La pesadilla
La noche siempre tuvo mala fama. Dr¨¢cula y algunos c¨¦lebres asesinos reales como el Destripador gustaban de salir de noche. Y la derecha es contraria al terror nocturno. M¨¢s que al diurno.Por eso, ahora que nuestra derecha se ve bien instalada en el poder, ha decidido emprender lo que los comunistas, madrile?os ellos o no, llamaban "transformar la realidad". Leyes y polic¨ªa para hacer costumbres. Y muchas mas leyes y muchos m¨¢s polic¨ªas para aniquilar las existentes.
De ah¨ª la ofensiva de nuestras autoridades madrile?as contra esos nidos de golfos, jovencitos insomnes, guapas impertinentes, drogatas, putas, locos y polic¨ªas que son los llamados after-hours, locales que inician la juerga cuando los pr¨®ceres del PP est¨¢n en pleno cepillado dental de la ma?ana.
Nos anuncian que han liquidado los after-hours por decreto. No me va a entrar a m¨ª ahora el ramalazo social de hablar de los cientos de familias que viven, honradamente, de dar de beber, comer, bailar y brujulear a los pocos miles de noct¨¢mbulos que subsisten en la capital de Espa?a despu¨¦s de a?os de angustiosa, tediosa y tontiloca alvarezmanzaner¨ªa. Que se busquen: la vida vendiendo drogas, eso s¨ª, de d¨ªa. Como Dios manda.
En realidad, la pol¨ªtica para acabar con este fen¨®meno madrile?o que tantos nos envidian s¨®lo se debe al miedo. Nuestra derecha tiene miedo a que sus hijos e hijas encuentren sitios en los que se diviertan m¨¢s que en casa o durmiendo. Y a que se topen con gente distinta a la que encuentran en sus cursos de sus oposiciones o fiestas de canap¨¦ y cara lavadita.
La derecha tiene miedo a la noche madrile?a y la quiere matar. Lleva tiempo en ello. Y lo har¨¢. Reventar¨¢n esa galer¨ªa felliniana que Madrid ha desarrollado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Los hijos de nuestra derecha comprar¨¢n sus drogas al mediod¨ªa, como Dios manda. Y se pondr¨¢n ciegos de copas de ma?ana. No les vaya a sorprender la noche. Los h¨¢bitos de sus chicos me traen al pairo. Pero irrita que traten a los dem¨¢s como a alumnas de las Irlandesas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.