El Tenerife se ahoga en sus penas

, El Tenerife tampoco pudo comenzar el despegue y ya se meteen puestos de descenso directotras empatar ante el Atl¨¦tico deMadrid en un partido que comenz¨® muy bien para el equipocanario pero que tuvo un finalamargo para los de casa. El Atl¨¦tico de Madrid logr¨® rehacersedel mal juego de la primera mitad y con m¨¢s confianza que surival logr¨® empatar en la recta final del choque.El Tenerife sali¨® lanzado con el apoyo de su p¨²blico y se emple¨® a fondo desde el principio para buscar con insistencia la porter¨ªa de Molina. En el primer tiempo, el control fue del equipo canario, que pareci¨® olvidarse de su complicada situaci¨®n clasificatoria y combinaba paciencia y verticalidad cuando ten¨ªa el bal¨®n y orden y contundencia cuando el rival contraatacaba. Pero por encima de consideraciones t¨¦cnicas o t¨¢cticas, el Tenerife de ayer emple¨® mucha garra, mucho coraz¨®n, y esto le llev¨® continuamente a robar balones que provocaban situaciones de peligro. Una muestra del coraje fue el primer gol del conjunto insular. Un bal¨®n suelto queparec¨ªa controlar Santi lo convirti¨® Makaay con su fe en una opci¨®n de gol que el holand¨¦s no desaprovech¨®.

El Atl¨¦tico de Madrid estaba desconcertado. Las ausencias importantes del conjunto madrile?o y el empuje de su rival hicieron que el grupo de Antic se viera envuelto en una mara?a ante la que poco pod¨ªa hacer. Incluso los nervios hicieron acto de aparici¨®n y Caminero no retuvo su enfado ante un golpe en la cara de Robaina y le propin¨® una fuerte entrada al grancanario que le supuso la expulsi¨®n directa.

El estado de ¨¢nimo de unos y otros era completamente distinto y eso se notaba en el campo. El Tenerife segu¨ªa con los dientes apretados y Kodro logr¨® plantarse de nuevo delante de Molina que le tuvo que derribar cuando entraba en e 1 ¨¢rea. Iturralde pit¨® penalti pero s¨®lo le ense?¨® tarjeta amarilla al portero atl¨¦tico, pensando quiz¨¢ que la jugada posterior de Kodro no iba a ser una oportunidad manifiesta de gol. En cualquier caso, el delantero bosnio no fall¨® la pena m¨¢xima y ampli¨® las diferencias para su equipo.

En la segunda mitad, el Tenerife sali¨® a aguantar a su rival que estaba obligado a arriesgar para nivelar la contienda. Las mejores opciones del Atl¨¦tico fueron las jugadas a bal¨®n parado y su mejor artillero fue el italo-brasile?o Andrei, que puso en aprieto en tres ocasiones a Ojeda. Antic, ante la debilidad ofensiva de su rival; se la jug¨® a la mitad de la reanudaci¨®n y busc¨® la velocidad de Futre por la derecha. De todas formas, fiel a la m¨¢s pura tradici¨®n atl¨¦tica, el, peligro segu¨ªa viniendo de los c¨®rneres, y as¨ª a falta de 12 minutos, Jos¨¦ Mari aprovech¨® un lanzamiento de Pantic.

El fantasma del empate comenz¨® a merodear por el estadio Rodr¨ªguez L¨®pez y esa sensaci¨®n tom¨® cuerpo cuando Pantic logr¨® batir a Ojeda a falta de un minuto lo que llev¨® la desilusi¨®n m¨¢s absoluta a los aficionados tinerfe?os.