Los profesores ayudan a detectar enfermedades infantiles

El estado f¨ªsico del ni?o en edad escolar influye de manera decisiva en su aprendizaje y proceso de socializaci¨®n. La falta de concentraci¨®n, la distracci¨®n, las dificultades en aprender a leer y escribir son s¨ªntomas, en muchas ocasiones, de alg¨²n estado f¨ªsico anormal que pasa desapercibido a los padres, pero que puede llamar la atenci¨®n a los educadores. El libro Problemas m¨¦dicos en la escuela y su entorno (reci¨¦n editado por el Servicio de Apoyo a la Ense?anza de la Universidad de Valladolid y escrito por varios autores) sirve al profesorado como gu¨ªa en la detecci¨®n precoz de problemas f¨ªsicos de los alumnos.Los trastornos en el lenguaje son los m¨¢s f¨¢ciles de detectar en el entorno escolar, ya que es en esta etapa donde suelen apreciarse patolog¨ªas como la disfasia (trastorno profundo de los mecanismos de adquisici¨®n del lenguaje), la dislalia (problemas de articulaci¨®n, m¨¢s frecuente en el sexo masculino) o el mutismo electivo (ausencia total y persistente del lenguaje en determinadas circunstancias o ante determinadas personas). En este ¨²ltimo caso, los padres se muestran incr¨¦dulos ante las quejas de los educadores, ya que el ni?o se comporta de manera muy diferente en clase que en casa. Tambi¨¦n pueden presentar problemas de dislexia (inversiones, rotaciones, confusiones con las s¨ªlabas, disasociaciones y trastornos en el esquema corporal), o tartamudez.

Adem¨¢s, los educadores detectan, muchas veces antes que los propios padres, dificultades en la visi¨®n o audici¨®n del ni?o. El bajo rendimiento escolar puede ser un signo. Actitudes como copiar al compa?ero por no ver la pizarra o acercarse demasiado al papel para leer y escribir, indican una mala agudeza visual. Los trastornos pueden ir desde la miop¨ªa, pasando por la hipermetrop¨ªa y el astigmatismo, hasta el ojo vago.

Problemas auditivos

Las consecuencias en el entorno escolar son la p¨¦rdida de inter¨¦s en cosas que requieren una larga atenci¨®n visual, la disminuci¨®n de comprensi¨®n en la lectura, la mala pronunciaci¨®n al leer, parpadear con frecuencia o frotarse mucho los ojos e, incluso, cometer errores al copiar.Una otitis media serosa persistente, causa m¨¢s frecuente de hipoacusia en estas edades, puede salir a la luz gracias al diagn¨®stico precoz del profesorado, que ve al alumno distra¨ªdo, con retraso en el aprendizaje, frecuentes catarros, con mucosidad continua en la nariz y con la boca abierta para poder respirar.

En m¨¢s de una ocasi¨®n esta imagen se confunde con la del ni?o "tonto" de la clase. Seg¨²n uno de los autores del libro, este equ¨ªvoco puede resultar muy lesivo para el menor, ya que muchas veces recibe reprimendas por esta actitud abstra¨ªda y desaplicada, cuando su verdadero problema es la dificultad en o¨ªr bien. En la mayor¨ªa de los casos, el ni?o no es consciente de ello, por lo que no lo puede manifestar.

En enfermedades tan graves como el c¨¢ncer, los profesores tambi¨¦n pueden aportar una gran ayuda a la detecci¨®n precoz. A trav¨¦s de la percepci¨®n personal de palidez, debilidad o fatiga f¨¢cil del ni?o, presencia de bultos, sangrados frecuentes por mucosa, dolores persistentes y alteraciones de car¨¢cter, el educador puede detectar la presencia de un tumor. Una llamada de atenci¨®n del maestro a los padres puede tener, en ocasiones, mucha m¨¢s efectividad que la insistencia del ni?o.