Hacia ninguna parte
LA V Asamblea de Izquierda Unida no ha conseguido ser el inicio de la renovaci¨®n de la izquierda que se reclama real. La dr¨¢stica depuraci¨®n de los discrepantes realizada con anterioridad ha convertido a esta asamblea en un mon¨®logo de su coordinador general. Esta purga, junto con la mani¨¢tica aplicaci¨®n de pol¨ªticas de apoyo real al Gobierno conservador -las cr¨ªticas dirigidas por primera vez contra el PP m¨¢s parecen el resultado de una decepci¨®n, al tiempo que se eluden las tareas comunes con otros partidos de izquierda, ha inutilizado a IU como ¨®rgano pol¨ªtico o de representaci¨®n de la izquierda. Es posible que Anguita haya pasado triunfante por la asamblea, pero es m¨¢s cierto que ha sido un tr¨¢nsito hacia ninguna parte.La principal conclusi¨®n que cabe sacar es la extremada pobreza pol¨ªtica de la reuni¨®n. Las resoluciones pol¨ªticas aportan muy poco, y desde luego en nada variar¨¢n el rumbo de la coalici¨®n. Una de las cr¨ªticas m¨¢s extendidas ha sido precisamente el car¨¢cter excesivamente burocr¨¢tico de la asamblea, dedicada preferentemente a cuestiones estatutarias y administrativas. De hecho, la resoluci¨®n m¨¢s pol¨ªtica y sorprendente fue la que analiza en t¨¦rminos cr¨ªticos la sentencia del Tribunal Supremo contra la Mesa Nacional de Herri Batasuna. Las apreciaciones de IU, que considera la sentencia como "un obst¨¢culo a la pacificaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco", parecen un ejercicio ret¨®rico. Ni explican los perversos efectos de la sentencia ni ofrecen alternativas, que es lo que un partido est¨¢ obligado a hacer en sus congresos.
Junto a la ausencia de un debate pol¨ªtico de enjundia, lo m¨¢s llamativo ha sido que la depuraci¨®n radical ejecutada previamente por Julio Anguita no ha evitado que surgieran dos corrientes dentro de la coalici¨®n que han presentado sus propias listas. Espacio Alternativo y Tercera V¨ªa han conseguido ocho puestos cada uno en el Consejo Pol¨ªtico, frente a los 73 de la mayor¨ªa anguitista. El persistente resurgimiento de corrientes parece indicar que el descontento pol¨ªtico dentro de la coalici¨®n no puede ser sofocado simplemente con disposiciones represoras.
A lo que m¨¢s se ha parecido la ¨²ltima cita de IU es a un congreso de transici¨®n que estuviera pendiente de la sustituci¨®n pr¨®xima de su l¨ªder, en este caso Julio Anguita. Por eso ha sido sobre todo una asamblea en la que las distintas familias de IU -y m¨¢s concretamente del Partido Comunista- han peleado por ocupar los mejores puestos para cuando llegue ese momento. La insaciabilidad del sector m¨¢s duro del PCE por devorar la organizaci¨®n ha hecho que, por primera vez en los 11 a?os de historia de IU, se hayan presentado tres candidaturas al Consejo Pol¨ªtico y al cargo de coordinador general. Quien creyese que la discrepancia en IU estaba en la existencia de Nueva Izquierda se equivocaba; m¨¢s parece el resultado de las ideas que los comunistas m¨¢s ortodoxos tienen sobre el papel hegem¨®nico y tutelar del PCE en IU. Ha sido el sector m¨¢s duro del PCE el triunfador de esta asamblea. Los m¨¢s moderados s¨®lo han conseguido situar una exigua representaci¨®n en el Consejo Pol¨ªtico.
Pero el fracaso principal de la asamblea, predecible por cuanto se hab¨ªan extirpado previamente todas las posibilidades de debate, ha sido la ausencia de propuestas para actualizar una alternativa cre¨ªble de la izquierda. Con los sindicatos se mantienen las reticencias y se percibe un aire de confrontaci¨®n que hace dif¨ªcil cualquier entendimiento. Con el PSOE ocurre lo mismo. Aunque a Anguita no le falte raz¨®n cuando adjudica a los socialistas una parte importante de esa responsabilidad, lo cierto es que la par¨¢bola de que "les esperamos andando" no deja de ser un simple ejercicio ret¨®rico, incapaz de ocultar su inanidad pol¨ªtica. A fuerza de autodepurarse, IU se ha marginalizado tanto que cada vez es menos relevante que defienda la rep¨²blica o el horario laboral de 35 horas.
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