Nadie sabe d¨®nde est¨¢ el 'subcomandante' Marcos
, En la selva Lacandona y en el poblado chiapas de Los Altos flota en el ambiente una sola pregunta: ?d¨®nde est¨¢ el subcomandante Marcos?, el jefe pol¨ªtico-militar del Ej¨¦rcito Zapatista Liberaci¨®n Nacional (EZLN). Nada se sabe de ¨¦l desde que el 31 de diciembre envi¨® uno de sus cl¨¢sicos comunicados desde La Realidad, la selv¨¢tica poblaci¨®n que se hab¨ªa convertido en su refugio tras laofensiva militar de febrero de 1995. Nadie sabe si el subcomandante insurgente estaba en La Realidad el pasado s¨¢bado, cuando tropas federales desencadenaron una operaci¨®n en las cercan¨ªas del basti¨®n zapatista
La presencia de un hombre "encapuchado" y con un rifle cruzado a la espalda habr¨ªa sido el detonante de la acci¨®n militar en los alrededores de La Realidad. ?sa es la versi¨®n del general Florencio Ra¨²l Cuevas, jefe del agrupamiento que opera en la regi¨®n. Las primeras versiones, difundidas por fuentes de la di¨®cesis de San Crist¨®bal de las Casas y organizaciones no gubernamentales quedaron desvirtuadas, no hubo toma de la poblaci¨®n zapatista, pero es cierto que desencaden¨® una nueva escalada en el conflictivo y sure?o Estado de Chiapas.Maximiliano, representante de la comunidad ind¨ªgena de La Realidad, asegur¨® que los soldados iban tras Marcos y preguntaban por ¨¦l, pero el jefe de la operaci¨®n, general Florencio Ra¨²l Cuevas, lo niega. Al ser preguntado sobre si su misi¨®n era encontrar y capturar al subcomandante, declar¨®: "En ning¨²n momento".
Versiones sin fundamento mencionan que Marcos escap¨® hacia alg¨²n otro punto de la selva, pero se trata m¨¢s bien de una especulaci¨®n. Todo hace suponer que Marcos no estaba en la zona cuando se lanz¨® la operaci¨®n militar, sobre todo porque ocurri¨® un d¨ªa despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito mexicano anunciara el descubrimiento de una caleta (escondrijo) en la poblaci¨®n de Yachipic, localizada en una zona donde el EZLN tiene bases de apoyo e incluso, posiblemente, combatientes desarmados.
Maximiliano afirma que en La Realidad no han tenido "ninguna comunicaci¨®n" con Marcos., "Bueno este... No, no sabemos d¨®nde se encuentra. Nosotros s¨®lo estamos aqu¨ª en la comunidad", lugar donde, a pesar del constante paso de convoyes militares por el camino que cruza el lugar, se mov¨ªan con entera libertad el jefe de la guerrilla zapatista y su estado mayor, en el cual figuran el comandante Tacho y el mayor Mois¨¦s, de quienes tampoco nadie sabe nada.
Primera reacci¨®n
Un hecho que alimenta la incertidumbre sobre el paradero del subcomandante es que el s¨¢bado haya sido el comandante David el que emitiera la primera reacci¨®n del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional sobre el operativo de La Realidad, comunicado, que sali¨® de Los Altos. La f¨®rmula zapatista fue la misma del 1.0 de febrero, cuando Marcos escapaba de Guadalupe Tepeyac hacia la selva Lacandona. Entonces la que dio la respuesta fue la mayor Ana Mar¨ªa, la responsable militar de Los Altos.En La Realidad, los juegos de los ni?os y mujeres de la etnia tojolabal, que lavan en las aguas de un arroyo que cruza el lugar, parecen no denotar ninguna angustia. Es como si nada pasara. Pero el silencio impuesto a los cerca de 300 habitantes del poblado que rodea Aguascalientes (especie de foro m¨®vil elegido por Marcos para hacer sus m¨¢s importantesactos pol¨ªticos desde febrero de 1995 hasta la fecha) va en sentido contrario. Tras recibir una an¨®nima autorizaci¨®n de los mandos, Maximiliano, un representante de la comunidad, asegur¨® a los periodistas que los soldados que el s¨¢bado tomaron posiciones de monta?a en torno a La Realidad buscaban armas y al l¨ªder zapatista. El representante a?adi¨® que los soldados hab¨ªan "torturado" a algunos ind¨ªgenas.
El parte militar facilitado por el general Cuevas.ofrece una dimensi¨®n distinta de lo acontecido en La Realidad: Por los rumbos de la comunidad de Santa Cecilia, "con parte del agrupamiento nos desviamos [del camino], porque civiles nos dijeron que hab¨ªa individuos armados. Efectivamente, nos encontramos con un individuo, llevaba unarma a la granadera, terciada a la espalda. Corri¨®. Posteriormente vimos, porque nosotros no nos fuimos por caminos [veredas monta?osas], previendo una emboscada, alg¨²n acto de estos grupos. Vimos entonces un grupo de nueve individuos con armas largas, y vistiendo ropas como las que usan los combatientes zapatistas. Los vimos que, iban hab¨ªa un pueblo que se llama Guadalupe de Los Altos. Continuamos el reconocimiento y encontramos un campamento". Maximiliano, con el rostro cubierto con pasamonta?as, pero sin arma a la vista, dijo en la casa ejidal (centro de la comunidad que cultiva la tierra en com¨²n) de La Realidad que "los ej¨¦rcitos" [soldados] detuvieron a varios ind¨ªgenas, al menos acuatro cuando iban a sus lugares de trabajo en los cafetales. Asegur¨® que los militares "amenazaron" a los ind¨ªgenas, los interrogaban sobre d¨®nde estaban las armas e indagaban por el paradero del subcomandante Marcos: "Que d¨®nde est¨¢, eso es lo que preguntaban".
El general Cuevas recalc¨®, seg¨²n la versi¨®n militar, que la acci¨®n registrada por los rumbos de Santa Cecilia se dio en el marco de la ley de armas de fuego, que busca desarmar a todas las personas en Chiapas. Asegur¨® que la acci¨®n seguir¨¢ aplic¨¢ndose en todo el Estado, adem¨¢s de que rechaz¨® que el operativo militar haya violado la ley del Di¨¢logo de San Andr¨¦s (congelado desde septiembre de 1996) entre el Gobierno y la guerrilla zapatista.
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