ASES DEL FUTBOL?N

No resulta f¨¢cil imaginarse al habitualmente circunspecto Octavio Paz inclinado sobre un futbol¨ªn y poniendo todo su ingenio y habilidad para cazar al adversario en un despiste. Pero esta ins¨®lita imagen del Nobel mexicano no es producto de la fabulaci¨®n de alg¨²n literato envidioso. Ocurri¨® en la realidad, hace ya m¨¢s de 60 a?os, y de ella fue testigo el propio inventor del futbol¨ªn, un gallego llamado Alexandre Finisterre, combatiente en el bando republicano durante la guerra civil y frecuentador de los c¨ªrculos literarios de la ¨¦poca. Finisterre, seg¨²n rememora en una entrevista con la Axencia Galega de Noticias, logr¨® convencer a escritores como Paz o Le¨®n Felipe para que probasen las cualidades l¨²dicas de su artilugio. Y pronto, dice Finisterre, le cogieron el intr¨ªngulis al invento. El futbol¨ªn naci¨® como un entretenimiento para los mutilados de guerra. Finisterre cay¨® herido en combate cuando ten¨ªa 17 a?os y fue internado en Montserrat. El sufr¨ªa al ver a sus compa?eros amputados por la metralla y se estruj¨® las neuronas para procurarles diversi¨®n. ''Ellos no pod¨ªan jugar a f¨²tbol'', relata, '' y a mi me gusta mucho el tenis de mesa, y as¨ª sali¨® el huevo de Col¨®n''. Tras una vida de trotamundos, Finisterre reside ahora, con 78 a?os, en Madrid.-