El 'caso Dumas' pone en tela de juicio toda la era del presidente Mitterrand
Cuando el primer ministro Lionel Jospin fue elegido primer secretario del Partido Socialista (PS) franc¨¦s recibi¨® con cautelas y "a beneficio de inventario" la herencia de Fran?ois Mitterrand. Sab¨ªa que el dinero f¨¢cil hab¨ªa salpicado a la c¨²pula del Estado, y el esc¨¢ndalo por presunta corrupci¨®n en el que se ha visto implicado el ex ministro socialista Roland Dumas ha empezado a poner en tela de juicio el mandato del fallecido presidente. El ex primer ministro socialista Michel Rocard ha sido el primero en decirlo: "Puede que fuese por esteticismo, pero Mitterrand amaba rodearse de gente que viv¨ªa en la frontera de la legalidad".
"A su alrededor, a veces a sus espaldas, proliferaba una cultura pol¨ªtica c¨ªnica conducida por personas interesadas en los privilegios aparejados al poder", argumenta hoy Rocard. Roland Dumas, ministro de Exteriores entre 1988 y 1993 y actual presidente del Consejo Constitucional -nombrado para este cargo en febrero de 1995 por el propio Mitterrand en una de sus ¨²ltimas decisiones presidenciales-, parece quedar incluido entre esa gente de vida peligrosa. "Es un abogado brillante que ha ganado mucho dinero gracias a su talento", admite Rocard, al tiempo que matiza que, "de momento, nada permite acusarle" de haberlo ganarlo por otras v¨ªas. Las jueces Eve Joly y Laurence Vischnievsky investigan esos caminos distintos. Todos los problemas surgen de la s¨²bita riqueza de una gran amiga de Dumas, Christine Deviers-Joncour, que a principios de la presente d¨¦cada compr¨® un piso en Par¨ªs valorado en 17 millones de francos (425 millones de pesetas).Encarcelada en detenci¨®n preventiva desde el 7 de noviembre de 1997, Deviers-Joncour ha admitido haber cobrado una comisi¨®n de 45 millones de francos para presionar al Gobierno franc¨¦s a fin de que aceptase vender a Taiwan seis fragatas, por un importe pr¨®ximo a los 15.000 millones de francos, en contra de la opini¨®n de China. El abogado de Deviers-Joncour asegur¨® ayer que "la actitud de las dos jueces responde s¨®lo al deso de querer implicar a Dumas".
"Los rumores respecto a comisiones ocultas s¨®lo llegaron a mis o¨ªdos despu¨¦s de haber sido destituido como primer ministro", asegura Rocard. "Quienes nos consider¨¢bamos amigos de Mitterrand, como es mi caso, s¨®lo podemos sentirnos insultados", ha replicado el tambi¨¦n ex ministro socialista Louis Mexandeau. Lo cierto es que por las cuentas bancarias del abogado Dumas han circulado muchos millones. Las minutas de Dumas, que ha resuelto herencias tan complicadas como las del pintor Pablo Picasso, deben de ser muy elevadas. Pero, ?tanto como para haber cobrado en poco tiempo 10 millones de francos?, se preguntan los investigadores.
Deviers-Joncour dice haber estado en n¨®mina de Alfred Sirven, antiguo n¨²mero dos de la compa?¨ªa petrolera p¨²blica Elf. Ella y otras 43 personas -como una hija del presidente del Gab¨®n, Omar Bongo; un consejero de este mandatario africano, o un amigo de Mitterrand- recib¨ªan un salario mensual de 40.000 francos (un mill¨®n de pesetas) sin que se conociese cu¨¢les eran sus funciones en la empresa.
Hay otros elementos de sospecha: Sirven se encuentra hoy en paradero desconocido. La fragatas, fabricadas por la empresa Thomson, fueron vendidas a Taiwan en 1991 por un Gobierno que dirig¨ªa la actual comisaria europea Edith Cresson. El Ministerio de Exteriores, despu¨¦s de haberse manifestado siempre en contra de la transacci¨®n, la aprob¨® al final. El entonces ministro de Defensa, Pierre Joxe, es hoy presidente del Tribunal de Cuentas.
Dumas se ha querellado por "difamaci¨®n" contra un peri¨®dico, cuyo nombre no se ha hecho p¨²blico, y "contra X" (contra quien corresponda) por "violaci¨®n del secreto de instrucci¨®n [sumarial]". El presidente del Consejo Constitucional, quinta autoridad del Estado franc¨¦s, tambi¨¦n ha afirmado solenmemente "ser ajeno a los asuntos Elf y Thomson".
S¨®lo el ultraderechista Jean-Marie Le Pen o el ultraconservador Philippe De Villiers han pedido hasta ahora su dimisi¨®n. Pero Dumas tampoco ha encontrado apoyos en el Partido Socialista. "Lo normal es que los jueces investiguen", dice la actual ministra de Justicia, Elizabeth Guigou. "La justicia hace su trabajo", afirma la titular de Educaci¨®n Secundaria, Segol¨¦ne Royal. "Las querellas del periodo mitterrandiano quedan muy lejos", apostilla Jean-Christophe Cambad¨¦lis, diputado y miembro de la direcci¨®n nacional del PS. Rocard lo resume as¨ª: "Supondr¨ªa una grave disfunci¨®n de la Rep¨²blica" descubrir que Dumas cobr¨® una parte de la comisi¨®n de las fragatas. El PS de Jospin asume con cierta tranquilidad el riesgo de esc¨¢ndalo. La grandes figuras del mitterrandismo est¨¢n jubiladas o no desempe?an un papel importante dentro del partido. A primera vista, la compuerta que separa el actual rigor jospiniano de los negocios f¨¢ciles del segundo septenato mitterrandiano parece resistente.
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