Federico, sus amigos y el duende
La Huerta de San Vicente exhibe la colecci¨®n ¨ªntima de Garc¨ªa Lorca
La Huerta de San Vicente, donde Federico Garc¨ªa Lorca vivi¨® entre 1919 y 1925, ha sacado de los ba¨²les decenas de pruebas de las numerosas, apasionadas y vigorosas amistades que mantuvo el poeta granadino. "Amigos nada m¨¢s, el resto es selva", escribi¨® Jorge Guill¨¦n, y parecer¨ªa que Lorca recogi¨® el mensaje con m¨¢s ah¨ªnco que nadie: ejerciendo de amigo superlativo, seduciendo a y dej¨¢ndose seducir por poetas, pintores, toreros, m¨²sicos, se?oritos, gente letrada o analfabetos. Pero no s¨®lo de esa forma. Tambi¨¦n escribiendo cosas como ¨¦sta: "Hay amistades que se escurren de las manos como el agua clara, otras son como una rosa que uno se prende despreocupadamente en el ojal, pero las verdaderas amistades son como las chupapiedras de los ni?os andaluces, son lapas que se plantan silenciosamente sobre el coraz¨®n".Federico debi¨® tener un coraz¨®n gigante, o varios, seg¨²n muestra la exposici¨®n organizada por la Huerta y la Residencia de Estudiantes, que se puede ver en Granada hasta el 17 de enero y luego viajar¨¢ a Madrid (en febrero) y Barcelona. Signos de amistad re¨²ne los regalos de sus amigos que constituyeron la colecci¨®n ¨ªntima del poeta: unos 25 cuadros y dibujos, decenas de libros dedicados, fotos, partituras y, sobre todo, cartas -"del amor dulc¨ªsimos correos"-.
Valga como selecci¨®n ¨¦sta que hace Christopher Maurer en el precioso cat¨¢logo: "En una carta extraordinaria, Vicente Aleixandre le agradece la 'vehement¨ªsima fiesta de poes¨ªa' que representa el Primer romancero gitano. Rafael Alberti le ofrece unos versos de Cal y canto. Le¨®n Felipe dedica un libro suyo 'al F¨¦nix, al monstruo l¨ªrico espa?ol del siglo XX'. Gustavo Dur¨¢n compone una Berceuse ( ... ) para dormir a Federico cuando se vuelva peque?o; otro amigo, un pasodoble. Dal¨ª le env¨ªa un collage de Buster Keaton que convida a una tierna 'l¨ªrica de la estupidez humana'. Manuel ?ngeles Ortiz le brinda dos paisajes excelentes... "
Dos fuentes
Se sabe, y lo deja ver Juan P¨¦rez de Ayala en el montaje de la muestra, que Lorca bebi¨® sobre todo en dos fuentes de amistad: la tertulia del caf¨¦ Alameda (El Rinconcillo) de Granada, y desde 1919, la Residencia, en Madrid. A ellos se suman, en los a?os treinta, La Barraca, el club teatral Anfistora y el grupo que se re¨²ne en casa de Morla Lynch, al que dedica Poeta en Nueva York. Para Maurer, los grandes ¨ªntimos madrile?os fueron Dal¨ª, Bu?uel, Pep¨ªn Bello, S¨¢nchez Ventura... Pero ?hab¨ªa alguno especial? Laura Garc¨ªa Lorca, sobrina del poeta y comisar¨ªa de la exposici¨®n, cree que "Dal¨ª fue el m¨¢s importante de todos. Compartieron una amistad muy intensa, tanto en la relaci¨®n personal como en el est¨ªmulo art¨ªstico: se influyeron mucho".Pero Signos de amistad ense?a un variado mosaico de afinidades gozosas: una carta de Benjam¨ªn Palencia, colorista y rebosante de chistes privados y penes descomunales; su presencia jovial en la boda de Bergam¨ªn; la in¨¦dita foto con Miguel Pizarro, japonizante profesor granadino y poeta de un libro ¨²nico y p¨®stumo al que Lorca dedic¨® as¨ª la secci¨®n andaluza del libro Canciones. "A M. P. (en la irregularidad sim¨¦trica de Jap¨®n)". Y a ellos se suman asiduos del Rinconcillo como el pintor Ismael Gonz¨¢lez de la Serna (del que se exponen varios ¨®leos), el compositor y guitarrista ?ngel Barrios, el ensayista Melchor Fern¨¢ndez Almagro ("el moro amigo"), los escritores Francisco Soriano y Jos¨¦ Mora Guarnido.
Lorca "se los com¨ªa a todos", recuerda Maurer, con su sentido sobrenatural de la amistad, "su capacidad de interesarse por los dem¨¢s y su rapidez en desbrozar el terreno amistoso, saltar las formalidades, sonsacar a los m¨¢s t¨ªmidos y llegar directamente a una relaci¨®n de m¨¢xima confianza". ?l, tan flamenco, desvel¨® el secreto en su conferencia Juego y teor¨ªa del duende, al afirmar que un mismo manantial de inspiraci¨®n -demoniaco, espont¨¢neo, tel¨²rico- origina el arte y la compenetraci¨®n: "Porque con duende es m¨¢s f¨¢cil amar, comprender, y es seguro ser amado, ser comprendido".
Babelia
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