El presidente cubano agradece al Pont¨ªfice su visita

Juan Pablo II concluy¨® esta madrugada Su visita de cinco d¨ªas a Cuba con un discurso en el que hizo la condena m¨¢s clara de toda su estancia al embargo de Estados Unidos sobre la isla. Fidel Castro, por su parte, agradeci¨® su visita al Papa, a quien dijo: "Si la globalizaci¨®n de la solidaridad que usted proclama" se extendiese y llegase a todos los seres humanos, "podr¨ªa crearse realmente un mundo sin opresi¨®n ni explotaci¨®n" y "sin injusticias ni desigualdades".

"Era cruelmente injusto que su viaje pastoral fuese asociado a la mezquina esperanza de destruir los nobles objetivos y la independencia de un peque?o pa¨ªs bloqueado y sometido a una verdadera guerra econ¨®mica hace ya casi 40 a?os", dijo el presidente cubano en su discurso de despedida al Pont¨ªfice."Cuba, Santidad, se enfrenta hoy a la m¨¢s poderosa potencia de la historia, como un nuevo David, mil veces m¨¢s peque?o, que con la misma onda de los tiempos b¨ªblicos lucha para sobrevivir contra un gigantesco Goliat de la era nuclear que trata de impedir nuestro desarrollo y rendirnos por enfermedad y por hambre", volvi¨® a insistir Castro que durante estos cinco d¨ªas de visita papal ha disfrutado de una oportunidad hist¨®rica para denunciar el embargo a que somete su pa¨ªs Estados Unidos.

Castro aludi¨® a "las calumnias contra mi patria y mi pueblo" y dijo que en numerosas ocasiones en la historia las calumnias han justificado "los peores cr¨ªmenes contra los pueblos", puso como ejemplo lo sucedido con los cristianos de la antigua Roma, con los jud¨ªos en la ¨¦poca nazi o con Vietnam, y se?al¨®: "Ser cristiano, ser jud¨ªo o ser comunista no le daba derecho a nadie a exterminarlos". "Cuba no conoce el miedo", a?adi¨®. "desprecia la mentira; escucha con respeto; cree en sus ideas; defiende inconmovible sus principios y no tiene nada que ocultar al mundo".

"Por el honor de su visita, por todas sus expresiones de afecto a los cubanos, por todas sus palabras, aun aqu¨¦llas con las cuales pueda estar en desacuerdo, en nombre de todo el pueblo de Cuba, Santidad, le doy las gracias", concluy¨® el comandante.

Juan Pablo II, por su parte, hizo la condena m¨¢s directa de toda su visita al embargo norteamericano a la isla, y reclam¨® mayores espacios a la libertad en Cuba tanto para los individuos como para la Iglesia. Tal como dijo poco antes a los obispos cubanos, en el arzobispado de La Habana, regresaba a Roma "muy esperanzado".

"Que las naciones y especialmente las que comparten el mismo patrimonio cristiano y la misma lengua, trabajen eficazmente por extender los beneficios de la unidad y la concordia, por aunar esfuerzos y superar obst¨¢culos para que el pueblo cubano, protagonista de su historia, mantenga relaciones internacionales que favorezcan siempre el bien com¨²n", dijo el Pont¨ªfice. "De este modo", agreg¨®, "se contribuir¨¢ a superar la angustia causada por la pobreza, material y moral, cuyas causas pueden ser entre otras las desigualdades injustas, las limitaciones de las libertades fundamentales, la despersonalizaci¨®n y el desaliento de los individuos y las medidas econ¨®micas restrictivas impuestas desde fuera del pa¨ªs, injustas y ¨¦ticamente inaceptables".