Vaya se?ora
Si Nieva hubiese sido una mujer del siglo XVII, habr¨ªa escrito esta comedia. A Nieva la remite, tambi¨¦n, uno de sus estudiosos (Mauro Armi?o, en Babelia), y mucho han debido pensar en ¨¦l el figurinista y el director que la traen a escena ahora, con la compa?¨ªa del Centro Andaluz de Teatro, que pasa una temporada en el Lara de Madrid. Feliciana Enr¨ªquez de Guzm¨¢n fue una dama sevillana, de la hist¨®rica familia que su apellido indica: pero la risa que le daban el honor, el matrimonio, la belleza, la poes¨ªa cursi con sus justas o juegos florales, y las cosas de damas y galanes, era considerable. Estas gracias quevedescas son tres, viej¨ªsimas para la ¨¦poca -sobre veintisiete a?os, se dice en el texto- y con ganas de hombre. A rabiar. Aspiran a ellas seis galanes, o seis medios hombres, como se dice de ellos: tullidos, ciegos, deformes, sobrantes.Habr¨¢n de disput¨¢rselas en torneos, tan c¨®micos como todos los dem¨¢s (con risa de las armas y de las peleas), y luego en justas po¨¦ticas. El problema est¨¢ en que ninguna de las mohosas y avinagradas renuncia a ninguno . de los hombres, ni es capaz de elegir; y el bondadoso padre decide que las tres se queden con los seis, y le den entre todas y todos 18 nietos, en un acto de poligamia bien descrito y casi iniciado en la misma escena. No es s¨®lo esta singularidad de situaci¨®n, sino todo el texto, todos los juegos de palabras, todas las que luego se llamar¨ªan greguer¨ªas, las que hacen de esta obra de una de las pocas, y de las primeras, mujeres dramaturgas, una excelente farsa. Moderna.
Las gracias mohosas
De Feliciana Enr¨ªquez de Guzm¨¢n. Director: Juan Dolores Caballero. Int¨¦rpretes: Cristina Medina, Esther Ur¨ªa, Ana Candil, Jos¨¦ Cantero, Chema del Barco, Luis Ruiz, Francisco Alfons¨ªn, Manuel Salas, Alessandro Brasile, Jos¨¦ Javier P¨¦rez. Escenograf¨ªa: Antonio S¨¢seta. Vestuario: Miguel Nieto. M¨²sica: Inmaculada Almendral. Centro Andaluz de Teatro. Madrid, Teatro Lara.
L¨¢stima que el director quiera a?adir su propia gracia, aunque sea feliz, y moleste seriamente el di¨¢logo. Para que los galanes sean m¨¢s rid¨ªculos a¨²n de lo que se dice, y se dice mucho, les coloca unas pr¨®tesis bucales; deforman la cara, pero tambi¨¦n la palabra. Pobres actores, con lo dif¨ªcil que es de decir esa comedia y, adem¨¢s, desaventajados. Y con las voces colocadas para la mayor ridiculez. Fastidia no entender todo lo que se dice,- aunque el p¨²blico se r¨ªa, y de muy buena gana, tanto con lo que entiende como con lo abultado de lo que ve y del guirigay del escenario. Y con lo a?adido de sones, c¨¢nticos, ritmos y bailoteos: la obra es muy corta, y as¨ª dura hora y cuarto. Una buena medida.
Queda consignado el ¨¦xito con que la premia el p¨²blico y el denodado esfuerzo de los int¨¦rpretes: salen todos a saludar y a recibir las muestras de entusiasmo.
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