El primer inventario de cet¨¢ceos identifica 27 especies en Espa?a
El turismo y la pesca, sus peores enemigos
Seis a?os ha invertido el bi¨®logo catal¨¢n Alex Iglesias, junto a dos equipos de las universidades de Barcelona y Las Palmas de Gran Canaria, en hacer el primer inventario de los cet¨¢ceos que navegan por el litoral espa?ol. Han detectado 27 especies diferentes. Algunas de ellas gozan de buena salud. Sobre otras -marsopa, delf¨ªn listado, com¨²n o mular y rorcual com¨²n- gravitan tres amenazas, el ecoturismo, las redes de deriva y la contaminaci¨®n.
Con 52 millones de pesetas, aportadas por la Uni¨®n Europea y la Direcci¨®n General de Conservaci¨®n de la Naturaleza, Alex Iglesias ha logrado reunir la informaci¨®n m¨¢s completa de los mam¨ªferos marinos que merodean por las costas espa?olas.Entre las 27 especies identificadas hay algunas de talla peque?a, entre uno y tres metros, como la marsopa, y otras de dimensiones mastod¨®nticas, como el rorcual que apareci¨® intoxicado en Cantabria hace unos meses que med¨ªa m¨¢s de 20 metros de longitud o los cachalotes, que rondan los 17 metros.
Estos curiosos animales han dejado de capturarse. Est¨¢n protegidos. Pero gravitan sobre ellos tres tipos de peligros, seg¨²n advierte Aguilar. Uno es su competencia con el sector pesquero a la hora de cobrar piezas menores. Unos luchan por alimentarse; los otros por ganarse la vida.
Los pescadores espa?oles han dejado de utilizar las redes de deriva, unas artes a¨²n empleadas por italianos y franceses sobre todo el Golfo de Le¨®n. Son redes de hasta 50 kil¨®metros de longitud y veinte metros de altura que arrasan todo lo que encuentran. Fu¨¦ as¨ª como llegaron a capturarse 600 delfines comunes en el Estrecho de Gibraltar en un s¨®lo a?o.
Adversarios
En el Atl¨¢ntico, los enemigos son los barcos de arrastre emparejados, cuyos lances nocturnos atrapan a los delfines, sin saber por qu¨¦, dice Aguilar. Otra cosa es su utilizaci¨®n como carnaza o cebo, una pr¨¢ctica dif¨ªcil de erradicar en el Mediterr¨¢neo, cuyos pescadores (los de Baleares) los consideran adversarios; no s¨®lo se comen la pesca, sino que estropean sus redes. Han llegado a meter alambres dentro de tripas como cebo.Para el turismo, sin embargo, comienzan a ser un foco de atracci¨®n rentable. En Canad¨¢, Australia, Noruega, Estados Unidos o Francia lo son desde hace tiempo. El Gobierno canario se ha visto forzado a regular las excursiones en peque?os barcos llenos de turistas hasta los bancos de calderones. La mitolog¨ªa, su magia, su enorme dimensi¨®n los convierten en uno de los mayores atractivos del ecoturismo. Hasta que ha entrado en colisi¨®n. Se han detectado cet¨¢ceos heridos por las embarcaciones. El ruido asociado a estos cruceros tambi¨¦n perjudica los apareamientos. En 1990 contaminantes organoclorados vertidos al Mediterr¨¢neo provocaron la muerte de 200.000 delfines entre Levante y Turqu¨ªa. Afortunadamente ha disminuido su presencia constata Alex Aguilar, quien sugiere establecer 10 ¨¢reas de protecci¨®n (ver gr¨¢fico).
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