Moruchos y avisos
, Los toros moruchos y los avisos fueron el com¨²n denominador de la desastrosa y aburrid¨ªsima primera corrida del a?o. Ante el estilo indefinido e ins¨ªpido de los ejemplares de Montecristo -salvo primero y cuarto-, Enrique Garza y El Conde carecieron de t¨¦cnica para lidiarlos correctamente y si se salv¨® Alejandro Silveti fue porque anduvo con reposo y le toc¨® el ¨²nico lote c¨®modo.
Al bobo que abri¨® plaza Silveti lo capote¨® decorosamente. Con la bayeta s¨®lo logr¨® una serie de naturales conlimpieza. Al emotivo cuarto lo veronique¨® con ritmo. A base de no quitarle la muleta de la cara logr¨® dos series de hondos redondos ejecutados con elegancia y se?or¨ªo. Por excederse en su desempe?o escuch¨® el primer aviso antes de tirarse a matar.
Montecristo / Silveti, Garza, El Conde
Toros de Montecristo: presentables y descastados -excepto 1? 4?, broncos; manso el 5? y peligroso el 6?- Alejandro Silveti: estocada contraria, pinchazo, estocada honda -aviso- y siete descabellos (pitos); -aviso-, estocada -segundo aviso- (ovaci¨®n). Enrique Garza: cuatro pinchazos y media -aviso- (palmas); dos pinchazos -aviso-, dos pinchazos y estocada (silencio). Alfredo Delgado, El Conde: metisaca y estocada baja (pitos); pinchazo, estocada ca¨ªda, seis descabellos -aviso- y dos descabellos (pitos). Monumental Plaza M¨¦xico, 4 de enero. Un cuarto de entrada.
Garza se puso de hinojos en el anillo y esper¨® al ¨¢spero segundo con una larga cambiada. Invit¨® a parear a El Conde y cada uno coloc¨® dos pares como pudo. Con la franela no logr¨® entender al enemigo, que termin¨® metiendo la cabeza en el enga?o.
En el quinto, el espada de Cadereyta, Nuevo Le¨®n, repiti¨® el mismo saludo que a su oponente anterior y luego ensay¨® vistosas crinolinas. Con los palitroques volvi¨® a estar sin pena ni gloria y le falt¨® idea al lidiar a un tonto burel. A El Conde le toc¨® el lote m¨¢s infame. El tapat¨ªo recibi¨® de rodillas al tercero con otra larga cambiada. Invit¨® a Garza a banderillear y s¨®lo al cerrar el tercio se luci¨® El Conde con un par saliendo de tablas, caminando hacia atr¨¢s y coloc¨¢ndolas al sesgo.
Las vulgaridades de agarrarse de las costillas de la res, que hab¨ªa desarrollado sentido, no fueron del agrad¨® del respetable. Con el que cerr¨®plaza, aunque estuvo muy voluntarioso y no se amilan¨® ante las coladas de la bestia, que termin¨® echo un marmolillo, se vi¨® muy apurado.
Triunfo de El Juli
En otras corridas celebradas el domingo en M¨¦xico, El Juli cort¨® dos orejas y rabo en su reaparici¨®n. Fue en la plaza de Tlaltenango, centro del pa¨ªs, tras una faena completa e interesante a un novillo de Progreso San Mateo. Junto al espa?ol actuaron adem¨¢s los mexicanos Jos¨¦ Antonio Enr¨ªquez, que cort¨® una oreja, y Alejandro Uvario, que obtuvo orejas y rabo. Los tres j¨®venes salieron a hombros y los novillos corridos en quinto y sexto lugar fueron premiados con vuelta al ruedo.Otro espa?ol, el diestro salmantino Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez, dio una gran tarde en Tlaxcoapan, en un mano a mano con el mexicano Guillermo Gonz¨¢lez Chilolo. S¨¢nchez cort¨® tres orejas y un rabo, igual que su compa?ero. Con la plaza casi llena, se lidiaron reses de Trincheiras, bravas y nobles. A su primero, S¨¢nchez le hizo una faena con pases de todas las marcas y lo mat¨® de estocada. Al tercero lo traste¨® con torer¨ªa.
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