Llega la Copa y se establece la tregua
No hay favoritos en Valladolid. Madrid y Barcelona viajan cargados de problemas
La Copa es un torneo redondo para el baloncesto espa?ol. Es breve, es intenso (siete partidos en cuatro d¨ªas) y no tiene l¨®gica. Cabe recordar que en la d¨¦cada de los 90 s¨®lo se registra un t¨ªtulo del Real Madrid (1993) y dos del Barcelona (1991 y 1994). La Copa ha hecho feliz al CAI Zaragoza en 1990 (ya desaparecido), al Estudiantes en 1992, al Taugr¨¦s en 1995 y al TDK Manresa en 1996. La Copa ha servido para resucitar al Joventut el a?o pasado, ahogado por las deudas y la deserci¨®n de sus fieles. La Copa tambi¨¦n fue un sue?o al alcance del modesto C¨¢ceres, finalista el a?o pasado. La Copa es un torneo democr¨¢tico y agradecido. Supone una tregua en el conflictivo mundo del baloncesto. Ocho clubes entran a partir de hoy en escena en Valladolid. No hay favoritos.Ser¨¢n cuatro d¨ªas de aire fresco en el baloncesto espa?ol, reci¨¦n restablecido de una amenaza de huelga que habr¨ªa agravado la sensaci¨®n de crisis de la que no logra escapar. El baloncesto espa?ol es una sociedad peque?a en la que se alimentan demasiadas enemistades personales. Todo el mundo opina, todo el mundo tiene recetas para salir de la crisis, todo el mundo dice conocer cu¨¢les son los males de una selecci¨®n, espa?ola que vive en la mediocridad, pero no hay manera de arrancar un acuerdo satisfactorio en casi ning¨²n aspecto. La audiencia no acaba de recuperarse y no hay jugadores con atractivo popular: las adolescentes se han pasado al f¨²tbol multitudinariamente. El baloncesto espa?ol s¨®lo parece tener vida propia en las peque?as capitales. M¨¢s o menos, como un suced¨¢neo del f¨²tbol.
En esa tesitura, llega la Copa. Es como si se estableciera una tregua. Se aparcan los males y el personal se limita a disfrutar. Se celebran las sorpresas y se felicita al campe¨®n. Acaba la Copa y aparecen los sabios, con sus recetas a cuestas. Trabajo en balde la Copa no es un torneo extrapolable. Por eso funciona.
Curiosamente, este a?o acceden a la competici¨®n los ocho primeros de la Liga ACB. Curiosamente tambi¨¦n, ni el Madrid ni el Bar?a est¨¢n en buen momento. El l¨ªder es el Tau Vitoria, que lleva una racha de 12 victorias consecutivas. Estar¨¢n ausentes de la escena muchos entrenadores que han marcado una ¨¦poca del baloncesto: no estar¨¢n A¨ªto Garc¨ªa Reneses, Maniel Comas, Lolo Sainz, Manel Pesquera...
La idiosincrasia del torneo exige un calentamiento r¨¢pido. Aquel que llegue perezoso, cae sin remedio. No se admite la rutina. Por eso saltan tantas sorpresas: un equipo se calienta de forma imprevista, adquiere otra dimensi¨®n moment¨¢neamente, y termina so?ando con la gran victoria a lo campe¨®n. A la Copa hay que llegar con el chip puesto y de nada sirven los antecedentes. ?se es el peligro que sufren los favoritos, que tienen tendencia a colocarse an¨ªmicamente en la final sin prever que antes hay que eliminar a un par de equipos. Es lo que le puede suceder al Tau Vitoria y es el defecto que acusan ¨²ltimamente los dos grandes. Lo que sucede es que tanto Real Madrid como Barcelona sufren tantos achaques de un tiempo a esta parte que empiezan a necesitar de la Copa para cerrar sus heridas.
El Barcelona no ha superado todav¨ªa la ausencia de A¨ªto y vive una fase de interinidad al mando de Joan Montes, un hombre del que no se sabe nada puertas afuera. No sabemos si es un t¨¦cnico con estilo propio, si es realmente un enfermero o es un mero conciliador.
El caso del Real Madrid parece m¨¢s grave. A pesar de tanto asesor como abunda a sus alrededores, el equipo vive una fase de p¨¦rdida de identificaci¨®n ya duradera y cada vez m¨¢s notable. Le falta cambiar el color de la camiseta para convertirse en un equipo ap¨¢trida, vilipendiado por la propia directiva del club, abandonado por sus fieles. Los jugadores no cobran sus haberes y les asalta una duda fundamental: ?Para qui¨¦n juegan? En el Madrid s¨®lo se habla de la s¨¦ptima Copa de Europa... de f¨²tbol.
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