El candidato de Milosevic gana las elecciones presidenciales serbias entre acusaciones de fraude
El escenario previsto se ha consumado, y cuarto intento, Slobodan Milosevic ha conseguido, para alivio occidental y no sin ser acusado de fraude masivo, imponer a su candidato, Milan Milutinovic, del partido socialista gobernante, como nuevo presidente de Serbia. Seg¨²n datos provisionales de la comisi¨®n electoral, el ministro de Exteriores ex comunista ha obtenido el 58% de los votos, contra el 38% de su rival, aspirante fascista Vojislav Seselj, jefe del Partido Radical. La participaci¨®n habr¨ªa sido del 50,53%, 53 cent¨¦simas por encima el umbral de validez constitucional.
El portavoz radical Dragan Todorovic ha acusado a los socialistas de "haber robado al menos 100.000 votos en Kosovo", la provincia serbia de absoluta mayor¨ªa albanesa, "para inflar las cifras de participaci¨®n y lograr superar la barrera del 50%". En Kosovo, como sucedi¨® en la primera ronda del 4 de diciembre, los albaneses de origen, casi dos millones a los que Milosevic mantiene en estado de apartheid, no han acudido a las urnas. Su jefe, Ibrahim Rugova, ha declarado que "cualquier anuncio de una participaci¨®n aqu¨ª superior al 1% ser¨¢ un puro fraude". Mientras los ex comunistas celebraban su triunfo con champ¨¢n, los radicales aseguraban que pueden probar el enga?o electoral y que recurrir¨¢n ante la autoridad competente.La anterior elecci¨®n presidencial, en octubre pasado, en la cual Seselj gan¨® al entonces candidato de Milosevic, Zoran Lilic, fue invalidada porque los votantes no superaron el 49,07% del censo. Nadie de buena fe crey¨® entonces en Serbia en este porcentaje providencial para Milosevic. Y nadie parec¨ªa creer ayer en los efectos contrarios de la misma providencia, siempre en el filo del 1%. La dirigente liberal Vesna Pesic, cuyo peque?o partido boicote¨® los comicios, resumi¨® as¨ª el resultado: "El nuevo presidente se limitar¨¢ a cumplir las ¨®rdenes de su jefe [Milosevic]".
Alivio occidental
A diferencia de los comicios de octubre, esta repetici¨®n no ha sido fiscalizada sobre el terreno por la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE). El foro europeo consider¨® lac¨®nicamente el pasado seis de diciembre que la televisi¨®n oficial serbia hab¨ªa estado absolutamente al servicio de Milutinovic en la primera vuelta. A una nueva y decisiva dosis de lo mismo atribuyen los expertos una parte de los veinte puntos que el ministro de Exteriores parece haber sacado ahora a su rival de extrema derecha, un gigant¨®n de g¨¦lidos ojos azules en cuya oficina de Belgrado ocupan lugar destacado fotograf¨ªas de Jean-Marie Le Pen y VIadimir Zhirinovsky.Los resultados de los com¨ªcios presidenciales, que se arrastraban sin conclusi¨®n desde septiembre, cuando se inici¨® la saga, han sido recibidos con alivio por la diplomacia occidental y garantizan a Milosevic que seguir¨¢ mandando en Serbia, como desde hace 10 a?os, ahora a trav¨¦s de su testaferro Milutinovic, de 55 a?os, un cofrade de toda la vida. A Estados Unidos y Europa, que dif¨ªcilmente se har¨¢n eco del supuesto fraude denunciado por los radicales, les garantizan al menos la tranquilidad de no tener que lidiar formalmente, en el umbral del tercer milenio, con un personaje como Seselj, abierto organizador hasta no hace mucho de partidas de pistoleros encargados de exterminar en Bosnia a musulmanes y croatas; y todav¨ªa hoy ferviente partidario de una Gran Serbia que haga frontera con una Gran Alemania.
Slobodan Milosevic, durante diez a?os jefe supremo de los serbios, hubo de catapultarse en julio pasado, por imperativo constitucional y tras agotar dos mandatos, desde la presidencia republicana serbia a la federal y, sobre el papel, decorativa de Yugoslavia: la propia Serbia y la min¨²scula Montenegro.
Para mantener su absoluto control -denominado "socialismo en una familia", la suya- sobre el depauperado pa¨ªs balc¨¢nico, Milosevic necesitaba de dos presidentes a su medida, uno en Serbia y otro en el ap¨¦ndice montenegrino. La elecci¨®n en la rep¨²blica adri¨¢tica el pasado octubre de un relativo rival pol¨ªtico de Slobo, el joven y te¨®rico reformista Milo Djukanovic, que tomar¨¢ posesi¨®n el mes pr¨®ximo, pon¨ªa en peligro los planes del jefe panserbio y hac¨ªa imprescindible colocar en Belgrado un pe¨®n de absoluta confianza.
El triunfo ayer de Milutinovic, un antiguo comisario pol¨ªtico que depur¨® de elementos liberales la universidad de Belgrado en los a?os setenta, aporta ahora el imprescindible aceite a la correa de transmisi¨®n del presidente yugoslavo. Que por si acaso hizo reelegir este mes a su vicario Dragan Tomic como jefe del Parlamento serbio, o lo que es lo mismo como presidente en funciones de la rep¨²blica. S¨®lo para el caso de que la participaci¨®n no hubiera llegado este domingo al 50%.
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