¨ªa una carta especialmente amable: 'Quiero que usted tenga el conocimiento de que a much¨ªsimas personas como yo nos ha parecido una imagen triste la suya entrando en Can Brians" "La jardiner¨ªa es una afici¨®n reciente para m¨ª y me resulta enormemente gratificante. Aqu¨ª no hay ni una sola flor o planta. S¨®lo cemento. Unas simples macetas en las ventanas ayudar¨ªan a hacer m¨¢s llevadera la vida en prisi¨®n"
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