Una anciana muere atrapada en el lodazal de una v¨ªa de servicio de una autopista gallega
Una mujer de 77 a?os, Gumersinda Marta Garc¨ªa, vecina de Laracha (A Coru?a), muri¨® en plena Nochevieja de fr¨ªo y agotamiento tras haber pasado unas siete horas apresada en un lodazal. La anciana conoc¨ªa los caminos de la zona como la palma de su mano, pero el progreso los modific¨® sin reponerlos: qued¨® atrapada en una v¨ªa de servicio de la autopista auton¨®mica A-55, inaugurada 24 horas antes en un acto celebrado a escasos metros del lugar donde el barro acab¨® con ella.Gumersinda, la de Marta de Mouri?o, como se la conoc¨ªa en su aldea, San Rom¨¢n de Cabovila?o, se conservaba fuerte a pesar de su ¨¦dad. As¨ª, daba diariamente paseos de dos o tres horas por los alrededores y los aprovechaba para visitar sus tierras. Eso s¨ª, siempre volv¨ªa antes de anochecer. Por eso a las siete de la tarde del pasado mi¨¦rcoles, al ver que no regresaba, su familia se inquiet¨® y sali¨® a buscarla. Sab¨ªamos su recorrido y lo fuimos siguiendo. Incluso llegamos hasta aqu¨ª. Pero, como no se pod¨ªa pasar, dimos la vuelta por el monte", dice su yerno, Jes¨²s Caama?o Cotelo. Aqu¨ª es el sitio en el que apareci¨®, un camino de servicio paralelo a la autopista, a una decena de metros de una carretera asfaltada. Ayer todav¨ªa estaban en el lodo uno de sus zapatos y su paraguas.
Los vecinos la encontraron, media hora despu¨¦s de nacer 1998 al descubrir sus huellas en el barro en una zona por la que ni logr¨® pasar un veh¨ªculo de Protecci¨®n Civil. "Ella vino bordeando la valla [la de separaci¨®n de la autopista] hasta este punto, en donde se ven las marcas de un tractor, e intent¨® cruzar el camino, posiblemente a gatas, porque ten¨ªa una manga de la chaqueta sacada, como de arrastrarse", recuerda Manuel Loureiro, uno de los j¨®venes que la hallaron. "Estaba acostada, con una mano debajo de la cabeza, como protegi¨¦ndose del barro, y enterrada hasta los muslos. Pr¨¢cticamente, s¨®lo se le ve¨ªa la cara", dice Manuel Caama?o, acompa?ante de Loureiro.
Entre ambos consiguieron sacarla hasta el ribazo y despu¨¦s avisaron a una ambulancia. Gumersinda todav¨ªa respiraba, pero ingres¨® ya cad¨¢ver en el hospital coru?¨¦s Juan Canalejo.
Protestas
Mientras familiares y amigos de la v¨ªctima explicaban lo sucedido, un par de trabajadores de mantenimiento de la autopista colocaban ayer una cinta pl¨¢stica y una se?al de desv¨ªo provisional para cerrar el lugar. A unos cientos de metros, donde la pista de servicio se despega de la A-55, aparecieron tambi¨¦n varios t¨¦cnicos y un teniente de alcalde."Vienen ahora", murmuraban los vecinos, "pero el alcalde vive a dos kil¨®metros y pasa todos los d¨ªas por aqu¨ª. Deber¨ªa haber sabido c¨®mo estaba el camino". Tampoco fue bien recibido el mu?idor local del PP, que se acerc¨® en una furgoneta: "Ese era de los que dec¨ªa que todo estaba bien".
De hecho, los habitantes de Cabovila?o hab¨ªan mantenido varias reuniones con responsables municipales y de la conseller¨ªa de Pol¨ªtica Territorial, as¨ª como con directivos de la concesionaria de la autopista, para pedir que se construyera un puente sobre la v¨ªa de comunicaci¨®n y se repusiera as¨ª una carretera local. No pudo ser por falta de presupuesto. Tambi¨¦n hab¨ªan solicitado una mejora del firme de los embarrados caminos de acceso.
"Eso es lo que ten¨ªan que haber hecho en vez de inaugurar deprisa y de noche para evitar las protestas", insist¨ªan ayer despu¨¦s de que, tras varios a?os de v¨ªa libre en el tramo de 20 kil¨®metros hasta Laracha, el mi¨¦rcoles pasado se instaurase el peaje aprovechando la apertura de los 13 restantes. Caama?o, el yerno de Gumersinda, anunci¨® ayer, tras su ent¨ªerro, la decisi¨®n de la familia de presentar una denuncia judicial: "T¨ªraremos contra quien sea porque lo que le pas¨® a mi suegra me pudo pasar a m¨ª o a cualquiera".
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