Alemanes de Mallorca quieren hacer pol¨ªtica
Un salchichero germano crear¨¢ un partido para defender los derechos de sus compatriotas en la isla
Un robusto industrial salchichero alem¨¢n afincado en Mallorca desde hace 30 a?os, Horst R. Abel, que fabrica exclusivamente embutidos germanos para expender en los centenares de cervecer¨ªas dedicadas a complacer a los tres millones de turistas compatriotas que visitan la isla cada a?o, pregona su decidida intenci¨®n de constituir un partido de alemanes. Quiere agrupar a los 35.000 ciudadanos de la Rep¨²blica Federal de Alemania que residen en la mayor de las islas Baleares, sobre una poblaci¨®n total de 640.000 habitantes.Abel desea que su formaci¨®n -hasta ahora, un proyecto verbal y personal- entre en 1999 en los ayuntamientos tur¨ªsticos y que sea decisiva "para interceder entre alemanes y espa?oles en caso de problema". Amigos Alemanes en Espa?a es la denominaci¨®n del invento pol¨ªtico que encabeza el chacinero -que ha acudido a su pa¨ªs para ser atendido en una cl¨ªnica- con la ayuda en la sombra de su hija Alejandra. Ubican el partido casi en el apoliticismo: afirman que no son de derechas ni de izquierdas. "Los afiliados marcar¨¢n la tendencia", apostillan.
"Tantos como somos, ya es hora de que nos escuchen y atiendan nuestras peticiones", indica el potente empresario, que reclama, adem¨¢s, "la igualdad de derechos entre alemanes y espa?oles". La prensa local recogi¨® el alegato de Abel y el diario en catal¨¢n Balears lo convirti¨® casi en una cuesti¨®n de honor. Abel tuvo ayer eco internacional a trav¨¦s del Bild, de la RFA, y Gemma Nierga plante¨® el debate a los oyentes en la SER.
Los intelectuales y los pol¨ªticos mallorquines han rechazado de plano la abstracta propuesta pol¨ªtica. Los dos ¨²ltimos art¨ªculos que el ex rector de la Universidad de Baleares, Nadal Batle, escribi¨® la semana pasada -antes de morir s¨²bitamente- fueron proclamas incendiarias contra la idea de Abel. Alud¨ªa Batle a "asentamientos teutones residuales" caracterizados por la "estulticia, groser¨ªa y caricatura".
Otro escritor insular, Josep Meli¨¤dice: "El gran logro de la democracia espa?ola es la integraci¨®n de todos los sectores sociales, sin distinci¨®n de origen ni de etnia. Por eso no ha habido partidos de gitanos ni han cuajado las candidaturas exclusivas de inmigrantes en sus tierras de acogida".
Margarita N¨¢jera, alcaldesa socialista de Calvi¨¤, un enclave mallorqu¨ªn en el que est¨¢n inscritos 2.000 alemanes sobre un censo de 20.000 ciudadanos, cree que "en esta propuesta embrionaria de un partido de alemanes pueden anidar intereses gremiales, se configura m¨¢s como un lobby de presi¨®n para cuestiones fiscales concretas".
En Mallorca ya existe una Asociaci¨®n de Residentes Europeos, que pivota sobre el vecindario brit¨¢nico, un tercio del alem¨¢n. En Calvi¨¤, el PSOE tiene una concejal inglesa nacionalizada. Para poder ser elegido en las elecciones locales, los europeos han de residir en Espa?a, estar empadronados y pagar sus tributos locales y los impuestos estatales. Gran parte de los alemanes -que s¨®lo habitan temporalmente en Mallorca- se acogen plenamente a los beneficios de su ciudadan¨ªa natal.
"El reto de los partidos", agrega N¨¢jera, "est¨¢ en acoger en nuestras listas y programas estas alternativas razonables del vecindario extranjero integrado. No es posible la construcci¨®n de grupos empresariales de presi¨®n pol¨ªtica. En la Costa del Sol y en la Costa Brava ya se han dado ejemplos de presiones y movilizaciones de asociaciones de comerciantes extranjeros".
Mucha gente est¨¢ acostumbr¨¢ndose en Mallorca a tener vecinos que hablan alem¨¢n, que gran parte de las inmobiliarias publiciten sus casas en aquella lengua y que existan zonas costeras y grandes comercios en los que casi s¨®lo es posible vivir en alem¨¢n. Son islas en la isla, n¨²cleos creados a imagen de las zonas comerciales o de ocio de la RFA.
El s¨®lido marco arrasa y unas 50.000 propiedades de la isla han pasado a manos de alemanes -desde apartamentos a fincas de 600 millones de pesetas- De ah¨ª la imagen de lo que grandes revistas germanas ofrecieron sobre Mallorca: la. "peque?a Alemania", "nuestra isla" y la "m¨¢s bonita de las Alemanias".
En las ¨²ltimas fechas este retrato se ha oscurecido con el triple asesinato de un empresario, su hijo y una empleada -los tres alemanes- cerca del escenario de la playa de Palma donde se rod¨® la soez y escatol¨®gica comedia Ballerman 6, un filme protagonizado por alemanes. Al calor de este suceso, Horst R. Abel ha hecho eclosionar su proyecto.
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