Wojtyla reclama su lugar para la Iglesia cat¨®lica de Cuba
. Sin periodistas, aunque con una cobertura informativa asegurada por la previa difusi¨®n de su discurso, Juan Pablo Il se entrevist¨® a mediod¨ªa de ayer en el arzobispado de La Habana con los 14 prelados que integran la Conferencia Episcopal cubana para transmitirles sus impresiones del viaje y planificar la estrategia futura. En un documento dirigido a los obispos, Karol Wojtyla reclam¨® respeto a la libertad religiosa y pidi¨® para la Iglesia el "lugar que le corresponde en el entramado social del pa¨ªs".El Papa recalc¨® que la lglesia no pide espacio "para alcanzar el poder", sino para extender el Evangelio. "Cuando la Iglesia reclama la libertad religiosa", a?adi¨®, "no solicita una d¨¢diva", ya que "est¨¢ pidiendo el reconocimiento efectivo de un derecho de cada persona y de cada pueblo". A cambio, y a juzgar por las palabras de su discurso escrito ante los obispos -el d¨¦cimo de los realizados en la isla-, el Pont¨ªfice se compromete a colaborar en la reconciliaci¨®n de los cubanos, y a influir con el inmenso poder de la Iglesia el comportamiento del exilio.
A este respecto, el Papa transmiti¨® a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica -"cuya atenci¨®n pastoral no ha descuidado a quienes han salido de la patria"- un mensaje para los cubanos en el exterior. "En la medida en que se consideran cubanos", dijo, "deben colaborar tambi¨¦n, con serenidad y esp¨ªritu constructivo y respetuoso, al progreso de la naci¨®n, evitando confrontaciones in¨²tiles y fomentando un clima de positivo di¨¢logo y rec¨ªproco entendimiento". El Pont¨ªfice no resisti¨® la tentaci¨®n de condenar tambi¨¦n "algunas concepciones reduccionistas, que intentan situar a la Iglesia cat¨®lica al mismo nivel de ciertas manifestaciones culturales de religiosidad, al modo de los cultos sincretistas que, aunque merecedores de respeto, no pueden ser considerados como una religi¨®n propiamente dicha, sino como un conjunto de tradiciones y creencias". Una clara alusi¨®n a las facilidades que han encontrado los santeros para desarrollar sus pr¨¢cticas en la Cuba revolucionaria.La Habana L. G.
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