"El Rastro es un lugar maravilloso para rodar cine"
De un cineasta restaurador de pel¨ªculas en la Filmoteca Espa?ola, antes, director de fotograf¨ªa de realizadores como Jos¨¦ Mar¨ªa Forqu¨¦, y mucho antes y por siempre, entusiasta de su trabajo, se espera que haga honor al dicho: una imagen vale m¨¢s que mil palabras. Sin embargo, la pasi¨®n de un hombre como Juan Marin¨¦ no conoce frases hechas. A sus 77 a?os, el que fuera premio nacional de Cinematograf¨ªa en 1994 se descubre como un conversador infatigable. Acribillado por una memoria que no conoce orden ni frontera, las preguntas del entrevistador se pierden en la narraci¨®n furiosa y desbocada de una vida vivida hasta la extenuaci¨®n. El ¨²ltimo de sus galardones, el del C¨ªrculo de Escritores Cinematogr¨¢ficos y la Filmoteca.
Pregunta. ?No le produce un poco de aprensi¨®n tanto premio?
Respuesta. Yo soy un hombre de laboratorio. Estoy siempre encerrado. No frecuento ni caf¨¦s, ni oficinas, ni c¨®cteles. De repente, alguien ve mi trabajo, le gusta y me dan un premio. Bien venido sea. Yo no paro, ni he parado nunca de trabajar.
P. Usted empez¨® a trabajar en el cine en 1934, con 14 a?os. En todo ese tiempo, ?qu¨¦ momento o director recuerda de forma especial?
R. Sin duda, a Jos¨¦ Mar¨ªa Forqu¨¦. Yo ten¨ªa, una pugna continua con ¨¦l. El me dec¨ªa: "En vez de ponerte este plano as¨ª de f¨¢cil, te lo voy a complicar un poco m¨¢s". Claro, yo me picaba y le dec¨ªa otro tanto. Fruto de este trabajo han quedado pel¨ªculas como Vacaciones para Yvette o El juego de la verdad.
P. Toda su carrera ha transcurrido en Madrid...
R. S¨ª. Acabada la guerra, Cifesa me hizo un contrato. Desde entonces, s¨®lo he vuelto a Barcelona, donde nac¨ª, para rodar Niebla y sol con Forqu¨¦.
P ?C¨®mo definir¨ªa la luz de Madrid?
R. Madrid siempre tiene una luz preciosa de d¨ªa. La proximidad de la sierra da un cielo azul que no se ve en ninguna otra ciudad europea. Eso s¨ª, siempre que no haya calefacciones.
P. ?Y lo peor?
R. Como dice mi hijo Oscar, la pena de Madrid es que est¨¢n llenando la acera de chirimbolos. No hay aceras, y eso da una sensaci¨®n de suciedad. Est¨¢n quitando vivencias a Madrid. El ejemplo a seguir deber¨ªa ser el de la plaza de la Opera.
P. De todas las escenas que ha rodado en Madrid, ?cu¨¢l es la que recuerda con m¨¢s agrado?
R. Sin duda, una rodada en el Rastro en 1951. Un sitio maravilloso. La pel¨ªcula era D¨ªa tras d¨ªa, de Antonio del Amo. Manolo Zarzo, que hac¨ªa de cojo, sal¨ªa corriendo. Detr¨¢s, el propio director y unos polic¨ªas que en verdad eran actores. Pues bueno, la gente de la calle se las arregl¨® para impedir el paso a los agentes y que no cogieran a Zarzo. Fue incre¨ªble... Hubo que repetir la escena.
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