Repetici¨®n de la jugada
En la ma?ana de ayer, un fiscal de la Audiencia Nacional dijo:-En la Fiscal¨ªa se sostiene que el fiscal Gordillo no ha solicitado la prisi¨®n de Conde. El fiscal pide que se cumpla el auto de la sala de lo Penal de marzo pasado.
El cronista:
-Es un auto de prisi¨®n con fianza. Decir que la fianza no es suficiente y pedir que se ejecute el auto es lo mismo que solicitar la prisi¨®n. Un fiscal, por tanto, s¨®lo es un ordenador. Siete meses despu¨¦s de dictado ese auto, no hay nada que agregar.
El fiscal Ignacio Gordillo coquete¨® con la prisi¨®n de Conde en otras dos ocasiones. Octubre de 1995: el fiscal pidi¨® "medidas cautelares" para Conde por escrito, pero al hablar con el juez Moreiras, a cargo del caso Argentia Trust, le solicit¨® la prisi¨®n. El fiscal se march¨® de puente del Pilar, Moreiras estaba de guardia. Dijo que quer¨ªa meter en la c¨¢rcel a Conde, pero no lo hizo.
Es el 20 de marzo de 1997. El tribunal conden¨® al ex banquero a seis a?os de prisi¨®n. Gordillo pidi¨® medidas cautelares para Conde, subrayando la prisi¨®n o en su defecto una fianza abundante para reducir el riesgo de fuga. Gordillo no estaba dispuesto a ser desplazado por el protagonismo de los magistrados del tribunal. Todo el drama de esos d¨ªas ya no era la sentencia condenatoria. La cosa era si Conde iba o no a la c¨¢rcel. La prensa, suele decirse, da al p¨²blico lo que ¨¦ste quiere. Y, claro, Gordillo da a la prensa lo que esta quiere o¨ªr. Sangre.
La sala de lo Penal, que no hab¨ªa adoptado medidas en su sentencia, estim¨® que una persona condenada como Conde y dotada de medios financieros y que, adem¨¢s, se enfrentaba a un juicio en el caso Banesto, por el que se le piden 35 a?os de prisi¨®n, pod¨ªa sentir la tentaci¨®n de evadirse. Le puso una fianza en met¨¢lico o aval bancario de 1000 millones. Conde no aport¨® el aval y ofreci¨® garant¨ªas hipotecarias. En el ¨²ltimo minuto, Gordillo record¨® que ¨¦l no se hab¨ªa opuesto a las garant¨ªas hipotecarias. La sala de lo Penal acept¨® y suspendi¨® la ejecuci¨®n del auto de prisi¨®n. Y, adem¨¢s, acus¨® al fiscal de coquetear con la prisi¨®n y echarse atr¨¢s.
Ahora, seg¨²n los peritos agr¨®nomos, las garant¨ªas son insuficientes. Entretanto, la situaci¨®n ha cambiado. Conde comparece en el juicio del caso Banesto todos los lunes y martes. Adem¨¢s, se somete a control los viernes. Y hay sobre ¨¦l vigilancia policial.
El fiscal anticorrupci¨®n Luis L¨®pez Sanz, encargado del caso Banesto, se opuso el lunes 1 de diciembre a una propuesta de prisi¨®n o fianza de 2.000 millones. No era el momento oportuno. El fiscal razon¨®. Conde comparec¨ªa enjuicio. Por tanto el vaticinio de fuga no se cumpli¨®. He aqu¨ª, pues, un m¨¦todo de trabajo. L¨®pez Sanz no es un ordenador, sino un fiscal t¨¦cnicamente competente. Su dureza estar¨¢ all¨ª donde es necesaria: en el juicio oral.
Se podr¨¢ objetar: Conde es juzgado en Banesto, pero en el otro caso ya tiene condena. S¨ª. Pero es una sentencia en primera instancia, pendiente, adem¨¢s, de la resoluci¨®n de un recurso de casaci¨®n.
Gordillo ni siquiera se detiene a analizar la situaci¨®n. Aprieta el bot¨®n del ordenador. No va con ¨¦l tomar en cuenta toda la situaci¨®n. En octubre de 1995, Conde ten¨ªa una fianza de 2.000 millones. ?Ah! Pero era en el caso Banesto, no en Argentia Trust.Y pidi¨® prisi¨®n.
Esta es la lecci¨®n: no se puede jam¨¢s coquetear fr¨ªvola y temerariamente con la amenaza de prisi¨®n de nadie.
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