Bar¨®metro
El comienzo pol¨ªtico del a?o en que se conmemora el centenario del Desastre no, ha podido ser m¨¢s desastroso, dado el sectario asesinato del concejal de Zarautz Jos¨¦ Ignacio Iruretagoyena. Caiga su sangre sobre sus inductores morales, los votantes de Herri Batasuna, y sobre sus c¨®mplices involuntarios, que son aquellos portavoces nacionalistas o eclesi¨¢sticos dispuestos a mediar o transigir con los asesinos en la esperanza de apaciguarlos. Pero caiga tambi¨¦n sobre aquellos gobernantes madrile?os que por inter¨¦s electoral han aceptado negociar el sost¨¦n del PNV sin condicionarlo a su completa cooperaci¨®n en la lucha contra ETA. Jugar con dos barajas parece ventajoso pero resulta insolidario, irresponsable, indigno e injusto.Por lo dem¨¢s, se dir¨ªa que el tan mentado cambio clim¨¢tico. ha terminado por afectar tambi¨¦n al curso pol¨ªtico. Antes de las Navidades reinaba un clima revuelto que hac¨ªa presagiar inminentes tormentas electorales para el a?o venidero, cuestion¨¢ndose la permanencia -del pacto de gobernabilidad. As¨ª se interpretaban, al menos, las diversas escaramuzas parlamentarias: ley del catal¨¢n, decreto de humanidades... Pues bien, de lo dicho, nada. El regreso de las vacaciones ha vuelto del rev¨¦s el c¨¢lculo del calendario. Hoy todos hablan de estabilidad y nadie augura ninguna clase de adelantamientos electorales.
?Por qu¨¦? ?Es que Aznar, Pujol y Arzalluz se disponen a sellar quiz¨¢,. en sus inminentes entrevistas, la renovaci¨®n de sus pactos? ?Acaso asistimos a una creciente compenetraci¨®n pol¨ªtica entre las derechas nacionalistas y centralistas? Desde luego, no parece que sea as¨ª. Antes al contrario, existen s¨ªntomas de que se agudizan las distancias entre Madrid y Barcelona o Vitoria. Y cabe sospechar, adem¨¢s, que en cuanto Aznar disponga de una mayor¨ªa sufliciente, que le permita prescindir del apoyo parlamentario de Pujol o Arzalluz, se desencadenar¨¢ toda una cruzada espa?olista de reconstrucci¨®n nacional a juzgar por las conmemoraciones del 98 que se avecinan.
Entonces, ?a qu¨¦ viene esta pr¨®rroga del calendario electoral, cuya congelaci¨®n hasta 1999 parece haberse sellado en las heladas pistas de Baqueira-Beret? ?Qu¨¦ es lo que realmente ha cambiado en el clima pol¨ªtico con la entrada del nuevo a?o? Sospecho que la clave hay que buscarla en los bar¨®metros electorales, que han demostrado la ruptura definitiva del empate t¨¦cnico que hasta ahora equiparaba la intenci¨®n de voto de socialistas y populares. La lluvia fina de que habla la propaganda gubernamental ha terminado por calar, inundando por goteo la indecisi¨®n de los electores. Y al acumularse en el tiempo, el crecimiento de la tendencia popular ha logrado sobrepasar el umbral de no retorno, terminando por distanciarse irreversiblemente de su rival socialista. El colof¨®n m¨¢s simb¨®lico es que por fin Aznar supera en liderazgo a Gonz¨¢lez y a Almunia, dando por concluido todo un ciclo de: vida pol¨ªtica espa?ola. Ahora S¨®lo basta con esperar a que el PSOE se derrumbe solo, liberando un bot¨ªn electoral que Pujol y Aznar podr¨¢n repartirse como buenos hermanos, hasta rozar en sus respectivos comicios la mayor¨ªa absoluta. Y apresurarse adelantando el calendario impedir¨ªa redondear toda la magnitud del trasvase esperable.
Por tanto, la clave de este cambio clim¨¢tico reside no en los presuntos ¨¦xitos gubernamentales sino en la creciente percepci¨®n ciudadana del declive ineluctable del PSOE. Los malintencionados lo achacar¨¢n a la debilidad del liderazgo de Almunia, pero no hay tal. S¨®lo es el resultado aplazado de una ejecutoria cuyos errores y fracasos no se supieron reconocer y explicar a tiempo. Cerrada aquella v¨ªa, ahora hay que hacer borr¨®n y cuenta nueva. Pero dado el procedimiento elegido por el PSOE para eludir su responsabilidad pol¨ªtica, antes habr¨¢ que esperar a que concluya su terror¨ªfico calendario judicial. Entretanto, alguien como Almunia habr¨¢ de gestionar la traves¨ªa del desierto. Y s¨®lo despu¨¦s podr¨¢ pensarse en refundar el partido. Pero eso es harina de otro costal.
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