Bajo la luna boreal
Los protagonistas son grupos gallegos: Berrog¨¹etto, F¨ªa na Roca, Luar na Lubre, Chouteira, Os Cemp¨¦s, Xeque Mate... Pero tambi¨¦n hay bandas asturianas (Llan de Cubel, Lliberdon o Balandran), vascas, catalanas, c¨¢ntabras... e incluso cantantes, como la estupenda Ux¨ªa, e instrumentistas del talento de Kepa Junkera. Formaciones veteranas como Milladoiro, Na L¨²a u Oskorri -un cuarto de siglo ya a las espaldas de Natxo de Felipe y los suyos- est¨¢n viviendo una segunda juventud. Y es que, con motivo de la reciente celebraci¨®n de su d¨¦cimo aniversario, los castellanos de La Musga?a confesaban su desaz¨®n por haber tocado m¨¢s veces en Vancouver que en Salamanca.El sonido de la gaita de Carlos N¨²?ez despert¨® del letargo a la industria. Con Paddy Moloney, l¨ªder de Chieftains, como amoroso padrino, el gaitero de Vigo -atenci¨®n a su colega de instrumento Xos¨¦ Manuel Budi?o- lleva camino de convertirse en una estrella internacional. A Moloney -la reencarnaci¨®n m¨¢s fiable del mago Merl¨ªn, seg¨²n Manuel Rivas- no le fall¨® el olfato: Santiago, su peregrinaci¨®n discogr¨¢fica por la ruta Jacobea, se llev¨® un Grammy. El muy pillo sab¨ªa que, alg¨²n d¨ªa, irlandeses, escoceses y galeses acabar¨ªan por reconocer a sus hermanos gallegos como celtas de pleno derecho. No hay que enga?arse: todav¨ªa se sorprenden de encontrar gaitas por estas latitudes. Conjuntos como The Tannahill Weavers con A bruxa y solistas como Liam O'Flynn con Foliada de Elvi?a se hab¨ªan quedado con la copla antes, pero nadie con la capacidad medi¨¢tica de quien ha conseguido reunir en las grabaciones de sus Chieftains a Rolling Stones y Van Morrison. La clave del dominio irland¨¦s la explicaba N¨²?ez: han sabido actualizar su m¨²sica y venderla como algo original e innovador. Hace 30 a?os, en Irlanda, el prestigio del foIk estaba por los suelos.
Hoy la etiqueta vende. Aunque los de Milladoiro avisan del peligro: el despertar de la m¨²sica tradicional gallega, como toda moda, ser¨¢ algo pasajero. Lo cierto es que la m¨²sica folk aut¨®ctona, tras una larga traves¨ªa del desierto, vuelve a importar. Que se vendan discos y el p¨²blico acuda a los conciertos quiz¨¢ sea producto de ef¨ªmeras conjunciones astrales; lo incuestionable es que muchos de estos m¨²sicos han sorteado a?os de des¨¢nimo e incomprensi¨®n bajo la luz de la luna celta.
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