El ni?o herido en el ataque al centro tutelar culpa a un "hombre malo"

, Un ni?o de siete a?os se convirti¨® ayer en el protagonista del juicio abierto por el ataque con un artefacto explosivo que sufri¨® el centro tutelar de menores de Torrelodones el 1 de enero de 1996. El peque?o, que sufri¨® quemaduras en los ojos, record¨® c¨®mo "un hombre malo" -uno de los cinco acusados- arroj¨® la bomba incendiaria y le conmin¨® a cogerla, aunque luego, tarde, le grit¨® para que no lo hiciera. El fiscal, tras la vista, mantuvo su petici¨®n de tres a?os de c¨¢rcel para cuatro de los acusados.

Durante la vista, los cinco acusados ofrecieron una versi¨®n de los hechos que convert¨ªa el ataque al centro de menores en una desafortunada gamberrada, con un protagonista, Enrique Blanco Rodr¨ªguez, que asum¨ªa toda la responsabilidad. En su relato, los cinco acusados -Blanco, Tom¨¢s Otto Portero Arfsten, Jos¨¦ Ignacio Garc¨ªa Leaniz Hortal y Jes¨²s Mandri Z¨¢rate- recordaron que, tras una Nochevieja llena de alcohol, se encontraron en el bar La Churrer¨ªa de Torrelodones (10.000 habitantes). Desde all¨ª, siempre seg¨²n esta versi¨®n, se dirigieron al chal¨¦ de Javier Sanrom¨¢n, donde desayunaron. En dicha vivienda, Enrique Blanco cogi¨® aguafuerte, papel de aluminio y unas botellas de pl¨¢stico. Con estos elementos prepar¨® un artefacto incendiario que lanz¨® sobre un mont¨®n de arena cercano. Luego se subieron al coche de Garc¨ªa Leaniz. Por el camino, mientras Mandri dorm¨ªa seg¨²n esta versi¨®n, lo hizo todo el tiempo-, Blanco lanz¨® otra bomba contra una papelera. Finalmente, en el coche prepar¨® un tercer artefacto. Este se puso a humear, y Blanco pidi¨® al conductor que parase y lo lanz¨® por encima de un muro de piedra. Los acusados insistieron en que desconoc¨ªan que el muro correspondiese a un centro tutelar de menores en cuyo patio jugaba una decena de ni?os. Despu¨¦s de arrojar el artefacto, se marcharon. En el coche, la acci¨®n de Blanco fue recriminada por sus compa?eros. El joven, una hora despu¨¦s y tras ducharse, volvi¨® en compa?¨ªa de Otto Portero para recoger "lo que hab¨ªan tirado a una propiedad privada". Hasta aqu¨ª, a grandes trazos, el relato de los acusados.Distinta fue la reconstrucci¨®n de la acci¨®n popular, representada por el abogado de SOS Racismo Antonio Moreno, quien al t¨¦rmino de la vista mantuvo su petici¨®n de seis a?os de c¨¢rcel por un delito de lesiones para cada acusado (el fiscal, en cambio, la retir¨® para Mandri).

Para Moreno, los cinco acusados se dirigieron al centro con la intenci¨®n expresa de lanzar un artefacto explosivo. "?C¨®mo no lo iban a saber, si hay unos carteles inmensos a la puerta? ?C¨®mo no lo iban a saber, si tras lanzar el artefacto y darse a la fuga dos de ellos volvieron, saltaron la valla y recogieron los restos de la bomba que le hab¨ªa estallado en la cara al peque?o? Adem¨¢s, esa asunci¨®n de culpas por uno solo de los acusados (Blanco) es poco menos que indefendible ?O es que yendo los cinco en el coche no se dieron cuenta de que su compa?ero iba lanzando bombas incendiarias?", afirm¨® Moreno tras el juicio.

En favor de la acusacion jug¨® la declaraci¨®n del peque?o herido. El ni?o, aunque muy confusamente, record¨® c¨®mo un "hombre malo" le grit¨®: "C¨®gelo, c¨®gelo". Y acto seguido arroj¨® el artefacto al patio. El peque?o se dirigi¨® entonces a la bomba, que a¨²n no hab¨ªa estallado, y fue al izarla cuandose produjo la explosi¨®n que le alcanz¨® en los ojos (el cr¨ªo qued¨® hospitalizado durante 12 d¨ªas y a¨²n sufre una lesi¨®n en el ojo derecho que puede derivar en ¨²lcera).