Tropas brit¨¢nicas vuelven a patrullar el Ulster
El Ejercito brit¨¢nico ha regresado a las calles de Irlanda del Norte. Patrulla desde el viernes zonas vulnerables, barrios republicanos principalmente, en respuesta a la espiral de violencia desatada en los ¨²ltimos d¨ªas. La comunidad cat¨®lica es el objetivo de la Fuerza de Voluntarios Lealistas (LV-F), un grup¨²sculo radical que ha vuelto a actuar en represalia por el asesinato de su l¨ªder, Billy Wright. El Gobierno laborista de Tony Blair estima necesario el despliegue de tropas para apoyar a la polic¨ªa local, pero la medida ha sido recibida con desconfianza por la poblaci¨®n.
"Hemos aprendido una dram¨¢tica lecci¨®n esta semana", explica Caroline Wilson, voluntaria en la sede de Belfast de Peace People. "Hemos comprobado que, como en otras sociedades conflictivas, siempre habr¨¢ elementos enfrascados en actos de violencia" se?ala al hacer balance de los recientes asesinatos, incluido el de Eddie Treanor en un bar republicano de la capital la noche del 31.Estos elementos son los seguidores de Billy Wright, el temido cabecilla de la LVF que fue acribillado a balazos en la c¨¢rcel por los republicanos del INLA (Ej¨¦rcito Nacional de Liberaci¨®n de Irlanda), disidentes del IRA (Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s). Su asesinato se ha pagado con dos muertes y ocho heridos en sendos ataques indiscrimados contra la poblaci¨®n cat¨®lica. "Este no es el final", advirtieron los activistas del LVF al responsabilizarse del ¨²ltimo crimen en un bar de Belfast. Ayer, el local permanec¨ªa cerrado y unos ramos de flores, ya marchitos, eran los ¨²nicos vestigios de la tragedia. El mensaje, sin embargo, sigue latente. Todos los pubs de la zona, eminentemente republicana, pero rodeada de n¨²cleos protestantes, han reforzado las medidas de seguridad.
Coches blindados de la polic¨ªa y unidades del Ej¨¦rcito brit¨¢nico, que permanec¨ªan confinados en sus cuarteles desde hace seis semanas, patrullan ahora este barrio y otros similares del Ulster. "Como pacifista me parece fatal que se recurra al Ej¨¦rcito porque s¨®lo perpet¨²a el uso de las armas. Como ciudadana temo que la medida pueda ser contraproducente. Los cat¨®licos se sentir¨¢n vigilados m¨¢s que protegidos", advierte Wilson.
Desconfianza
La desconfianza en las fuerzas de seguridad en general y el Ej¨¦rcito brit¨¢nico en particular les lleva a autoprotegerse. Para entrar en el Glenview Terrace, un bar republicano, el camarero debe reconocer una cara familiar en el monitor que tiene junto a la barra. Superado este primer filtro, el cliente entra tras esperar que se accione un mecanismo de apertura y cierre de puertas similar al utilizado en entidades bancarias.La LVF ha prometido continuar con sus represalias. ''Quiere provocar al INLA y est¨¢ buscando la ocasi¨®n para llevar a cabo un tiroteo espectacular", pronostica Wilson. El INLA nunca ha dejado las armas, pero, desde que comenz¨® el proceso de paz, mantiene la t¨¢ctica de atacar en defensa propia. La eliminaci¨®n de Wright se justific¨® en las presuntas campa?as de terror que organiz¨® desde la c¨¢rcel.
La violencia rara vez afecta directamente a las capas acomodadas de la sociedad. Este sector, mayoritario en el Ulser, vive al margen de las reprealias en barrios mixtos donde los locales p¨²blicos no necesian medidas de protecci¨®n. Sus barrios con viviendas de protecci¨®n oficial est¨¢n separados por la llamada l¨ªnea de la paz, una barricada de cemento y alambrada que las fuerzas de seguridad han vuelto a levantar a ra¨ªz de los asesinatos.
La situaci¨®n es similar en las zonas rurales donde la l¨ªnea de la paz se sustituye por muros met¨¢licos que dividen a - los cat¨®licos de los protestantes. "Vivimos angustiados", comenta Mary, propietaria de un caf¨¦ en Newtownhamilton, pr¨®xima a la frontera con la Rep¨²blica de Irlanda, "cada vez que un hijo sale a la calle, no sabemos si va a volver. Pero no podemos encerrarles en casa".
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