Conchita muestra sus I¨ªmites
Martina Hingis derrota a la espa?ola en una brillante final
El Open de Australia seguir¨¢ siendo un sue?o para el tenis espa?ol. La sexta oportunidad tampoco fue la buena. Conchita Mart¨ªnez jug¨® un gran partido y se entreg¨® a fondo a una tarea imposible: vencer a Martina Hingis, la n¨²mero uno del mundo. La aragonesa acab¨® derrotada, sentada en su silla con la mirada perdida en el infinito, y con una tremenda sensaci¨®n de frustraci¨®n por no haber tenido ninguna posibilidad de ser la campeona. Perdi¨® en una hora y 26 minutos por un doble 6-3 y, por primera vez en este torneo, mostr¨® sus l¨ªmites actuales. Hingis gan¨® su cuarto Grand Slam en su quinta final consecutiva y se embols¨® los 60 millones de pesetas de premio a la campeona del torneo australiano. Es la reina del tenis femenino mundial.Sin embargo, Conchita, a sus 26 a?os, tiene motivos para estar satisfecha. Es una contradicci¨®n ir¨®nica de la que no se podr¨¢ librar. La aragonesa jug¨® en sus topes actuales, los propios de una tenista que acaba de resurgir de un a?o en crisis y a la que le falta a¨²n confianza, y sali¨® vapuleada por la n¨²mero uno. Desde que la primera bola del partido se puso en juego, la espa?ola dej¨® claro que iba en busca del triunfo. No fue una Conchita conformista y librada a su destino. Al contrario, fue una jugadora guerrera, con las ideas claras, con una mentalidad positiva y con el juego que siempre la ha caracterizado: una derecha mortal y un rev¨¦s nada despreciable.
Fuerza e inteligencia
Todo eso no le bast¨® ante la n¨²mero uno. Su break inicial (rompi¨® el saque de la suiza en el primer juego) auguraba una final brillante. Y lo fue. Pero Hingis, con s¨®lo 17 a?os, tiene una fuerza mental y una inteligencia incluso superior a la de Arantxa S¨¢nchez en sus mejores tiempos. Se ha convertido en el paradigma de la fortaleza en el circuito femenino. Gracias a ello pudo superar a Conchita. La derrot¨® desbaratando todos sus planes, eliminando cualquier posibilidad de rebeli¨®n, quemando sus naves al menor atisbo de batalla.Si Conchita lograba un break, ella lo recuperaba de inmediato y dejaba clara su superioridad. Si la aragonesa lograba un punto brillante -como hizo en muchas ocasiones-, la suiza ganaba los tres siguientes. Si la espa?ola aprovechaba los pocos momentos de relajaci¨®n que mostr¨® Hingis, ¨¦sta volv¨ªa a entrar en el partido, se met¨ªa dentro de la pista y se aseguraba el control absoluto del juego. Fue lo que ocurri¨® en la primera manga, en la que, tras haberle arrebatado el saque a la suiza, Conchita perdi¨® el suyo dos veces consecutivas y dej¨® que Hingis se fuera hasta un decisivo 4- 1. Despu¨¦s, ya con todo controlado, la suiza baj¨® la guardia y pas¨® de haber cometido s¨®lo seis errores no forzados a concluir el set con 17. Pero nunca fall¨® en los puntos realmente importantes.
Y la historia se repiti¨® en la segunda manga. Ah¨ª Conchita vio c¨®mo se esfumaba su mejor oportunidad. Fue en el cuarto juego, con 2-2 en el marcador y servicio de la suiza. La espa?ola disfrut¨® de una bola de break que pod¨ªa situarla con 3-1 y saque. Hingis parec¨ªa cansada en aquellos momentos. Pero con una soberbia dejada anul¨® la ventaja de Conchita y despu¨¦s le gan¨® los dos juegos siguientes sin contemplaciones: se coloc¨® en 4-2 y ¨¦sa fue una ventaja decisiva.
Impotencia
El partido concluy¨® con un rev¨¦s paralelo de Conchita que sali¨® fuera de los l¨ªmites de la pista. Era la ¨²ltima muestra de la impotencia y la desesperaci¨®n en que se fue sumiendo la aragonesa, y tambi¨¦n la demostraci¨®n m¨¢s palpable de que el dominio de Hingis puede extenderse a lo largo de la d¨¦cada. En el circuito actual puede tener alg¨²n tropiezo, pero no hay nadie capaz de superarla cuando est¨¢ a su mejor nivel. Queda por ver si el regreso de Steffl Graf, que sigue en tratamiento durante un periodo de tiempo indefinido por la inflamaci¨®n en un tend¨®n de la rodilla izquierda, es capaz de romper esta premisa. Conchita uni¨® su nombre al de Joan Gisbert, Andr¨¦s Gimeno, Arantxa (dos veces) y Carles Moy¨¢, los ¨²nicos finalistas espa?oles del Open de Australia. Pero como todos ellos, se qued¨® a las puertas de la gloria. Hingis, que el a?o pasado ya gan¨® en Australia y se convirti¨® en la jugadora m¨¢s joven del siglo que en ganaba un torneo del Grand Slam y en la m¨¢s precoz n¨²mero uno de la historia, repiti¨® triunfo en Melbourne. Y adem¨¢s se anot¨® el t¨ªtulo de dobles, junto con la croata Mirjana Lucic. El t¨ªtulo en dobles masculinos fue para el sueco Jonas Bjorkman y el holand¨¦s Jacco Elthing, que ganaron a los australianos Mark Woodforde y Tood Woodbridge por 6-2, 5-7, 2-6, 6-4, 6-3. El reto de Hingis esta temporada es ganar el torneo de Roland Garros, el ¨²nico donde fall¨® el a?o pasado.
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