Una mirada adolescente en el Tercer Mundo

Recoger la impresi¨®n que causa en los adolescentes de los pa¨ªses desarrollados el contacto directo con la problem¨¢tica del Tercer Mundo. Ese es el objetivo de The way things are (Las cosas como son) una serie documental internacional que coproducen seis televisiones, entre ellas TV-3. La idea de los programas parti¨® de dos re porteros de la cadena catalana Joan ?beda y Francesc Escribano, que ya la pusieron en pr¨¢ctica en uno de los cap¨ªtulos de Les coses com s¨®n, emitido por el canal auton¨®mico hace dos temporadas ,y que mereci¨® un premio Ondas en 1996. La serie, de la que ya se han rodado los episodios correspondientes a Mozambique y Mal¨ª, est¨¢ subvencionada por la Uni¨®n Europea (UE).El cap¨ªtulo de Les coses com s¨®n que obtuvo el Ondas narraba el viaje de un grupo de j¨®venes catalanes a Brasil y la sensaci¨®n que origin¨® en ellos la realidad de los meninos da rua, los ni?os de la calle. En el reportaje, los adolescentes explicaban sin tapujos sus impresiones. La difusi¨®n del documental gracias al Ondas ayud¨® a que diversas cadenas intemacionales se interesaran por la iniciativa. Como la One World Group of Broadcasters, una asociaci¨®n de televisiones que act¨²a como productora de espacios sobre los problemas del Tercer Mundo.

La voluntad de este grupo de coproducir una serie y la colaboraci¨®n econ¨®mica de la UE, que financia el 40% del presupuesto del proyecto (aproximadamente 17 millones por episodio), condujeron al lanzamiento de The way things are. Adem¨¢s de TV-3, participan en la iniciativa la finlandesa YLE; la Humanist Broadcasting Fundation (HFB), de Holanda; la sueca UR; la cadena Vision TV, de Canad¨¢, y la alemana Deutsche Welle. De momento, las televisiones y la UE se han comprometido a realizar dos cap¨ªtulos de un total de seis planeados. La continuidad de la subvenci¨®n depende del resultado de las dos primeras entregas.

?beda y Escribano, que dirigen la coproducci¨®n, esperan poder realizar los seis documentales. Los reportajes tienen en com¨²n la mirada adolescente de chicos y chicas procedentes de los pa¨ªses cuyas cadenas producen la serie sobre la aplicaci¨®n en el Tercer Mundo de los derechos que en el primero se consideran consolidados. Por eiemplo en los dos cap¨ªtulos ya rodados en Mozambique y Mal¨ª se abordan los derechos a la sanidad y a la igualdad de la mujer, respectivamente. En los cuatro restantes, la serie tratar¨¢ los derechos a la vida, a la educaci¨®n, al trabajo y a tener un lugar para vivir.

Estos d¨ªas, ¨²beda y Escribano est¨¢n inmersos en el montaje del episodio dedicado a Mozambique, un trabajo extremadamente laborioso dada la riqueza de las im¨¢genes obtenidas, explica ?beda. En total, los dos reporteros, junto con dos grupos distintos de adolescentes, han rodado durante un mes en ?frica.

De entre el material obtenidocon destino al cap¨ªtulo de Mozambique, una de las escenas m¨¢s impresionantes es un parto, al que ayuda una comadrona nativa, Vov¨® L¨ªdia, con m¨¦todos rudimentarios. En la escena, una joven de 20 a?os alumbra a su segundo hijo ante la c¨¢mara, y tres j¨®venes, que posteriormente explican su vivencia. El beb¨¦ nace bien, pese a que la madre presentaba placenta previa, lo que en un pa¨ªs desarrollado hubiese exigido ces¨¢rea.

En Mal¨ª, cuenta ?beda, "el choque cultural fue a¨²n m¨¢s brutal que en Mozambique para los chicos". Los j¨®venes, sigue narrando el reportero, se percataron de que "no era tan f¨¢cil tomar posiciones, que no estaban all¨ª para juzgar, sino para comprender, y el viaje se convirti¨® en un debate continuo". Un ejemplo: asistieron a una tertulia de hombres de un nivel cultural medio alto en la que ¨¦stos justificaban la poligamia. El hecho de que argumentaran que ¨¦sa es una tradici¨®n secular en su pueblo, mayoritariamente musulm¨¢n, y que no es aceptable que se los juzgue desde fuera por seguirla, "descoloc¨®" a los muchachos, cuenta ?beda. Otras tradiciones, en cambio, fueron rechazadas de plano por los j¨®venes, como la ablaci¨®n.