La crisis de modelo sume al Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona en la par¨¢lisis
El centro intenta solucionar el encaje entre iniciativa p¨²blica y privada
El Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba) vive momentos dif¨ªciles. Entre el sector profesional del arte existe un descontento general sobre el funcionamiento del museo. El problema es que si unos opinan que el problema radica en la gesti¨®n y supuesta falta de ambici¨®n de su director, Miquel Molins, otros, incluido el propio Molins, creen que el conflicto estriba en la propia estructura del centro, que no parece tener todav¨ªa un modelo definido ya que intenta encajar los intereses de la iniciativa p¨²blica -Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat de Catalu?a- y de los empresarios privados de la Fundaci¨®n Macba. Lo complejo del debate paraliza, de momento, la salida de la crisis.
Estas tres entidades, que integran el consorcio del museo, se han dado "un breve periodo de reflexi¨®n" para solucionar la crisis, mientras que las principales asociaciones catalanas de cr¨ªticos, artistas y galeristas han unido sus fuerzas para intentar intervenir en la decisi¨®n final. Seg¨²n estas ¨²ltimas entidades, que agrupan a buena parte del sector profesional, la soluci¨®n de los problemas que aquejan al museo "no pasa por la simple ratificaci¨®n o nombramiento de un nuevo director", ya que temen que el consorcio intente zanjar el conflicto con la mera sustituci¨®n de Miquel Molins.Constituidos como Comisi¨®n pro Macba, estas asociaciones pretenden facilitar con su uni¨®n el di¨¢logo con las instituciones responsables del museo, al que quieren, directamente, "refundar" convirti¨¦ndolo, -afirman- "en un centro vivo, mod¨¦lico y comprometido con su tiempo". El Macba, inaugurado hace dos anos en un edificio es pectacular dise?ado por Richard Meier, est¨¢ regido por un con sorcio en el que est¨¢n integrados representantes del Ayuntamiento de Barcelona -entidad con mayor¨ªa de gobierno del PSC-, la Generalitat de Catalu?a -gobernada por CiU- y la Fundaci¨®n Macba, compuesta por empresarios privados cuya principal aportaci¨®n es gestionar la incorporaci¨®n, por v¨ªa de compra o donaci¨®n, de las obras de la colecci¨®n del museo. Las instituciones p¨²blicas costearon la construcci¨®n del edificio y aportan el presupuesto necesario para el funcionamiento y las actividades del museo.
Falta de autonom¨ªa
El encaje de este modelo mixto p¨²blico-privado, ¨²nico en Espa?a, ha suscitado diversos problemas que salieron a la luz cuando el director del museo, Miquel Molins, reclam¨® p¨²blicamente "m¨¢s autonom¨ªa y confianza" y, principalmente, tener la total y ¨²nica responsabilidad en la realizaci¨®n de la colecci¨®n del museo. En estos momentos, el director es quien decide -asesorado por una comisi¨®n de expertos que, por cierto, no se re¨²ne desde hace meses porque a¨²n no se ha aprobado el cambio de sus miembros que propon¨ªa Molins- la selecci¨®n de las obras que deben comprarse. La gesti¨®n directa de las adquisiciones, sin embargo, la hacen miembros de la fundaci¨®n, mayoritariamente coleccionistas privados, lo cual ha producido un notable malestar entre las galer¨ªas catalanas.El director del Macba considera que sufre demasiadas "interferencias" en su gesti¨®n y pide total autonom¨ªa para decidir el modelo de museo que considera m¨¢s adecuado para Barcelona. A ¨¦l le achacan, en cambio, que durante este tiempo no ha sabido definir un proyecto claro para el Macba y que no ha sido capaz de implicar a todo el sector profesional y al p¨²blico en general en las actividades que realizaba el centro.
El detonante de esta crisis fue la presentaci¨®n, el pasado mes de octubre, de la colecci¨®n permanente del museo, que ha abierto un pol¨¦mico debate en el que, ante la consideraci¨®n mayoritaria de que las obras exhibidas no tienen la entidad que se merece un centro art¨ªstico como Barcelona, algunos sectores radicales han llegado a pedir que durante un tiempo se almacenen estos fondos y el museo act¨²e exclusivamente como centro de exposiciones a la espera de que pueda presentar una colecci¨®n digna. Estas cr¨ªticas no son unitarias ya que en otros c¨ªrculos se considera que la colecci¨®n es representativa, aunque ampliamente mejorable, de la evoluci¨®n del arte catal¨¢n en esta segunda mitad de siglo.
El Macba cuenta con una colecci¨®n de varios miles de obras procedentes de los fondos que han aportado las distintas entidades que integran el consorcio y que se compraron en su momento con intereses muy dispares. Esta diversidad de criterios se suma a la desigual calidad de las obras que integran estos fondos. Un ejemplo son las numerosas piezas procedentes de la compra, por 2.000 millones de pesetas, de la colecci¨®n del galerista Salvador Riera que la Generalitat rea liz¨® hace cuatro a?os y que ahora se exhibe parcialmente en la exposici¨®n del Macba. Todos es tos fondos no son propiedad del museo ya que las tres entidades se han limitado a dejar las obras en dep¨®sito, lo cual dificulta la posible venta de algunas piezas para adquirir otras m¨¢s adecua das para el centro.
Parte del debate abierto se centra, ahora en la valoraci¨®n cr¨ªtica de las obras de la colecci¨®n, en su discurso museol¨®gico y en el montaje expositivo. Otra l¨ªnea de discusi¨®n, en estos momentos la m¨¢s pol¨¦mica, pretende forzar una reforma en los estatutos del museo con dos objetivos. Primero, acotar los poderes de la Fundaci¨®n Macba en el seno del museo oblig¨¢ndola a ceder su colecci¨®n al centro y dejando en manos del director, para el que se pide m¨¢xima autonom¨ªa, toda la responsabilidad en la selecci¨®n y adquisici¨®n de las obras. Y segundo, obligar a las instituciones a que sustituyan a sus actuales representantes en el consorcio del museo por expertos en arte contempor¨¢neo.
Junto a estos dos grandes temas, la crisis del Macba tambi¨¦n tiene implicaciones en la misma consideraci¨®n de lo que es arte contempor¨¢neo y del papel que deben desempe?ar los museos p¨²blicos en su difusi¨®n y promoci¨®n. Molins, en una conferencia que realiz¨® la pasada semana en el museo, intent¨® enmarcar la situaci¨®n del Macba en el contexto europeo y espa?ol resaltando que en diversos pa¨ªses surgen voces que critican la, a su juicio, excesiva relaci¨®n que existe entre el mercado -galer¨ªas y coleccionistas privados- los museos p¨²blicos que deben sancionar el arte de su tiempo. A su vez, los galeristas han criticado abiertamente los escasos recursos y la falta de sensibilidad de las instituciones p¨²blicas hacia este sector cultural, mientras que los artistas reclaman, por ejemplo, que el museo inicie su colecci¨®n en los a?os setenta y sea otro centro el que explique la evoluci¨®n del arte catal¨¢n a lo largo de este siglo.
La soluci¨®n del conflicto se complica a¨²n m¨¢s con las implicaciones personales del debate -que afectan principalmente a las relaciones entre Molins y el presidente de la Fundaci¨®n Macba, Leopoldo Rod¨¦s- y la coyuntura pol¨ªtica por la que atraviesa la Generalitat, reacia a abrir un nuevo frente de pol¨¦mica mientras a¨²n colea el caso del actor Josep Maria Flotats, al qu¨¦ ha obligado a dejar la direcci¨®n del Teatre Nacional de Catalunya.
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