Una merienda con Aznar

Entre Jacques Chirac y Lionel Jospin, Javier Clemente. A medio camino del El¨ªseo y Matignon, el hotel Crillon. Tras almorzar y antes de cenar, la merienda. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se tom¨® unas pastas con la selecci¨®n espa?ola. Fue casi una hora, unos 50 minutos, de distendida conversaci¨®n entre el presidente del Gobierno, muy metido ¨²ltimamente en asuntos futbol¨ªsticos, y el colectivo de Javier Clemente. Tiempo suficiente para recrearse en escenas sonrojantes como la de Ca?izares. El portero del Madrid lleg¨® el ¨²ltimo sinsaberlo. Muy apretados todos en una peque?a sala, encontr¨® un sitio a toda prisa entre los suyos para formar en espera del presidente. No se hab¨ªa dado cuenta de que Aznar ya estaba frente al grupo.

Clemente tom¨® el mando y fue presentando uno por uno a sus muchachos ante la sonrisa de Aznar. "?Qu¨¦ tal va el esqu¨ª, presidente?", le pregunt¨® Alkorta. "Hago algunas piruetas" fue su respuesta. El seleccionador abund¨® en el di¨¢logo. "Todav¨ªa ha crecido un par de cent¨ªmetros" le susurr¨® a Aznar cuando pas¨® ante R¨ªos. "?Qu¨¦ leparece que haya m¨¢s jugadores del Bar?a que del Madrid? " se escuch¨® entre murmullos. Y Aznar replic¨®: "Esto es la selecci¨®n nacional".

"Le he dicho a Chirac que el Mundial ser¨¢ un¨¦xito" cont¨® Aznar, "y he pronosticado que en el partido de hoy [ayer] marcaremos primero". El presidente no tiene ninguna duda de que Espa?a puede ganar al Mundial: "Yo soy de los que voy a venir a animar al equipo". El acto acab¨® con la foto de rigor y los codazos de algunos de los invitados para hacerse un hueco entre los famosos