R¨ªo de Janeiro cambia de cara
22 equipos de arquitectos reformar¨¢n la periferia de la ciudad
La indefinible ciudad brasile?a de R¨ªo de Janeiro prepara su segundo proyecto de reestructuraci¨®n de las ¨¢reas p¨²blicas urbanas. Ya en el a?o 1993 tuvo lugar el primer proyecto, que reuni¨®, bajo la ¨¦gida del Ayuntamiento de R¨ªo, a 19 equipos de arquitectos que limpiaron la cara a la ciudad. Se llam¨® proyecto Cidade 1. Esta vez van a ser 22 equipos de arquitectos los que van a completar aquella iniciativa de hace cinco a?os, centr¨¢ndose esta vez, casi fundamentalmente, en la periferia de la ciudad. Y el proyecto se llama Cidade 2.
La idea, que ya en 1993 tuvo los ojos puestos en lo que se hab¨ªa realizado en la ciudad de Barcelona, fue entonces, y lo sigue siendo, la de un pol¨ªtico iluminado de origen espa?ol, Luis Paolo Conde. En 1993, Conde inspir¨® y gui¨® el proyecto Cidade 1 desde la Consejer¨ªa de Urbanismo del Ayuntamiento de R¨ªo, que ¨¦l dirig¨ªa. Esta vez lo hace como alcalde de la ciudad.EL PA?S ha conversado en R¨ªo de Janeiro, en su estudio frente al soberbio Jard¨ªn Bot¨¢nico de la ciudad, con Eduardo Mendes de Vasconcellos, profesor de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Federal de R¨ªo. Vasconcellos, con su equipo de arquitectos, ha sido encargado de reestructurar la zona del Jard¨ªn Bot¨¢nico y adyacentes.
Los 22 grupos de arquitectos que van a realizar el programa Cidade 2 han sido designados por varios jurados, compuestos por el Instituto de Arquitectos de Brasil (IAB) y la Secretar¨ªa de Estado de Urbanismo del Municipio de R¨ªo.
Existen dos diferencias fundamentales, seg¨²n Vasconcellos, entre el primer proyecto y el actual. Ante todo, que esta vez casi todas las zonas que van a ser revisadas arquitect¨®nica y urban¨ªsticamente pertenecen a la periferia, lo que servir¨¢ para unificar las zonas m¨¢s pobres con las m¨¢s pudientes. No se puede olvidar que a la ciudad de R¨ªo la abrazan nada menos que 620 favelas o ciudades miseria de dif¨ªcil integraci¨®n con el centro. Y adem¨¢s, esta vez, los trabajos de infraestructura no van a ser competencia de las empresas que patrocinan el proyecto, como lo fueron entonces, sino de los mismos arquitectos, cosa que va a hacer cambiar muchas cosas.
La intervenci¨®n del imponente proyecto Cidade 2 abarca todos los espacios p¨²blicos de la ciudad, como calles, plazas, sistema de iluminaci¨®n, tr¨¢fico, etc¨¦tera. Y Vasconcellos subraya la importancia que puede tener en el tejido social ya que, afirma, "una ciudad de tr¨¢fico ca¨®tico, mal iluminada, en la que la gente se adue?a de forma incontrolada de los espacios p¨²blicos dejados en abandono, sin gusto est¨¦tico, no puede ser m¨¢s que violenta".
En el proyecto anterior, los 19 grupos de arquitectos tomaron como modelo lo llevado a cabo en Barcelona. Esta vez no se excluye que alg¨²n arquitecto barcelon¨¦s pueda participar directamente en el programa. Al proyecto Cidade 1 se le hab¨ªa criticado en algunos ambientes por haber sido m¨¢s bien una operaci¨®n de est¨¦tica facial de la ciudad. Vasconcellos cree que se trata de cr¨ªticas injustas, porque "el hecho de hacer una ciudad m¨¢s agradable, con los espacios que usamos habitualmente m¨¢s dignos de ser habitados, con mayor gusto est¨¦tico, hace que los ciudadanos no s¨®lo se sientan m¨¢s felices, sino tambi¨¦n m¨¢s responsables de su propio territorio".
Los arquitectos que realizar¨¢n el proyecto est¨¢n convencidos, adem¨¢s, de que esa reestructuraci¨®n ayudar¨¢ a mejorar el tejido comercial e inmobiliario y que favorecer¨¢ el turismo internacional.
R¨ªo es, dice el catedr¨¢tico y antrop¨®logo Antonio de Jes¨²s Silva, la ciudad m¨¢s irreverente, profana y espont¨¢nea del globo, donde se puede encontrar en todo momento y en cualquier lugar desde lo m¨¢s tr¨¢gico hasta lo m¨¢s c¨®mico, pasando por lo m¨¢s imprevisible.
Vasconcellos destaca que R¨ªo es una ciudad muy particular que consigui¨® conmover a los grandes arquitectos cartesianos europeos y que se le resisti¨® a Le Corbusier, que lleg¨® a R¨ªo con ¨¢nimos de dominar la ciudad, como lo hiciera con Montevideo, Sao Paulo o Buenos Aires. "Tuvo que renunciar", dice, "a su proyecto cartesiano de trazar l¨ªneas verticales y acab¨® rindi¨¦ndose a las curvas y sinuosidades de una ciudad que posee un juego inteligente entre arquitectura, mar, monta?as y selva, que la hace inigualable e indefinible".
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