?ngel fieramente humano
Una ma?ana suena el tel¨¦fono. Son todav¨ªa esas horas en las que se oye el movimiento por los pasillos, la puerta de la calle se abre y se cierra cuando cada uno sale hacia el colegio o el trabajo. Es la hora del correo electr¨®nico, no es la hora de que suene el tel¨¦fono y un amigo nos comunique, que, inesperadamente, ha fallecido Emilio Alarcos. Hacemos memoria y no hay memoria: Alarcos est¨¢ ah¨ª desde siempre, casi casi desde la escuela, desde luego desde el bachillerato superior, hasta nuestra vida de amigos, con su generosidad afectuosa. ?As¨ª que usted es el autor del Alarcos?", le pregunt¨® un d¨ªa una muchacha sevillana. El Alarcos, tantos alarcos, tanto para todos y para Espa?a.Nacido en abril de 1922, castellano y catal¨¢n, orgullosa combinaci¨®n, catedr¨¢tico de Instituto, lector en Berna y Basilea, desde 1951 catedr¨¢tico de universidad en Oviedo. Hijo de catedr¨¢tico de Instituto. Biograf¨ªa y rima de coincidencias, vida de afectos. Escuela de Men¨¦ndez Pidal: no hay Filolog¨ªa sin estudio ling¨¹¨ªstico, incompleto sin la visi¨®n est¨¦tica, sin lo literario. Punto personal, no hay ciencia sin referencia a la vida, a cada hombre.
Ese "¨¢ngel fieramente humano" que era Alarcos empez¨®, el 25 de noviembre de 1973, recordando, en su ingreso en la Academia, a Narciso Alonso Cort¨¦s, "el discreto y picaresco sotorre¨ªr del maestro cuando nos le¨ªa la definici¨®n de perro en el diccionario acad¨¦mico"; tambi¨¦n que "muchos le llam¨¢bamos don Narcis¨ªn", y a?ade que la mayor justificaci¨®n del respeto que inspiraba "se justificaba... porque era de los escas¨ªsimos catedr¨¢ticos que recalaban en el instituto en autom¨®vil particular, como se dec¨ªa, y que nos parec¨ªa soberbio".
Una larga mesa me sit¨²a en 1975, oposiciones a la Universidad de Zaragoza. Intenso fr¨ªo en el Instituto de Santa Teresa, al lado del Caf¨¦ de Chinitas. El maestro, que preside, se protege con un peri¨®dico enrollado en las piernas. Un largo camino que me har¨¢ amigo fraterno, Josefina mediante, m¨¢s cercana en la edad y en el genio, siempre con respeto, siempre con humor. No hay Alarcos sin Josefina Mart¨ªnez, la mujer que lo recuper¨® para la Lengua Espa?ola en momentos dif¨ªciles, que lo impuls¨® y lo sostuvo.
Gram¨¢tica Estructural, seg¨²n la escuela de Copenhague, Gram¨¢tica Funcional. Luego vivir¨ªamos el desarrollo de otras corrientes, la plena integraci¨®n de la ling¨¹¨ªstica espa?ola, esa estupenda s¨ªntesis en la reuni¨®n Alarcos-Chomsky en Oviedo, el 1 de diciembre de 1992: el discurso de Chomsky encuadernado con un cordel azul y sello de lacre, "A?o 501: vino viejo en botellas nuevas". Palabras de aplauso y de bienvenida, pero "me quedo pensando en las palabras antiguas de Kohelet: 'Lo que fue, eso mismo es lo que ser¨¢, y lo que se hizo, eso mismo es lo que se har¨¢; no hay nada nuevo bajo el sol".
La actividad p¨²blica, en su condici¨®n de prohombre, le procur¨® la invitaci¨®n para leer el preg¨®n de Semana Santa en Valladolid en 1993. Propuesta para otro ins¨®lita; pero no para ¨¦l, capaz de resumir en una s¨ªntesis precisa una realidad sociol¨®gica especialmente clara en el mundo hisp¨¢nico: "No todo el mundo es creyente, pero aqu¨ª hasta los agn¨®sticos discurren por los cauces mentales y sensitivos del cristianismo... Todos esperan ingenuamente que el Padre cumplir¨¢ la s¨²plica del Hijo y que todo les ser¨¢ perdonado porque no saben lo que hacen". Esa c¨®moda actitud no le val¨ªa: "Todav¨ªa, despu¨¦s de tanto esfuerzo, 'tiene que ser el hombre m¨¢s humano-.
"Meditemos -terminaba- Sea con el anhelo del m¨¢s all¨¢, sea siquiera con la vista en este desquiciado m¨¢s ac¨¢, procuremos que la Semana Santa, con sus auras purificadoras, purgue y reconforte nuestro pobre esp¨ªritu, ya estragado de tanto tr¨¢fago anodino y nimio
Su p¨¦rdida ha hecho este tr¨¢fago m¨¢s anodino y nimio; pero ¨¦l, dentro de su cultivada evocaci¨®n del humor de Groucho, de su tambi¨¦n picaresco sotorre¨ªr, "con sola su figura", nos dio, desde la iron¨ªa, el modo de superar ese dolor que trajo la voz en el tel¨¦fono, al dejamos un mundo mejor comprendido y m¨¢s lleno de esperanza.
Babelia
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