Viajar en tren

Es m¨¢s sabido lo que les gusta a los ni?os ver el tren y viajar en tren. Recuerdo que los tiempos que me toc¨® trabajar como factor de la Renfe en distintas estaciones, como a la hora de pasar el correo, sobre todo en las estaciones pr¨®ximas a los pueblos, se llenaban los andenes de personas entre las que esperaban a alg¨²n familiar o amigo y las que iban a despedir a los que se marchaban, m¨¢s los que lo hac¨ªan por curiosidad para ver el tren.Es verdad que aquellos trenes ten¨ªan un atractivo distinto a los actuales, sobre todo por las m¨¢quinas de vapor, el ruido de las bielas, la estela de humo y vapor, el silbato, etc¨¦tera. No obstante, sigue gustando, sobre todo a los ni?os, viajar en tren.

Pues bien, escribo esta breve carta como consecuencia de un reciente viaje que he hecho con dos de mis nietos, Jos¨¦ Manuel y David, de 8 y 10 a?os, respectivamente, que se empe?aron en que los llevara a Granada en tren.

De manera que mi esposa y yo, ejerciendo de abuelos y como ferroviario que he sido, no nos hicimos de rogar.

Partimos de Ronda en un tren a las nueve de la ma?ana, con transbordo en Bobadilla, para llegar a Granada hacia las doce.

Como es natural, aprovech¨¦ para contarles cosas sobre el ferrocarril antiguo y moderno, y contestarles, en la medida de mis conocimientos, las numerosas preguntas que me hac¨ªan. En este sentido, fue un viaje, adem¨¢s de tur¨ªstico, de estudio para ellos y muy divertido.

Regresamos ese mismo d¨ªa tambi¨¦n en un tren con la llegada a Ronda a las 20.30. Fue un d¨ªa primaveral y lo pasamos estupendamente. Viajar en tren es seguro, c¨®modo y divertido.-