?Fuera m¨¢scaras!
?C¨®mo explicarlo? Parec¨ªa que el Partido Popular intentaba demostrar que la derecha espa?ola pod¨ªa serlo sin por ello sentirse insultada y perseguida por la cultura moderna; en una palabra: que nuestra derecha pod¨ªa parecerse o al menos intentarlo a la derecha francesa, italiana, alemana o brit¨¢nica. De hecho, fue Manuel Fraga quien nombr¨®, para la direcci¨®n del Centro Gallego de Arte Contempor¨¢neo (CGAC), a Gloria Moure, cuyo prestigio internacional en la gesti¨®n del arte contempor¨¢neo est¨¢ fuera de toda duda. Es cierto que, simult¨¢neamente, de vez en cuando, surg¨ªa el gusto "profundo" de un ?lvarez del Manzano y su pasi¨®n por las castizas violeteras y otros subproductos del costumbrismo espa?ol m¨¢s horripilante y rijoso; pero, aun as¨ª, se apreciaban algunos s¨ªntomas de cambio. ?Falsas ilusiones! O mejor: ?Para qu¨¦ ser ya prudentes! ?Fuera m¨¢scaras! ?Qui¨¦n ha dicho que la cultura da votos?La pol¨ªtica llevada a cabo por Gloria Moure en el CGAC no puede ser calificada, ni mucho menos, de provocadora, ni siquiera de experimental, a no ser que se piense que Medardo Rosso, contempor¨¢neo de Rodin, o Kounellis, Boltanski, Polke, Graham, etc¨¦tera, artistas presentes en las colecciones y en el programa de actividades regulares de los mejores museos de todo el mundo, as¨ª como, sin salimos de Espa?a, en el MNCARS, de Madrid, el IVAM o el MACBA, constituyan una amenaza a los cuitados ojos de los conselleiros del Partido Popular. La ¨²nica provocaci¨®n de Gloria Moure ha sido creer que Santiago de Compostela y Galicia no eran una ciudad y un pa¨ªs al margen del mundo occidental desarrollado, como hist¨®ricamente no lo fueron nunca; en definitiva, su provocaci¨®n ha sido ser cosmopolita.
Este cese se inscribe desdichadamente en una serie de recientes hechos alarmantes para el mundo de la cultura como, por ejemplo, la expulsi¨®n de todos los especialistas e intelectuales, no adictos o manumitidos, en el Patronato del MNCARS; el anterior cese del gabacho Lissner del Teatro Real u otras lindezas parecidas. Creo que, con un poco de tiempo, no habr¨¢ ninguna comunidad, ciudad o centro entre los regidos por el PP que no se parezca al Madrid de ?lvarez del Manzano: una verbena infernal, que, sin embargo, dicen que lleva al cielo.
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