Clinton recibi¨® a Lewinsky en la Casa Blanca d¨ªas antes de su declaraci¨®n ante los abogados
Bill Clinton con su popularidad reconquistada tras la contraofensiva de comienzos de esta semana, sigui¨® ayer gobernando Estados Unidos como si el esc¨¢ndalo Lewinsky no fuera con ¨¦l. La dram¨¢tica partida que libra contra Kenneth Starr estaba ayer pendiente del pr¨®ximo movimiento del fiscal independiente. Y Starr no consegu¨ªa llegar a un acuerdo con el abogado de Monica Lewinsky, William Ginsburg. Entretanto, dos grandes diarios publicaban nuevos detalles del ¨²ltimo encuentro personal entre el presidente de EE UU y la que fue becaria y luego empleada de la Casa Blanca.
Tras una entrevista de menos de tres cuartos de hora con Starr, el primer cara a cara desde el comienzo del esc¨¢ndalo, Will¨ªam Ginsburg declar¨®: "Los ¨²nicos progresos que estoy haciendo son en relaci¨®n a la preparaci¨®n de la defensa de mi cliente". No dio m¨¢s detalles, pero result¨® evidente que alud¨ªa al punto muerto alcanzado por sus negociaciones para que Lewinksy se convierta en testigo contra Clinton a cambio de inmunidad.Starr tendr¨ªa pocos elementos para acusar a Clinton de perjurio, incitaci¨®n al perjurio y obstrucci¨®n a la justicia si Lewinsky no confirma lo que dijo en las confidencias grabadas subrepticiamente por su compa?era de trabajo Linda Tripp. En esas grabaciones, Lewinsky dice haber sostenido una relaci¨®n sexual con Clinton y haber sido presionada por el presidente y su abogado Vernon Jordan para que la desmintiera. Pero en sendas declaraciones bajo juramento a los abogados de Paula Jones, Clinton y Lewinsky coincidieron en desmentir esa relaci¨®n sexual.
Ginsburg no acepta menos que la "completa inmunidad" de su cliente a cambio de su colaboraci¨®n con Starr. El fiscal, seg¨²n el abogado, no est¨¢ dispuesto a conced¨¦rsela y, en cambio, amenaza a la muchacha con acusarla de perjurio. Lewinsky, record¨® ayer Ginsburg, podr¨ªa entonces ampararse en la Quinta Enmienda de la Constituci¨®n de EE UU, que garantiza el derecho a no declarar nada que pueda ser usado en contra de uno.
Clinton y Lewinsky, seg¨²n publicaron ayer The New York Times y The Washington Post, se entrevistaron en privado en la Casa Blanca el pasado 28 de diciembre, un domingo, 11 d¨ªas despu¨¦s de que ella recibiera una citaci¨®n para declarar en el caso Paula Jones. Diez d¨ªas despu¨¦s, Lewinsky firm¨® su declaraci¨®n jurada a los abogados de Jones desmintiendo haber tenido relaciones sexuales con el presidente.
Lewinsky, seg¨²n las fuentes an¨®nimas citadas por The New York Times, cuenta que Clinton le pidi¨® que dijera que sus visitas a la Casa Blanca eran para ver a la secretaria personal del presidente, Betty Currie. Lewinsky tambi¨¦n asegura que Clinton le recomend¨® que se instalara en Nueva York para evitar verse implicada como testigo en el caso Jones.
Por recomendaci¨®n de Vernon Jordan, abogado y amigo de Clinton, Lewinsky recibi¨® una oferta de trabajo en Nueva York de RevIon, que la empresa retir¨® al comenzar el esc¨¢ndalo.
Paul Begala, un viejo consejero pol¨ªtico de Clinton, desautoriz¨® ayer esas informaciones diciendo: "Probablemente son otra de esas pistas falsas. El presidente ha dejado muy claro que ¨¦l nunca le pidi¨® a nadie que mintiera".
Una docena de agentes del Servicio Secreto, seg¨²n la cadena televisiva ABC, van a ser citados por Starr para que declaren si les consta o no que Clinton y Lewinsky tuvieron relaciones sexuales en la residencia presidencial. La Casa Blanca inform¨® de que no va a impedir que los agentes presten testimonio, pero el Departamento del Tesoro, del que depende el Servicio Secreto, record¨® que se deben, a un juramento de silencio ante el presidente y a?adi¨® que su eficacia podr¨ªa ser mermada si se ven forzados a romperlo.
Los investigadores de Starr se hicieron con los documentos -cartas y fotos- sobre Lewinsky que ten¨ªa en su poder Andy Bleiler, el profesor de teatro de Portland (Oreg¨®n) que dice que mantuvo relaciones sexuales durante cinco a?os con la entonces estudiante. Seg¨²n Terry Giles, abogado de Bleiler, el profesor le ha contado que Lewinsky era una "obsesa sexual", con "muchos problemas con la mentira". Tras ser filtrados por Starr, los documentos y testimonios sobre el caso est¨¢n siendo presentados al gran jurado que se re¨²ne estos d¨ªas en un tribunal federal de Washington.
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